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Los residuos y La Palma, un futuro un tanto incierto

La Asociación La Centinela recuerda la gravedad de una situación que desde el Cabildo se intenta abordar asumiendo los errores del pasado, e intentando concienciar a una población que sigue sin clasificar miles de toneladas que colmatan el Complejo Ambiental
Imagen del Complejo Ambiental de Los Morenos. | DA

El Complejo Ambiental de Los Morenos corre el riesgo de colapsarse y sobre la instalación, columna vertebral del tratamiento de residuos de La Palma, y donde la mayor parte de las 33 toneladas de basura que generan los habitantes del territorio llegan sin clasificar, pesan varias amenazas, entre ellas las posibles sanciones de la Unión Europea. Esta situación, que la consejera del área en el Cabildo desde hace apenas seis meses quiere conseguir revertir, no parece tener fácil solución.

Esta semana la Asociación La Centinela, una organización ecologista de la Isla, ha hecho públicas imágenes recientes del complejo, más parecido a un vertedero tradicional, que a una instalación moderna donde se recicla. Denuncian con estas imágenes lo que entienden como negligencia por parte de administraciones públicas y ciudadanos, a la hora de abordar el tratamiento de las basuras en una isla Reserva Mundial de la Biosfera.

Desde la entidad, uno de sus portavoces, Pablo Díaz, asegura que La Palma, en esta materia se encuentra en “una situación alarmante”. Recuerdan un viejo asunto, la ilegalidad administrativa del Complejo Ambiental, un asunto que se arrastra desde su apertura, a lo que se suma la colmatación de su celda de vertido, que ha obligado a contratar obras de ampliación y a proyectar la compra de terrenos para construir una nuevo cubículo para enterrar la basura. El grupo de Gobierno tiene claro el objetivo de cumplir con la normativa europea, buscando una clasificación en origen de los residuos, algo que está en manos de los ciudadanos que al mismo tiempo destinan buena parte de sus impuestos a pagar los altos costes de funcionamiento del Complejo Ambiental y del Consorcio de Servicios.

El complejo Ambiental, columna vertebral del sistema de tratamiento de residuos en la Isla. | DA

La Memoria Anual de 2018 del Complejo Ambiental Los Morenos en Mazo, que han sacado a la luz los ecologistas, señala que en 2018 se produjo no una reducción, sino un aumento en las toneladas de basura que llegaron al Complejo Ambiental y a su única celda de vertido. “Para La Centinela, Ecologistas en acción, las cifras no dejan lugar a dudas: del total de 35.861 toneladas de residuos que entraron al Complejo, se depositaron 30.271 toneladas en el vertedero. Solo 2.109 toneladas salieron del complejo con el supuesto objetivo de ser recicladas, un exiguo 6% de lo que entra, demostrando que los intentos por recuperar material reciclable de la bolsa todo en uno son del todo ineficaces”. Así lo recordaron esta semana en una comunicado en el que recuerdan que “mientras que en el conjunto de la Unión Europea las cantidades de residuos municipales depositadas en vertederos han disminuido de manera constante, en La Palma sigue creciendo”.

La recogida de materia orgánica a través del quinto contenedor, el marrón, está siendo muy baja y con un alto contenido de impropios (elementos ajenos a la parte orgánica de los residuos). En resumen, aunque se ha avanzado, el recorrido no es suficiente, lo que se evidencia en que “las cantidades de recuperación, reutilización y reciclaje no cumplen ni de lejos los objetivos del plan de residuos de Canarias ni las normativas española y europea”.

La asociación La Centinela lo tiene claro: “Una de las recomendaciones de Europa para lograr el cumplimiento de los objetivos es la introducción de requisitos obligatorios para separar la fracción orgánica”. Lo más grave es que “ningún municipio de La Palma ha aprobado unas ordenanzas que vayan en esa línea, ni tampoco se ajustan la tasas de basuras a los costes de su gestión, no se premia a las familias que producen menos y separan bien sus residuos ni se sanciona a las que lo hacen mal”. Así las cosas, los ecologistas denuncian que la firma del Manifiesto por una Isla Limpia “no tuvo efectos más allá de la foto oficial”.

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