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“Las redes sociales fomentan el narcisismo. Esta sociedad está tan tarada que necesitamos recordar las cosas más básicas”

Conferenciante, escritor y profesor universitario, Víctor Küppers deja huella allí por donde pasa con su particular forma de transmitir la importancia de la actitud y el entusiasmo para desarrollar el potencial que las personas llevamos dentro
Víctor Küppers
Víctor Küppers
Víctor Küppers, conferenciante motivacional y escritor. DA

Conferenciante, escritor y profesor universitario, Víctor Küppers deja huella allí por donde pasa con su particular forma de transmitir la importancia de la actitud y el entusiasmo para desarrollar el potencial que las personas llevamos dentro. En su reciente visita a las Islas tuvimos la oportunidad de conversar con él para los lectores de DIARIO DE AVISOS. Una charla distendida en la que navegamos a través de aquellas bondades y virtudes del ser humano que contribuyen a vivir vidas más plenas, felices y exitosas. Una invitación a redescubrir la grandeza de lo simple.

-¿Qué ha ocurrido para que un profesor universitario, experto en ventas y gestión comercial, se convierta en un fenómeno viral con la psicología positiva por bandera?

“Yo estudié Administración de Empresas porque no sabía qué estudiar, por eso luego hice Humanidades, que es lo que me gustaba. Tengo muy poco mérito porque explico cosas que todos sabemos, es puro sentido común y yo no inventé nada, el problema es que esta sociedad está tan tarada que necesitamos recordar las cosas más básicas. Y yo no soy un fenómeno viral, ¡que va!, de hecho no tengo redes sociales, lo que pasa es que he tenido suerte, mucha suerte. Yo creo en la suerte, en la buena y la mala. En mi trabajo hay personas mucho mejores que no han tenido la suerte que yo he tenido”.

-Se ha hecho famoso por utilizar una fórmula relativa al valor de las personas, en la que las habilidades y el conocimiento suman y la actitud multiplica. ¿Después de este tiempo, la reformularía, cambiaría o añadiría alguna variable?

“Yo no invento nada, solamente leo a los expertos y transmito lo que ellos dicen y no cambiaría esa fórmula, la actitud sigue siendo fundamental en la vida. La actitud, el ánimo, la alegría de vivir es lo que determina en mayor medida cómo nos va en la vida”.

-Teniendo en cuenta la actitud y las singularidades de cada persona, ¿en su experiencia, identifica algún patrón que predisponga o facilite el camino al éxito personal y profesional?

“Esta es una pregunta para un experto y yo no lo soy. Mi opinión personal es que el factor clave es la determinación, el compromiso de mantener la decisión de querer tener una mejor actitud. Querer, desear y tener buenas intenciones es fácil, lo puede hacer cualquiera, pero hacer algo es lo que caracteriza a las grandes personas. Hay personas que deciden que quieren vivir con alegría y se esfuerzan mucho para conseguirlo. El entorno no ayuda, ser alegre es una lucha titánica contracorriente, pero es una lucha que merece mucho la pena”.

-En las redes sociales todo el mundo parece estar sobrado de buena actitud, mostramos nuestra mejor cara y buscamos la valoración y el reconocimiento de los demás en el like, pero ¿hasta que punto cree que esta “doble actitud” se traduce, en el día a día, en vidas exitosas y felices?

“Yo no tengo redes sociales porque me parece que fomentan el narcisismo y crean un mundo irreal. Es un mundo paralelo, la sociedad del escaparate, en la que cuenta más parecer que ser. La sociedad del aparentar, del figurar, del exhibir. Es el reino de lo ficticio, del envoltorio, es una carrera sin tregua  que nos arrastra a todos, nos desgasta y nos desequilibra. Se te valora por lo que tienes y por lo que haces, no por lo que eres. Me parece de merluzos. Sin embargo, no creo que todo sea malo en las redes sociales. Para informarse de la actualidad, por ejemplo, ¡tienen que ser fantásticas!”.

-¿Cuál es el hallazgo más reciente o relevante en psicología positiva que le ha impactado de forma especial?

