sanidad

Rubén Grau: “Cuando te dicen que necesitas un trasplante te quedas en ‘shock'”

Este residente en La Laguna, de 41 años, recibió un riñón de su hermana pese a tener grupos sanguíneos incompatibles, la mejor opción de tratamiento para un paciente con una enfermedad renal avanzada; en su caso, “a los 20 días ya hacía casi una vida normal”
Rubén Grau junto a la gerente del HUC, Soledad Pastor. DA

Si bien la deficiencia renal le fue diagnosticada hace más de 10 años, Rubén Grau no fue consciente de que su salud se iría deteriorando y precisaría de un nuevo órgano. El pasado 7 de noviembre de 2018 recibió un riñón de su hermana en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), a pesar de que sus grupos sanguíneos son incompatibles, pero 20 días después de la operación “hacía casi una vida normal”.

Este vecino de La Laguna, de 41 años, tenía asimilada su deficiencia renal, pero “cuando te dicen que necesitas un trasplante te quedas en shock, pues tienes que buscar un donante. ¿A quién le preguntas?”. Rubén tuvo la suerte de que sus dos hermanas se ofrecieron para ser la donante y, a partir de ahí, “todo fue muy rápido y se aceleró el proceso, por lo que en pocos meses ya estaba en el quirófano”. Sin embargo, reconoció que “para la familia fue un palo muy fuerte”, sobre todo para su madre, “que tuvo a dos de sus hijos en el quirófano al mismo tiempo”, pero “gracias al equipo de profesionales del HUC, todo fue bien y la experiencia ha sido maravillosa”, tanto es así que “20 días después de la operación ya hacía casi vida normal”.

Rubén reconoció que ha sido un antes y un después en su vida. “Me encuentro mucho mejor de salud y ahora veo la vida de otra manera”. “Mi cuerpo asimiló la deficiencia renal, estaba como aplatanado, sin ganas, cansado, pero ahora, tras el trasplante, tengo mucha más vitalidad y soy otra persona”. Él era consciente de que tenía una deficiencia renal, pero desconocía cómo iba a evolucionar. Fue hace dos años cuando empeoró. Grau agradeció que hasta el día de la operación hizo una vida casi normal y 10 días después ya estaba fuera del hospital y, a los 20 días, “si me ven por la calle, no sabrían que estaba recién trasplantado, ando dos horas y como de todo”, aseguró. El postoperatorio de su hermana, que viajó desde Castellón para la donación, fue ligeramente más lento, pues una extracción “siempre es más compleja”, “pero al mes y medio ya realizaba vida normal. Ella está perfecta y muy contenta de haberme ayudado”.

A Rubén le marcaron los cuatro meses que recibió diálisis “para fortalecer su riñón”, y reconoció que “es muy duro tener tu vida pegada a una máquina, y que cada dos días tengas que ir a sesiones de varias horas para que una máquina te dé la vida”.

La nefróloga Ana González señaló que lo más importante del trasplante entre personas con grupos sanguíneos incompatibles es evitar el rechazo, por lo que hay que realizar un tratamiento previo al receptor para minimizar los anticuerpos. La preparación se inició dos semanas antes, con un fármaco que bloqueó la producción de nuevos anticuerpos y, tras varias sesiones de inmunoabsorción, ya pudo operarse. “Al ser hermanos, tenían muy buena compatibilidad de tejidos, lo que favoreció la inmunosupresión”.

TE PUEDE INTERESAR