la palma

Antonio Hernández: “La fiesta religiosa de la Bajada de la Virgen se vertebra con la sociedad”

Han pasado 50 años desde que se ordenara sacerdote y afronta ahora los preparativos para la que será, desde su papel como máximo responsable del Real Santuario Insular, su segunda Bajada de la Virgen
Antonio Hernández. DA
Antonio Hernández. DA
Antonio Hernández. DA

El rector del Real Santuario de La Virgen de Las Nieves sigue destilando a sus 76 años la humildad concebida como el más pequeño de 12 hermanos en el seno de una familia de Fuencaliente. Han pasado 50 años desde que se ordenara sacerdote y afronta ahora los preparativos para la que será, desde su papel como máximo responsable del Real Santuario Insular, su segunda Bajada de la Virgen, un acontecimiento social, cultural y religioso de la mayor trascendencia para La Palma y cuyo primer acto conmemorativo tendrá lugar el 1 de enero de 2020 para dar la bienvenida a un nuevo año lustral, la fecha del calendario lustral más importante para los palmeros”.

-¿Cómo afronta el rector del Santuario esta nueva llegada de las Lustrales?
“Con más experiencia tras la Bajada de la Virgen de Las Nieves en 2015, cuando afronté las Lustrales tras llegar para asumir esa tarea apenas un año antes. En aquel momento no me consideraba capaz, más allá del acompañamiento, de llevar lo que supone una Bajada de la Virgen. La Bajada de 2020 conlleva para mi una implicación absoluta desde el intento por trasmitir la presencia de nuestra patrona insular durante estas importantes fechas”.

-¿Qué grado de complejidad entraña poner en valor el carácter religioso de las Lustrales frente a tantos actos culturales y lúdicos?
“No cabe duda de que es mucha la tramoya que hay tras la celebración. Es mucha la organización y muchas las estructuras para su celebración. Más allá del aspecto más visible de la Bajada, nosotros los sacerdotes preparamos también una estructura paralela. Estas fiestas y su significado son un asunto muy serio por todo lo que significan para la Isla, en fechas en las que los valores de los palmeros se hacen más presentes que nunca. Nuestra tarea es cuidar y trasmitir el sentido religioso de la celebración. La centralidad de las Lustrales está precisamente en la Bajada de la Virgen, una imagen que se ha convertido en referente, en un icono que esconde un misterio que no podemos explicar y que tiene un valor incalculable más allá de nosotros los curas y de los obispos. Porque lo que la Virgen de Las Nieves nos trasmite es algo muy trascendente. Me sigo asombrando de cómo los fieles que llegan al Santuario de las Nieves son presa de esos silencios tan llenos de fe frente a la Virgen. La gente encuentra y espera encontrarse en la Bajada de la Virgen con respuestas que necesitan”.

-Este acercamiento masivo a la Virgen por las Lustrales es una oportunidad ante la crisis que vive la Iglesia para atraer a más fieles.
“Donde no llegamos los curas y los obispos llega la Virgen. Celebramos las Fiestas Lustrales con esperanza; cada persona tiene su propia historia y su forma de vivir la fe. Nuestra tarea desde la Iglesia es la de acompañamiento de la Bajada de la Virgen a la ciudad. Debemos tener la capacidad, y creo que esa es una oportunidad que nos dan las Lustrales, de tener todos como pueblo un grado de humildad, de generosidad y de acompañamiento. Los seres humanos deben tener la capacidad de acoger, del mismo modo que se acoge a la Virgen en su bajada desde el Real Santuario, a las personas que lo necesitan y poner de manifiesto los valores de generosidad y ayuda a los demás, de acogimiento sin que eso esté reñido con todos y cada uno de los actos de estas fiestas lustrales que son un lugar de encuentro para los palmeros y para los que nos visitan. Vivo con esperanza la realidad, consciente de que tenemos una población más envejecida y jóvenes que buscan su futuro muchas veces fuera de la Isla. Esta es una realidad palpable y se vive en toda la Iglesia porque la mayor parte de los fieles que acuden a nuestros templos son mayores, los jóvenes son minoría y eso nos preocupa, y por eso las Fiestas Lustrales son una oportunidad para dar respuesta, para estar más cerca y oír. La Iglesia de la que me siento parte tiene que estar a la escucha para dar respuestas”.

– Qué me dice de la cooperación entre este rectorado y el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma y el Patronato de cara a los preparativos de la Bajada?
“La Bajada de la Virgen y lo que supone llega a sobrepasar el ámbito eclesiástico. La Iglesia no puede, por la implicación social que tiene, sustraerse de todo lo que representa la Bajada de la Virgen. Hay una comisión y un Patronato que coordinan todos los actos de la Bajada y desde el rectorado del Real Santuario participamos en tanto en cuanto nos llaman y nos necesitan, y al margen de las reuniones que nosotros, como colectivo arciprestal, celebramos junto con la Vicaría. Lo más importante de las Fiestas Lustrales son su centralidad y la relación directa de los actos centrales con la Virgen como el Carro Alegórico, la Batalla de Flores, Los Acróbatas o Los Enanos, lo que representa un orgullo porque demuestra que la fiesta religiosa de la Bajada se vertebra con la sociedad”.

-¿Hay alguna novedad respecto a otras ediciones de las Fiestas Lustrales?
“Repetimos la celebración que ya se llevó a cabo en las Lustrales de 2015. Estamos en el año lustral y lo conmemoramos el primer día del próximo año lustral, el 1 de enero de 2020, con una eucaristía en la que hay una enorme concurrencia de público y en la que participa el grupo de castañuela que va a acompañar la subida de la bandera hacia el morro de la Virgen. Es un momento importante, porque ahí recordamos el significado religioso del lugar”.

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