Cada uno por su lado

A.M.S. / Agencias

Como el sol y la luna. Los diputados de Nueva Canarias (NC), Pedro Quevedo, y de Coalición Canaria (CC), Ana Oramas, salieron de sus respectivas conversaciones con el rey, por este orden, optimista, él, y apesadumbrada, ella. El primero exhibió ante los medios de comunicación un semblante ilusionante de cara a un acuerdo del PSOE y ERC. “Ser optimista es obligatorio”, exclamó, “para superar la situación de parálisis en la que se encuentra el país. Pero también, “porque no se puede ir a unas terceras elecciones ni hacer más experimentos”. Por el contrario, Ana Oramas le habló al rey del “horror” que le causa la posibilidad de un gobierno progresista en Madrid. Todo ello, mientras en su partido la diputada, junto a Fernando Clavijo, luchan contra la lógica derivada de su reciente fracaso electoral para no solo mantenerse al frente del partido, sino además perpetuar la derechización del mismo, que tanto ha caracterizado la etapa del lagunero.

Pero veamos cómo Quevedo y Oramas escenificaron ayer lo imposible de su coalición electoral. El grancanario, tan optimista como realista, contó que había observado en el monarca la intención de designar a Pedro Sánchez como candidato a la presidencia: “No hay otro escenario y otra ronda de consultas sería patética”. Comentó igualmete que entre el PSOE y ERC hay “voluntad clara de llegar a un acuerdo”, y pidió “suficiente inteligencia” a ambas formaciones para que se desbloquee la situación.

Sobre líneas rojas y cordones sanitarios, afirmó que NC quiere un Ejecutivo de progreso que vaya a favor de los intereses generales de Canarias y citó como “línea roja” un pacto entre el PSOE, la socialdemocracia y la derecha española que, en su opinión, sería “ridículo” y “contranatura”.

Quevedo recordó igualmente que Nueva Canarias es un partido nacionalista que acepta el marco constitucional “con la sana intención de intentar cambiarlo, porque ya toca”. Admitió que “tiene poca lógica” trabajar fuera de ese marco, porque está “abocado al fracaso”. Por ello, apeló a que en la negociación con los separatistas se encuentre “una línea inteligente de respeto”. Sobre si el voto de NC y CC ha de ser el mismo, apuntó que el pacto es para promover la unidad de acción en Madrid en defensa de los intereses de Canarias, pero que “no existe un mandato imperativo de que haya que votar lo mismo”. Acerca de las negociaciones con el PSOE, no hay parálisis: “Hay entendimiento. Daremos un paso más cuando haya un acuerdo entre los socialista y ERC que certifique el desbloqueo”.

Su Majestad continuó con Ana Oramas. Tras estrecharse la mano, don Felipe la invitó a pasar para mantener el encuentro a puerta cerrada. Desbancada por el PSOE del Ejecutivo canario tras las autonómicas de mayo, CC está dispuesta a “escuchar” y “ayudar” si se dan las condiciones para la investidura de Sánchez, con el fin de evitar volver a las urnas. Al menos, esa es la postura oficial, porque Oramas recela de la presencia de Podemos y rechaza que la gobernación dependa de ERC, siendo más partidaria de que el PSOE hable con PP y Ciudadanos. En su comparecencia posterior, la lagunera, con evidente pesimismo, lamentó que Sánchez haya hecho “un Albert Rivera” con Pablo Casado, al reprochar que el presidente del Gobierno en funciones no le haya devuelvo la llamada al líder del PP. “De no dormir con Pablo Iglesias, se han dado un beso en la boca”, expresó en relación al acuerdo de los socialistas con Podemos. A su juicio, es “un horror que este país dependa de unos tipos a los que no les importa España, porque con la única fuerza que se está negociando es con una a la que le trae al pairo los problemas de este país”. Oramas espera que se retomen unas “negociaciones serias”. Y habría que añadir que hubiera mayor entendimiento del existente entre NC y CC.