la palma

El obispo dice que el traslado del cura Rubén está en manos del prelado de León

Bernardo Álvarez traslada la responsabilidad a su homólogo en la provincia leonesa, Julián López Martín, y rebaja la tensión social por su decisión manteniendo al párroco en la Isla hasta septiembre
Personas de todas las edades se quedaron a las puertas de la abarrotada iglesia de Barlovento para recibir a Rubén Gallego entre aplausos a la salida del templo. DA
Personas de todas las edades se quedaron a las puertas de la abarrotada iglesia de Barlovento para recibir a Rubén Gallego entre aplausos a la salida del templo. DA
Personas de todas las edades se quedaron a las puertas de la abarrotada iglesia de Barlovento para recibir a Rubén Gallego entre aplausos a la salida del templo. DA

El obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, recibido en Barlovento este domingo por más de medio millar de personas que rechazan la decisión del destierro del párroco Rubén Gallego, ha lanzado la pelota al tejado de su homólogo en León, el prelado zamorano Julián López Martín. Esa estrategia, sumada al retraso de una controvertida decisión que ya no estaría en su mano pero que ha sido impulsada por él mismo, pasa por rebajar la tensión social que ha generado su imposición, dejando ahora abierta la estancia de Rubén Gallego en la parroquia de Barlovento hasta el mes de septiembre.

El obispo, que días antes de viajar a La Palma para acudir a la cita ineludible de las confirmaciones en Barlovento, se mostraba inflexible sobre el traslado de Rubén Gallego desde un silencio revelador y con un mensaje claro de que “el Obispado no da explicaciones sobre sus decisiones”, quedó sorprendido al comprobar la estima y popularidad del cura.

Vecinos de Barlovento, pero también llegados desde otros puntos del territorio palmero como Santa Cruz de La Palma, Breña Alta, Garafía y Tijarafe, jalearon y aplaudieron a Rubén Gallego, que tras las confirmaciones hizo acto de presencia en la concurrida plaza de Nuestra Señora del Rosario, en el casco urbano de la localidad, y tras concelebrar la eucaristía de las confirmaciones con Bernardo Álvarez. El obispo no hizo referencia alguna a esta controvertida situación en el desarrollo de la misa, y solo se refirió a ella en una reunión a puerta cerrada con los padres de los niños de catequesis, a quienes dijo que la decisión de la marcha de Rubén Gallego está en manos del obispo de León. Los vecinos más críticos le afean al obispo, nacido en Breña Alta que no haya querido reconocer que se ha equivocado, y le reprochan que no deje que Rubén siga desarrollando su labor pastoral en el norte de La Palma”.

Rubén guarda silencio, mientras sus más allegados aseguran que tiene claros signos de depresión después de las numerosas recriminaciones por parte del Obispado hacia su labor, y de que se le haya prohibido acudir a reuniones sociales y hasta hacer deporte.

Las órdenes que han cambiado las sanas costumbres de Rubén Gallego

Las rutinas y costumbres de sociabilización de Rubén Gallego han cambiado. Desde que el obispo le recriminara su actitud festiva y alegre en combinación con su trabajo, generando en paralelo un desapego de los fieles por el prelado, Rubén ha preferido recluirse para evitar contrariar más a sus superiores.

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