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Víctor Guerra: “No es un acto de caridad sino el derecho de acceso a la cultura y el arte”

La grandeza del proyecto Impulso, radica en que cientos de ancianos, personas con discapacidad y enfermedad mental, además de la población reclusa del centro penitenciario en Lal Palma, accederán a programas e interpretes de música clásica de primer nivel.
El violonchelista y director del proyecto (izquierda) junto a la consejera Jovita Monterrey, Kilian Sánchez y Natalia Zamora. | DA

Música clásica interpretada en directo, con un elenco de solistas y músicos de reconocido prestigio, en espacios inusuales como el Hospital de Los Dolores – único geriátrico de la Isla -, la Residencia de Pensionistas, el Centro Penintenciario de la capital palmera, o los centros de atención a personas con enfermedades mentales y personas con discapacidad, así como ante los pacientes de la propia Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital palmero, son los elementos de un proyecto puesto en marcha por el Cabildo palmero y el Área de Salud de La Palma bajo la denominación de Impulso.

La grandeza de este proyecto, del que su director, el joven violonchelista Víctor Guerra asegura que “no es un acto de caridad sino con el derecho de acceso a la cultura y el arte”, radica en que cientos de ancianos, personas con discapacidad y enfermedad mental, además de la población reclusa del centro penitenciario en Lal Palma, accederán a programas e interpretes de música clásica de primer nivel. De este modo La Palma se suma a un proyecto que vincula cultura y cumplimiento de derechos fundamentales como el acceso a la cultura, asumiendo experiencias que ya se desarrollan en otros paises del mundo como Alemania, Israel o Suecia, entre otros.

Las ventajas de este proyecto no son solo experimentadas por los auditorios de personas en situación de vulnerabilidad y que precisan de asistencia en la Red de Centros de Atención Psicosocial dependientes del Cabildo palmero, sino para los propios intérpretes de música clásica que forman parte del proyecto, algunos recién llegados de California tras una gira, o de otros que vuelan a La Palma desde ciudades donde han actuado en teatros y auditorios europeos. Asegura el director del proyecto, acompañado por la consejera de Cultura y Patrimonio del Cabildo palmero, Jovita Monterrey, así como por el director del área de Salud de La Palma, Kilian Sánchez y por la coordinadora Natalia Zamora, que “es un público mucho más honesto, donde no nos sentimos con ninguna barrera y donde no estamos sometidos a ningún juicio”. La consejera resaltó que “el acercamiento a las distintas manifestaciones culturales nos enriquece y nos humaniza, y la música tiene un poder excepcional en la comunicación en la medida en que constituye un lenguaje universal que tiene un gran poder emocional y de evocación, que conmueve por igual a personas de todo el mundo, sin distinción, por supuesto, de estatus social, ni de raza, ni de religión”.

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