“Lo que a mí más me ha impactado es que la forma más fácil, rápida y eficaz para vivir con alegría es ser amable con los demás. Así de simple. Lo que pasa es que nos gusta complicarnos la vida o que nos la compliquen, descartamos lo simple, y la vida es a veces muy sencilla. Si eres amable con los demás serás una persona alegre. Vamos siempre tan rápido que tratamos a las personas como bultos peludos con patas. Prueba a ser amable con todas las personas con las que te cruces. Sonríe, escucha, saluda, di gracias, por favor, aguanta una puerta, espera en un ascensor… En definitiva, se trata de ser más humano. Tendríamos que centrarnos en humanizar un poco más esta sociedad. Cuando eres amable con los demás tú te sientes mejor, los demás se sienten mejor y encima es gratis, es un chollo, ¿no? Y la mejor forma de hacerlo es aplicar esta frase de la Madre Teresa de Calcuta: “Que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”. La sociedad sería mucho mejor si todos intentáramos aplicárnosla. Sin embargo vivimos en un entorno en el que se valora mucho más la inteligencia que la bondad o la amabilidad, hay un culto excesivo a la inteligencia y lo que necesitamos no son solo personas inteligentes sino personas que también sean buenas y amables. Pero no en el sentido cursi de la palabra, no, no. Me refiero a personas honestas, íntegras, responsables, tolerantes, que escuchen, que ayuden a los demás, generosas, compasivas, en fin, personas dignas. Tiene mucho más mérito ser bueno que ser inteligente porque ser inteligente es un don, pero ser bueno es una elección”.

-Las voces críticas contraargumentan que discursos como el de la psicología positiva maquillan la realidad, convierten la felicidad en una obligación y penalizan al que no logra alcanzarla. ¿Piensa que pueden estar en lo cierto?

“La psicología positiva no habla de felicidad, habla de alegría de vivir, que es diferente. Es esa alegría interior, esa serenidad y esa paz que es compatible con no ser feliz. La vida no es siempre bonita, a veces es triste, dura, injusta. Pensar lo contrario es el ser un iluso. Pero siendo a veces tan complicada, vale la pena luchar para que tu vida tenga sentido, eso te ayuda a vivir con paz”.

-En una época en la que parece que triunfa la visión fatalista, el pesimismo y el conformismo, en la que la esperanza e ilusión es una especie de artículo de lujo, ¿qué estrategias o claves pueden ayudarnos a disparar y mantener la actitud positiva?

“Hay muchas cosas que podemos hacer, como ser agradecido, valorar las cosas positivas, ser amables, ponernos ilusiones, aprender a disfrutar de las cosas pequeñas, cuidar las relaciones con las personas que más queremos, no quejarnos por cosas menores, etc. Desarrollar estos hábitos no es difícil, tendríamos que aprender a vivir mejor. Tolstoi decía que “hay muchos tipos de conocimiento, pero hay uno mucho más importante que los demás y es el conocimiento de cómo aprender a vivir y ese, muchas veces, se menosprecia”. Pero a veces parece que aprender a vivir es tan difícil que hay personas que cuando lo pillan ya les toca morirse”.

-Como adultos podemos cambiar o reconducir nuestra actitud, pero ¿cómo podemos educar a los más pequeños para fomentar este tipo de habilidades y facilitarles que puedan alcanzar su mejor versión?

“Con el ejemplo y con mucha pedagogía, mucha. Dedicarles tiempo, explicarles, argumentarles, razonar con ellos. Pero lamentablemente vamos tan estresados que no tenemos tiempo ni para nuestros hijos, que son lo que más queremos. Ellos solo necesitan dos cosas de sus padres: cariño y tiempo”.

-De acuerdo con tu último libro, Vender como cracks, existen dos tipos de profesionales, los cracks y los chusqueros. ¿Cómo podemos ser auténticos cracks en nuestro trabajo?

“Los cracks no hacen cosas extraordinarias, no. Los cracks son aquellas personas que hacen las pequeñas cosas ordinarias de manera extraordinaria”.

*PRISCILA GONZÁLEZ, DIRECTORA DE SER BRILLANTE

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