día mundial contra el cáncer de mama

Yaiza, psicooncóloga de Ámate: “Permitir que la persona afectada de cáncer esté mal es un derecho”

La tinerfeña, que forma parte del equipo de psicólogos de la asociación, explica en una entrevista concedida a DIARIO DE AVISOS que "en una sociedad tan racionalizada como la nuestra, aceptar tener cáncer porque sí es muy complicado"

El diagnóstico precoz, los avances en la prevención y la terapia personalizada, junto al apoyo psicológico, son algunas de las piezas clave para incrementar la supervivencia al cáncer de mama, el tipo de tumor más frecuente en la mujer, del que se diagnostican alrededor de 26.000 casos nuevos cada año en España. Una enfermedad que no padece únicamente la persona afectada, sino que actúa como “la onda expansiva de una bomba” que perjudica a todo su entorno, desde sus relaciones personales a su ámbito laboral. Así lo ha denominado Yaiza Moreno Martín, psicooncóloga de Ámate (Asociación de Cáncer de Mama de Tenerife) que trabaja con mujeres que, o bien han sido diagnosticadas de cáncer de mama, o bien lo han superado. “Prestamos apoyo psicológico a las afectadas para que puedan sobrellevar de la mejor manera posible la montaña rusa de emociones que van experimentando a lo largo de cada una de las fases”, ha declarado la tinerfeña a DIARIO DE AVISOS este sábado, Día Mundial contra el Cáncer de Mama.

Yaiza asegura que, aunque el cáncer “tenga el mismo nombre y apellidos”, cada persona responde de una manera u otra ante un diagnóstico de cáncer, ya que influyen factores como “momentos vitales diferentes, experiencias previas, sistemas de apoyo, de afrontamiento…”. “Nuestro cometido es realizar una exploración psicológica previa para descubrir cómo le ha afectado en las distintas áreas de su vida”, explica la psicooncóloga, quien ayuda a las pacientes a afrontar las diversas fases de la enfermedad: de diagnóstico, de tratamiento, de supervivencia y, por último, de recaída o recidiva. El equipo de psicólogos de Ámate también ayuda a los familiares a saber cómo reaccionar y comportarse ante la nueva situación: “La familia tiende a consolar y alentar a la afectada, pero a veces solo hay que estar y dar espacio; permitir que la persona con cáncer esté mal, porque tiene derecho a estarlo, es un aprendizaje muy importante”. “En Psicología intentamos hacer todo lo contrario y que los enfermos sepan enfrentarse a sus emociones: al enfado, al miedo, a la tristeza…”, dice.

En este sentido, al ser preguntada por un patrón emocional frecuente, la trabajadora de Ámate reconoce que la negación es la primera alteración del ánimo que presentan las mujeres con cáncer de mama: ¿Por qué a mí?, ¡no me puedo creer que esto me pase a mí!… “Vivimos en una sociedad muy racionalizada que tiene una explicación para todo, y para lo que no, buscamos directamente en Google”, sostiene Yaiza en alusión a las personas que, ante la falta de respuestas, recurren a las emociones. “Aceptar que un cáncer puede llegar a la vida de cualquiera porque sí es muy complicado”, indica. Asimismo, la incertidumbre ante las consecuencias de la enfermedad o sus tratamientos son otras de las emociones que trabajan diariamente las psicólogas de la asociación tinerfeña.

El equipo de psicólogos de Ámate también trata a las personas que, a pesar de haber superado la enfermedad, demandan ayuda durante la denominada fase de supervivencia. “Es lo que se conoce como el Síndrome de Damocles que se resume en el sentimiento continuo de incertidumbre por si el día de mañana vuelven a ser diagnosticadas de cáncer”, dice la experta, quien admite que, incluso, llegan a sufrir paranoias hasta el punto de convertirse en un impedimento para su día a día. “Ante estos casos, intentamos ser realistas haciéndoles reflexionar sobre cómo quieren que sea su vida hasta el día, si es que ocurre, que vuelvan a estar enfermas”. “No podemos incidir en algo que aún no ha ocurrido”, declara. Junto a estas explicaciones teóricas, los especialistas desarrollan ejercicios prácticas para trabajar el miedo y conseguir que las pacientes, lejos de perderlo, aprendan a gestionarlo.

En alusión a la pérdida de autoestima de las mujeres que se han sometido a una cirugía para extirpar el pecho o parte del mismo, Yaiza reconoce que “sorprendentemente ocurre menos de lo que la gente piensa”. “Al principio, las afectadas solo piensan en sobrevivir, pero en el momento en que confían en superar el cáncer, es cuando se enfrentan al espejo”, manifiesta la tinerfeña, quien añade que esto suele darse sobre todo entre la población más joven. De hecho, en la asociación tinerfeña se lleva a cabo un duelo de la mama perjudicada, una aceptación del nuevo tejido que ha quedado sin células malignas y, por último, una bienvenida al nuevo pecho reconstruido.

Yaiza es una de esas afortunadas a la que le “encanta” su profesión, sobre todo, cuando observa una evolución en las pacientes. He vuelto a ser yo es una de las frases que más reconforta a esta psicooncóloga lagunera, que es consciente de la importancia de su labor para la vida de una persona. Aunque admite que, pese a estar preparada como profesional, “lo peor de mi trabajo es cuando fallecen porque se abren a mí, empatizo con ellas… Eso es lo más difícil”. Sin embargo, Yaiza se muestra optimista y asegura que “de resto, lo mejor es todo” porque “aprendo de ellas y, además, me ayudan mucho a crecer como persona”.

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