La Palma acogerá este verano una exposición dedicada a la obra pictórica del Premio Nobel Günter Grass (1927 – 2015). Una muestra que reunirá los trabajos que el autor de El tambor de hojalata realizó durante sus estancias en la isla de La Palma. Así lo ha confirmado a DIARIO DE AVISOS el presidente del Cabildo, Anselmo Pestana, que concretó que la exposición estará abierta entre los próximos meses de julio y agosto.
La exposición, que se convertirá en uno de los principales acontecimientos culturales de este año en la Isla Bonita, estará compuesta por la obra que el escritor alemán dibujó en La Palma y contará, además, con una selección de su obra, que reflejará su trayectoria creativa.
Pestana destacó que con esta muestra, La Palma rememora la presencia en la Isla de uno de los principales escritores europeos del siglo XX. Una estancia muy discreta, ya que Grass solo participó en un acto público en La Palma, con la inauguración de la Biblioteca Internacional de Lengua Alemana (BILA), ubicada en Puntallana, en el año 2007, y al día siguiente ofreció un recital de poesía en la Casa de la Cultura de Los Llanos de Aridane.
Para traer esta obra a La Palma, la directora del Museo Insular, Isabel Santos, ha mantenido contactos con la Fundación Würth, que posee la titularidad de la obra realizada en La Palma, según informó Pestana. Mientras que el resto de las obras que se expondrán en la isla proceden de la Fundación Günter y Ute Grass. El presidente adelantó que la intención de la Corporación es adquirir algo de obra del escritor para que permanezca en la Isla. La exposición se instalará en la sede de la Fundación CajaCanarias, de Santa Cruz de La Palma, porque es la que reúne las condiciones en estos momentos para albergar una muestra así.
Günter Grass pasó temporadas en la casa que su hijo Raúl tiene en el municipio de Puntallana. En La Palma no escribió, como comentaron a este periódico su hijo y su nuera, Beatrice, en una entrevista en el año 2017, pero no dejó de dibujar. En las salidas familiares para recorrer la Isla, siempre iba con lápiz y papel, y cuando encontraba un paraje que le gustaba, decía: “hay que parar, necesito 20 minutos para dibujar”, rememoraba Beatrice.
El dibujo y la escultura fueron dos grandes pasiones que le acompañaron toda su vida. De hecho, siendo joven realizó estudios de ambas disciplinas en la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf. En verano se podrá contemplar esta faceta artística del intelectual alemán, en una isla donde “fue feliz”, como confesó su hijo Raúl a este periódico en una entrevista en la hermosa casa que acogió al Nobel en el bello entorno de la Fuente de San Juan de Puntallana.
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