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‘NO NI NÁ’, de María Cañas

La artista sevillana inaugura hoy una exposición individual en TEA donde la ironía y las imágenes dinamitan los tópicos
María Cañas, Gilberto González y Jesús Alcaide. | DA

Coleccionista de imágenes, terrorista del archivo y defensora de la risastencia. La artista María Cañas (Sevilla, 1972), cuyo nombre sonará a más de uno tras la polémica generada a raíz de su cartel El ojo que proyectaba mujeres para el Festival de Sevilla de Cine Europeo (SEFF) de 2017, inaugura una exposición mañana (20.00 horas) en TEA Tenerife Espacio de las Artes que se podrá disfrutar hasta el 23 de junio.

Titulada NO NI NÁ. Contenga multitudes, fue presentada hoy con la presencia de la artista, el comisario de la exposición, Jesús Alcaide, y el director artístico de TEA, Gilberto González, quien explicó que esta exposición obedece a “la selección realizada por el equipo de conservadores del centro y sigue las líneas de trabajo que se han planteado desde TEA, que es la de entender el sentido de las imágenes”. En cuando a la artista, afirmó que hay algo del trabajo de María Cañas “que descoloca. En los tiempos oscuros que vivimos, donde todo parece fanfarria, uno puede tener la sensación de que hay fanfarria, pero un espectador con algo de compromiso entenderá que la fanfarria siempre se acaba volviendo dolorosa”.

Jesús Alcaide comenzó su explicación sobre la muestra hablando del propio título, con esa triple negación, una expresión muy andaluza, que en realidad es una afirmación: “Para María el humor es un arma” y “tiene sentido político”.

“Todos compartimos, robamos y mezclamos”, comentó María Cañas, pero “no es lo que robas, sino adónde lo llevas”, afirmó parafraseando una cita de Jean-Luc Godard. La artista es experta, y tiene como filosofía, en el uso libertario de las imágenes y las palabras, los juegos del lenguaje en los que la tragedia y el humor van construyendo un paisaje revelador de las grandezas y miserias del mundo en el que sobrevivimos.

En su intervención, Alcaide afirmó que “en un mundo lleno de imágenes, meter más sería llenar este mundo de más basura”, mientras que Cañas apuntó que “hay que desconfiar de las imágenes y sospechar de nuestro imaginario, para así ser más críticos, más libres y más creativos”. NO NI NÁ. Contenga multitudes dispara directamente al espíritu crítico del espectador que se acerque a TEA.

espacios

La exposición está dividida en cinco espacios temáticos interrelacionados entre sí desde la crítica, la reflexión, la videoguerrilla, la risastencia (resistencia a través de la risa) e imágenes que se mezclan entre sí creando nuevas. Algunas muy transgresoras, aunque Cañas afirma que estamos viviendo tiempos tan complicados “que estoy todo el rato autocensurándome”.

En el primer bloque, titulado 1942. Comienza la inmigración ilegal, Cañas habla de la mezcla de identidades y el mestizaje cultural en el folclore popular, desmontando aquellos tópicos que en los últimos años se han venido escuchando por aquellos que siguen temiéndole al otro, al diferente. Se pueden encontrar trabajos como Se Villana. La Sevilla del Diablo o Expo Lío’92.

Dios es una mujer es el título del segundo espacio, dedicado al feminismo, pero desde la perspectiva de la deriva nómada sobre la idea y noción de mujer, así como la cruda realidad a la que las mujeres se ven sometidas. Destacan los vídeos La cosa nuestra y La cosa vuestra, y también la obra producida por TEA, y que se muestra por primera vez, NO NI NÁ.

El tercer bloque versa sobre las reflexiones y trabajos de María Cañas sobre el abuso y uso de las nuevas tecnologías. Nada más entrar en la sala, los ojos se posan en el mural del buscador Google convertido en God, los iconos, la chatarra electrónica.

El cuarto ámbito, Copy is right, es un laboratorio sobre la apropiación y remezcla de las imágenes. La idea de lo común frente a la propiedad intelectual, la resignificación, el sampler y el hackeo, enlazado a la polémica del cartel que comentábamos al comienzo de este texto. La artista sufrió un linchamiento público acusada de plagio.

Por último, el espacio dedicado al medio cinematográfico, apropiándose de fragmentos de otros para producir nuevos relatos con videoarte.

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