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Cortan el agua en Arona a una víctima de violencia de género con una hija de apenas 15 meses

Laura Almagro, okupa en La Estrella, amenaza con encadenarse ante el Ayuntamiento de Arona para que le pongan un contador

Laura Almagro, una joven soltera de 28 años y madre de una niña de 15 meses, está dispuesta a encadenarse ante el Ayuntamiento de Arona para conseguir que le pongan el agua corriente, “un derecho, por tener a mi cargo a una niña”, comentó.

Laura reconoce que está de okupa por obligación en uno de los cuatro pisos de un edificio en La Estrella, pequeño poblado cerca de Costa del Silencio, desde hace unos meses, “cuando regresé de Andalucía tras la muerte de mi padre y la delicada salud mental de mi madre, con la que no podía vivir teniendo a una niña pequeña, me dijo entonces la asistenta social”.

Laura vivió durante seis años en Tenerife, hasta que regresó a su Andalucía natal por haber sufrido en 2015 un episodio de violencia de género por quien era entonces su pareja, un caso que será juzgado precisamente el día 25 en Santa Cruz.

Inicialmente no aceptó entonces la paga ni una vivienda como víctima de violencia machista, pero desde que tuvo a su hija decidió cobrar los 430 euros de la RAI (Renta Activa de Inserción), únicos ingresos que recibe Laura, con los que ella afirma que “podría pagar el agua que me han cortado, como estoy pagando la luz con un recibo a mi nombre”, señaló.

Según ella, el corte de agua se produjo porque con anterioridad a su llegada al piso que okupa la inquilina llevaba meses sin pagarla, y Canaragua procedió a quitar el contador al dar por hecho que el piso estaba desocupado, cuando en realidad Laura llevaba meses viviendo en él.

El pasado viernes, Laura se presentó a primera hora de la mañana en el Ayuntamiento de Arona para hablar con el concejal responsable en este ámbito, José Luis Gómez, pero solo pudo hacerlo con su secretaria, al celebrarse a esa hora un pleno municipal. “La única solución que me dieron fue que instalara un bidón en el balcón y fuera sacando el agua de ahí”, pues no podían hacer nada más, “al no tener más de seis meses de empadronamiento, para hacer un contrato”.

En ese momento pensó en encadenarse en la puerta del Consistorio, pero “no lo hice porque a mi niña le están saliendo los dientes y está malita”, sin que descarte hacerlo la próxima semana, entre otras razones, porque “tampoco me han dado plaza en la guardería municipal, porque dicen que no tengo trabajo. Cómo lo voy a tener si no tengo con quien dejar a la niña”. Para dejar de ser okupa, Servicios Sociales le propuso el alquiler de un piso en Tamaimo (Santiago del Teide) por 370 euros al mes, “cuando gano 430”.

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