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Astronomic Tour: un viaje tras el sol y las estrellas

La actividad de Volcano Teide Experience ofrece una visita a las instalaciones del Astrofísico de Izaña, con la espectacular puesta de sol con la sombra del Teide y una observación estelar
La sombra del Teide, en invierno, se proyecta sobre Gran Canaria / SERGIO MÉNDEZ

Astronomic Tour es una de las actividades más completas que ofrece Volcano Teide Experience, al conjugar la observación del sol con un recorrido por la Vía Láctea desde el Observatorio Astrofísico más alto de España y el solar más grande del mundo. Una completísima excursión para los amantes de la astronomía, así como los de la fotografía, por las espectaculares puestas de sol que ofrece Izaña y Las Cañadas, con la posibilidad, en esta época invernal, de ver la sombra del gigantesco Teide sobre Gran Canaria.

El tour está organizado para hacerse en guagua desde el sur de la Isla y también desde el norte, en grupos que no superan las veinte personas. Lo normal es que se tarden unas ocho horas en total para desarrollar una actividad que comienza sobre las seis de la tarde en el Observatorio del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) en Izaña, a 2.400 metros de altitud. Allí, la guía Natasha Baltazzarri, explica en inglés y castellano la importancia del cielo de Canarias, de los telescopios del observatorio y de los distintos proyectos del IAC, con una visita al interior del gran telescopio Carlos Sánchez, que según la disponibilidad puede ser sustituido por el IAC-80, no por más veterano menos importante.

En un telescopio exterior nos acercamos al sol y su inmensidad, observando sus manchas y sus llamaradas, poco antes de que comience a ocultarse tras la montaña más alta de España. Un abanico de colores adornarán las vistas del volcán y del océano que tiene su azul de colores ocres, mientras al Este, la sombra del Teide se dibuja en el horizonte, a pesar de evidenciarse que llega la calima. Después de las siete de la tarde, cuando el observatorio solar cierra y se abre el nocturno, hay que abandonar la instalación para trasladarnos hasta la base del Teleférico, donde nos esperan las otras grandes estrellas y un buen puñado de satélites, bajo una Luna que llega más tarde, pero que impone su presencia sobre la inmensidad de siete Cañadas.

Tras un pequeño parón para reponer fuerzas -hay quienes salen desde las tres de la tarde de los hoteles del Sur- llegamos a la base del Teleférico, a 2.356 metros de altitud, donde intentamos descubrir los secretos del firmamento en la observación astronómica a simple vista, apoyados por un láser y con un telescopio de largo alcance. Otro de los privilegios que nos ofrece Las Cañadas del Teide, desde donde se pueden contemplar 83 de las 88 constelaciones oficialmente reconocidas siempre dependiendo de la estacionalidad. Allí observamos la cada vez menos misteriosa galaxia que nos rodea, desde la blanca Luna al singular Saturno, desde la estrella Polar a Vega o la constelación de Orión a Casiopea, y si hay suerte, hasta se puede ver caer un meteorito o ver una lluvia de estrellas.

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