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José Carlos Francisco, presidente de CEOE-Tenerife: “Con la quiebra de Thomas Cook habrá que hacer ajustes”

En una entrevista con DIARIO DE AVISOS, el presidente de la patronal tinerfeña habla de las repercusiones que la quiebra de este operador tendrá para el turismo en las Islas
José Carlos Francisco, presidente de CEOE-Tenerife. Sergio Méndez

-¿Cómo nos puede afectar la quiebra de Thomas Cook en un momento tan malo para el turismo?
“Mucho. Todavía es pronto para dar cifras y cuantificar las pérdidas, pero es obvio que se va a producir una distorsión importante en el sector, sobre todo, por la forma inesperada y abrupta en la que se ha producido. Ahora, depende de nuestra capacidad para suplir la caída de asientos en los aviones y de camas en los hoteles, que los efectos sean más o menos dañinos”.

¿Cómo se pueden minimizar estos efectos?
“Pues como se superan todas las crisis, con ajustes y ofertas. Desde luego no es la mejor opción, pero ahora el sector tiene que ser fuerte para superar este bache”.

-Supongo que ajustes en empleo y ofertas en los precios, y todo esto con un convenio colectivo, al menos en Las Palmas, a punto de negociarse.
“Si. En el caso de Las Palmas el sector tendrá la posibilidad de negociar un pacto ajustado a la nueva situación, pero en Santa Cruz de Tenerife ya lo tenemos firmado, y con un incremento salarial del 10% en tres años. Con los hoteles vacíos, los empresarios se van a enfrentar a un subida de costes labores importante. Será necesario llegar a un acuerdo para hacer ajustes, al menos durante un tiempo o hasta que suba la ocupación. Tenga en cuenta que habrá hoteles que no van a cobrar lo del verano y eso ya, en sí mismo, es un problema. La ventaja que tiene Baleares a diferencia de nosotros es que, aunque no cobren el verano, tienen todo un año para recuperarse hasta su próxima temporada alta. En cambio, nosotros no solo no vamos a cobrar el verano, sino que nos ha pillado justo a las puertas de nuestra temporada alta, que es el invierno. Vamos a tener una baja ocupación, justo en nuestra época fuerte, por eso es tan importante y así se lo hemos dicho a la administración, que las medidas que se adopten sean lo antes posible”.

-¿Ha quebrado nuestro modelo turístico absolutamente dependiente de la turoperación?
“Yo creo que ahora no es el momento de hablar de esto, porque el cambio de modelo se hará por sí mismo. Lo importante es centrarse en la capacidad aérea porque sin aviones no vienen turistas, pero más allá de eso nos iremos adaptando. Demanda va a seguir habiendo porque en Europa y en el mundo seguirá habiendo gente que se vaya de vacaciones, lo que tenemos que hacer nosotros es mejorar la oferta para que vengan aquí. Nuestro sector turístico es fuerte y robusto. Ahora, es cierto que pasa por una mala racha, pero los problemas se solucionarán si se trabaja con cabeza e inteligencia”.

-Y en este entorno entiendo que ya no es viable hablar de tasa turística.
“Yo creo que el Gobierno no tenía muy claro su aplicación, y ahora, menos todavía. No creo que la intención del nuevo Gobierno sea echar más gasolina al fuego. Dicho esto, le digo que realmente no sería una tasa, sino un impuesto, porque una tasa se aplica por la prestación de un servicio que se realiza en régimen de monopolio, y esto es un impuesto sobre la estancia turística. Los impuestos no siempre son malos, por eso existen, y es muy importante el momento en el que se aplican. Mire, hay momentos en el que un antibiótico te cura, y otro, en el que no te sirve de nada e incluso te perjudica. Por eso yo creo que en este momento y en la situación en la que está el mercado turístico sería una medida contraproducente seguro, porque lo que hará será incrementar los costes al hotelero y, además, no es una medida que va a ayudar a que vengan más turistas. Es cierto que no desincentiva, porque ya se aplica en otros lugares, pero tampoco ayuda. Al final se trata de un debate que admite diferentes puntos de vista, pero el mío es que no. Primero porque no es el momento y, segundo, porque creo que la diferenciación de no tener esta tasa nos da mucho más de lo que nos quita”.

