El ascensor de la residencia de pensionistas, con 113 personas ancianas y dependientes y con cinco plantas de altura, lleva roto 52 días. Desde el 23 de diciembre pasado, el elevador principal de esta infraestructura sociosanitaria dependiente del Cabildo insular de La Palma permanece inutilizada a la espera de que la empresa de mantenimiento sustituya una pieza que “viene de fuera y que no ha llegado”.
Las quejas de familias ante la inoperancia de un recurso para salvar las barreras arquitectónicas del edificio y para dar servicio a más de 100 residentes con problemas de movilidad, se han sumado a las preguntas que los nacionalistas han realizado a la consejera de Asuntos Sociales de la institución, Nieves Hernández. La dirigente insular lamenta que el ascensor no haya podido ser reparado, pero aclara que existe uno auxiliar, de menores dimensiones, que permite el traslado de los usuarios aunque de modo deficitario, dado que es de pequeñas dimensiones y no sustituye al recurso principal, con mucha mayor capacidad y concebido para prestar el servicio en el centro.
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