La Palma es la isla más castigada por los grandes incendios forestales y Mazo está entre los municipios palmeros que más afectado se ha visto por el fuego en lo que vamos de siglo. En la retina de La Palma permanecen impresas las imágenes del fuego del año 2009, que quemó en la Villa macense cerca de 3.500 hectáreas o cerca del millar en el fatídico incendio de agosto de 2016, que se cobró la vida de un agente forestal.
Hacer frente a esta problemática, que lejos de atenuarse todo apunta a que pueda ir a más, es lo que persigue el proyecto al que el Consejo Insular de Aguas acaba de dar el visto bueno para la realización de una red de distribución y almacenamiento de agua en la Villa de Mazo, que contará con un presupuesto de ejecución de 4,6 millones de euros.
El alcalde de la localidad macense, José María Pestana, destacó que esta red estará destinada tanto a su empleo para el regadío como para la lucha contra los incendios forestales. Al facilitar el acceso al agua a los propietarios de la tierra, va a permitir que se pueda recuperar la agricultura de medianías en el municipio, lo que será a su vez efectivo para prevenir los incendios forestales.
Y es que los terrenos cultivados son perfectos cortafuegos naturales. Fomentar el cultivo de las medianías macenses, terrenos cultivables en muchos casos en estado de abandono en la actualidad, no solo generan actividad económica, sino que además protege el territorio del avance de las llamas.
Es lo que el alcalde denomina como una “barrera verde” para defender a Mazo del avance de los incendios en las zonas habitadas. Precisamente, en los últimos incendios tuvieron que evacuar vecinos de distintos barrios de Mazo ante el riesgo que sufrían por la cercanía del fuego.
Mazo, de alguna forma, podría reproducir el efecto que se ha dado en el arco noroeste de La Palma, con el resurgir del cultivo de la vid en los municipios de Garafía, Puntagorda y Tijarafe. Al margen del tipo de cultivo, un factor determinante para el resurgimiento de esta potente zona de viñedos, que hoy es la principal de la isla de La Palma, fue el incendio que asoló a esta comarca en el año 2000.
Tras el fuego, se mejoraron el estado de las pistas forestales y la conducción del agua para la lucha contra los incendios forestales en este espacio, lo que permitió el desarrollo agrícola entre los 1.000 y 1.600 metros de altura, que además ha otorgado un valor añadido a la riqueza paisajística de la zona.
Pestana destacó que en la confección de este proyecto han intervenido especialistas en la lucha contra los incendios forestales, que entre otras cuestiones prevé que las bocas de agua que se instalen estarán en torres, para que formen una especie de cortina. “Es un sistema más efectivo, según los técnicos”, subrayó.
El proyecto incluye también la construcción de tres grandes depósitos de agua localizados en la parte alta del municipio y que servirían, cuando sea necesario, para las cargas de los helicópteros. “Todos tenemos la imagen de los helicópteros, en el último incendio, cogiendo agua en depósitos más pequeños que los propios aparatos”, recordó Pestana, quien indicó que es necesario mejorar las condiciones para que puedan repostar.
Uno de estos embalses estaría localizado en la zona de Flores de Montes de Luna (a la cota 840), otro en Cerco Brito en Tigalate (898) y otro en Los Picachos en La Sabina (a la cota 913), según informó el Ayuntamiento.
Además, servirían para suministrar agua a la red contraincendios, que discurrirá prácticamente desde el casco del municipio hasta la zona de Montes de Luna, con una longitud superior a ocho kilómetros. Mientras que la red de riego será de 27 kilómetros de longitud.
El alcalde indicó que este proyecto se va a financiar con el Fondo de Desarrollo de Canarias y subrayó que Mazo fue el primer municipio en apostar por obras hidráulicas con esta vía de financiación que ha sido fuente de polémica este mandato.
Hemeroteca
Publicidad
Esquelas