-Dejando ya a un lado el tema turístico, la situación económica parece que ha mejorado algo según dice en su informe de coyuntura presentado la pasada semana ¿se equivocaron en sus previsiones?
“No, no, para nada. La situación de inestabilidad internacional con el brexit y Alemania a las puertas de una recesión, así como un gobierno central en funciones y unos presupuestos prorrogados nos hizo pensar que el crecimiento en las Islas no iría más allá del 1,2%. Los datos de los dos primeros trimestres del año se han comportado mejor de lo esperado y esto es lo que nos ha hecho subir la previsión al 1,6%. Pero, a pesar de esto, lo que sí es incontestable es que la economía crece más despacio y eso significa que crea empleo también más despacio y que, además, pensando ya en el año 2020, la mayoría de los factores no tienden a corregirse. Los vientos a favor soplan en contra y no tienen perspectivas de cambiar de rumbo. Con mucha suerte tendremos en junio unos nuevos presupuestos generales. Nos adentramos en un año complicado y esto hará que la desaceleración se acentúe más”.

-Entonces ¿tendremos que volver a apretarnos el cinturón?
“Tenemos que estar alerta. Técnicamente no estamos en crisis. Estamos ante una desaceleración, y es posible que en el año 2020 podamos hablar de una recesión, que se da cuado hay dos trimestres de crecimiento negativo. Mas o menos lo que le está pasando a Alemania ahora. Yo creo que nadie intenta meter miedo. Lo que pasa es que si evaluamos mal el futuro, nos equivocamos. Mire, los empresarios somos los primeros interesados en no ser pesimistas para que la gente siga gastando y dinamizando la economía. Decir esto que estamos diciendo es nuestra obligación porque esconder la cabeza debajo del ala históricamente tampoco nos ha dado buenos resultados”.

-¿Cómo lo afrontamos?
“Pues como le dije antes, estando alerta. En España reaccionamos tarde ante la crisis del 2008 porque, entre otras cosas, la estuvimos negando hasta que fue evidente. Y la negamos únicamente por razones políticas, no porque nosotros no lo estuviéramos advirtiendo. En este sentido, yo creo que la primera recomendación ahora es, precisamente, no entrar en esa dinámica de negar la evidencia, porque saberlo será lo primero que nos va a hacer reaccionar”.

-Pero es verdad que nuestro receso viene por la coyuntura internacional y nacional no tanto por nuestra situación interna.
“Tiene razón, pero Canarias es una economía dependiente y lo que parece tan lejos como puede ser la guerra comercial entre China y EE.UU. nos afecta, y no podemos hacer nada. Imagínese que esto es un avión y nosotros podemos fijar bien el rumbo y ajustar la velocidad, pero si hay tormenta la tendremos que sufrir. El brexit lo vamos a sufrir, la caída del turismo y la desaceleración mundial, también”.

-Entonces, ¿qué alternativa nos queda si nuestro principal sector productivo está tocado?
“Pues diversificar nuestra economía hacia otros sectores. Necesitamos un mercado laboral más flexible y que nuestro nivel educativo sea mucho mejor”.

-¿Cómo hacemos un mercado laboral más flexible? ¿cómo bajamos de la tasa maldita del 20%?
“El problema de Canarias no es su mercado laboral. Las Islas generan empleo suficiente. En el último año hemos creado entre 30.000 y 40.000 puestos de trabajo al año, una cifra importantísima para una economía como la nuestra, pero, sin embargo, como bien dice usted, no bajamos la tasa de paro, y una de las razones es porque nos entra inmigración en cantidades superiores al empleo que creamos. La pregunta ahora sería: ¿por qué entran los inmigrantes? Porque los residentes no estamos preparados, porque no aceptamos determinados trabajos que los extranjeros sí hacen… No sé cual es la razón, pero lo cierto es que tenemos un dinamismo demográfico muy alto que no viene propiciado por una elevada tasa de natalidad, sino por la inmigración. Ésta es una de las razones por las que nuestra tasa de paro está en el 20% y no en el 14%, como en el resto del Estado, que sería lo lógico”.

