Tenerife Shipyards, empresa del Grupo Hidramar, tiene en su plantilla un grupo de trabajadores cualificados para cubrir cualquier demanda de sus clientes en la reparación naval, así como en la prestación de servicios a las plataformas y buques del sector del oil & gas en alta mar.
Un ejemplo fue el trabajo de ingeniería muy destacado realizado por Tenerife Shipyards en la reparación de la plataforma West Taurus, que en febrero de 2018 rompió sus amarras, en medio de un fuerte temporal, y golpeó a un buque portacontenedores. Los daños en el buque fueron arreglados de una manera satisfactoria recibiendo las felicitaciones por parte de la compañía propietaria del buque como de los inspectores de las aseguradoras.
Para acometer la tarea de reparación de el equipo de Tenerife Shipyards tuvo que acometer la construcción de un cofferdam, una estructura temporal hermética para eliminar el agua de una zona que está normalmente sumergida y poder trabajar en ella. Habitualmente se utilizan en la construcción de muelles, diques o puentes. También se conoce como Cofferdam los compartimientos cerrados y vacíos que dentro de los barcos separan entre sí los tanques de diferentes grados de combustible, aceite o incluso agua.
Jonathan Rodríguez, Ingeniero senior de Tenerife Shipyards, afirmó que “nuestro cliente nos pidió que realizáramos la reparación de la plataforma y para poder trabajar tanto por encima como por debajo de la línea de flotación, teníamos que diseñar y posteriormente ejecutar la obra esta estructura para evitar un proceso aún mayor que hubiese sido la parada del barco”.
35 toneladas de acero
Realizar la reparación y sustitución de la chapa del casco y los refuerzos interiores de los tanques afectados a 13 metros de profundidad, implicó que el cofferdam tuviera un gran tamaño y un peso de 35 toneladas”. Rodríguez señaló que “lo normal les hacer cofferdams para realizar cambios de válvulas o reparaciones muy pequeñas, por lo que no es habitual construir estructuras de este calibre para resolver este tipo de problemas, porque lo normal es llevar el barco a un dique y vararlo, pero era la necesidad del proyecto y así lo ejecutamos en Tenerife Shipyards. Estoy muy orgulloso de haber participado en este proyecto”.
Por su parte, su compañero Airam Martín resaltó que “fue muy interesante poder trabajar en todo el proceso, tanto en el diseño de ingeniería, y tras traer todos los materiales, su soldado, utilizando camiones y grúas”, y destacó el desempeño de “soldadores, caldereros y todo el personal para construir esta estructura cuyo plazo de ejecución duró 60 días, en turnos de día y de noche”.
Martín valoró la labor de los compañeros de prevención y seguridad que “siempre estuvieron al tanto de todos los detalles para que se cumplieran las medidas de seguridad que siempre requerimos en este tipo de trabajos”. Y a nivel personal y profesional como ingeniero significó que “fue un privilegio poder trabajar en este proyecto, porque no todos los días se puede ver uno involucrado en este tipo de trabajos punteros”, finalizó.
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