Algunos no tienen edad ni para votar, pero ya pueden presumir de que han participado en la organización de una jornada histórica. A las 11.00 de la mañana comenzó la primera de las marchas por el Clima en las escaleras del Campus Central de la Universidad de La Laguna (ULL). Al principio eran grupos dispersos; unos venían de colegios, como el Rodríguez Alberto de Santa Cruz, que amenizó con su propia batucada, mientras que otros eran estudiantes de la institución lagunera.
Pero la huelga no era solo para el alumnado. También era laboral y de consumo. En la ULL, fue seguida mayoritariamente, el 72% del personal de administración y servicios no acudió a su puesto de trabajo. En el caso de los docentes, la cifra se elevó al 81%, según datos del Servicio de Recursos Humanos. Con las aulas vacías desde bien temprano, ya se empezaba a intuir el poder de convocatoria del colectivo organizador, Juventud por el Clima. “Yo creo que con esto, tenemos todo hecho para la de por la tarde. Estoy afónico y aún queda lo más fuerte por delante”, auguraba Eduardo Febles, uno de los organizadores.
Según transcurría la marcha, que se desplazó por las principales calles de La Laguna hasta llegar a la Plaza del Adelantado, más evidente se hacía la afluencia. Las autoridades la cifraron de en torno a 1.500 personas, una muchedumbre que se paró frente al Ayuntamiento de La Laguna. Allí, su alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, descolgó una pancarta junto a otros miembros de la Corporación en la que podía leerse: “El cambio climático nos compromete a todos”.
Aquel no fue el único guiño institucional del día. Desde el Parlamento de Canarias, el presidente, Gustavo Matos, afirmó ser consciente de que “estamos en el tiempo de descuento, el planeta no aguanta ni un minuto más y no podemos mirar para otro lado”. En el Cabildo tinerfeño, donde también se realizó un minuto de silencio por el clima, se anunció la intensificación de actuaciones “encaminadas a rebajar la huella de carbono en la Isla”.
Las declaraciones y medidas institucionales que se han venido llevando a cabo en Canarias en los últimos meses en materia climática no son fruto de la casualidad, sino de la alerta ecologista, científica y social ante una emergencia climática. Así se evidenció también en la manifestación que partió de la Plaza Weyler a las 18.00 de la tarde de ayer.
“Ni un grado más, ni una especie menos”. “Si el planeta fuera un banco ya lo habrían rescatado”. “Menos polución, más solución”. Estos fueron solo algunos de los lemas coreados en la marcha que llevaba a Juventud por el Clima a la cabeza, seguidos de organizaciones ambientales, sindicatos y personas que quisieron acercarse a la cita para mostrar su acuerdo con la causa.
Más de 5.000 personas, hicieron ayer el recorrido por Santa Cruz. “Ha sido un éxito, ahora mismo no tenemos la capacidad de saber cuántas personas había, pero nos hemos visto desbordados”, aseguró Febles a unos minutos del fin de la marcha.
Pero si de algo estaba seguro este miembro de Juventud por el Clima es de que la cita “superó a la manifestación de la mañana en ULL y a las manifestaciones anteriores como la del 15 de marzo”.
Nuevas acciones
Esta semana, Juventud por el Clima se reunirá para valorar la jornada de ayer. Todavía les queda mucho trabajo por delante, ya que como Febles adelantaba el pasado martes, “esto no se acabará en la huelga del viernes” y planean nuevas acciones. Asimismo, entre las tareas que tienen pendientes está participar en la futura Ley de Cambio Climático, un papel importante para el que el Gobierno de Canarias les ha pedido consejo.
Jornada histórica
La repercusión de la huelga traspasó las pantallas. Por las redes sociales corrían los vídeos, fotos y sensaciones que deja la adrenalina de participar en una manifestación. Una de las sorprendidas, precisamente, fue la líder nacional del movimiento, Greta Thunberg, que compartió en su Twitter las imágenes de los jóvenes recorriendo La Laguna.
Y aunque los jóvenes tinerfeños detrás de las marchas de ayer no querían tachar desde el principio como “histórico” estos eventos, seguro que hoy se sienten orgullosos. Su ídolo al menos, sí que lo estaba de ellos. Corearon “como dijo Greta, salvemos el planeta”. Y Greta les respondió.