-Pero es que, incluso trabajando, hay 600.000 personas en exclusión social, según el informe Foessa.
“Me alegro que saque el tema porque voy a estudiar con detenimiento el informe, sobre todo la metodología utilizada porque los datos me sorprenden. Y le explico por qué. El informe pinta un escenario de una sociedad muy débil, desestructurada, poco equitativa y con problemas de pobreza extrema muy grandes, pero, por otro lado, te encuentras una sociedad que tiene unos índices de criminalidad muy bajos, una seguridad importante y una sociedad que atrae cada año a más de 30.000 inmigrantes de países no pobres sino con una renta importante. Esto a mi no me casa. Si se cumpliera lo que dice el informe, estaríamos ante una sociedad con elevadísimos índices de criminalidad, alta mendicidad y con tasas elevadas de enfermedades contagiosas, y no es el caso. Me lo voy a estudiar para ver la metodología”.

-Estos datos justifican más que nunca la aplicación de la renta ciudadana, que es la medida estrella del Gobierno.
“No, no para nada; todo lo contrario. Yo creo que destroza la viabilidad de la renta básica, ¿Por qué? Porque estamos hablando de 600.000 personas en Canarias que están en el umbral de la pobreza. Si vas a resolver este problema con una renta de, pongamos 500 euros al mes, estamos hablando de 6.000 euros al año, por 600.000 personas…haga la cuenta: 3.600 millones de euros al año. Es más de lo que se destina, por ejemplo, a todo el sistema educativo. Estamos de acuerdo en que no es asumible. Mire, yo creo que este tema de la renta básica es cierto que es un objetivo casi irrenunciable del nuevo Gobierno, e incluso, tiene una base jurídica que está contemplada en el Estatuto de Autonomía, pero lo que hará será paliar los problemas más graves, pero no solucionará los problemas del empleo o exclusión social. Primero, porque no hay presupuesto, y segundo, porque se crea un desincentivo para trabajar. En Navarra tienen renta básica, pero me dicen que ya no encuentran gente para trabajar en el campo porque se pagan salarios bajos y la gente prefiere cobrar la renta. Estoy de acuerdo en que hay colectivos que necesitan esta ayuda, pero debe ser transitoria hasta que la persona se reinserte al mercado laboral. En este caso tendría algún sentido aplicar 100 millones a formación para este colectivo y darle una renta para cubrir sus necesidades en esos momentos. No creo que haya que estar frontalmente en contra de esta iniciativa, pero ¡ojo! tampoco podemos caer en el buenismo de para todos y no hacer un seguimiento. El proyecto de ley que se haga debe ir en este sentido y tener en cuenta estas cuestiones”.

-El Gobierno plantea subidas de impuestos porque no tiene dinero y dice que la bajada del IGIC del 7% al 6,5% fue una irresponsabilidad…¿cómo podría afectarnos esa subida?
“Vamos a ver, creo que hay gente que se olvida de las cosas. Mire, cuando se hizo el presupuesto del año 2019, CC no tenía mayoría en el Parlamento, y para aprobar el presupuesto necesitaba el apoyo de algún grupo. Este apoyo lo buscó en el PP, que fue quien le dijo que, a cambio de su apoyo hicieran una bajada de impuestos. Y se bajo el 0,5% el IGIC. En este caso, se podían haber dos cosas: o no bajar el IGIC, o no tener presupuesto. ¿Qué fue una irresponsabilidad? Depende de como lo mires”.

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