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Finaliza la alerta, pero el viento deja su impronta en Tenerife

La calima y las altas temperaturas se ensañan especialmente con el Valle de La Orotava, la comarca de Acentejo y Santa Cruz generando escasa visibilidad bajo una nube de polvo
Operarios de los servicios municipales de La Orotava retiran un árbol caído debido al fuerte viento. DA
Operarios de los servicios municipales de La Orotava retiran un árbol caído debido al fuerte viento. DA
Operarios de los servicios municipales de La Orotava retiran un árbol caído debido al fuerte viento. DA

La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias dio ayer por finalizada la alerta por vientos en El Hierro, La Gomera y municipios del nordeste de Tenerife. La alerta fue declarada el lunes por vientos que han alcanzado rachas máximas de entre 70 y 100 kilómetros por hora y que dejaron su impronta en gran parte de esta última Isla, sobre todo en el Valle de La Orotava y en Acentejo, mientras que en el Nordeste y la Isla Baja hubo relativa calma.

En los dos últimos días, la mayor parte de Tenerife sufrió altas temperaturas y calima, mucho polvo en suspensión que generó escasa visibilidad bajo una nube turbia, una situación molesta especialmente para las personas que sufren asma y determinados tipos de alergias, pese a que no será hasta las próximas 48 o 72 horas cuando se empiece a notar sus efectos en la población, de acuerdo a las consultas en los centros de salud y los ingresos en los dos hospitales de la Isla, el Universitario de Canarias (HUC) y Nuestra Señora de la Candelaria (HUNC), afirman desde ambos centros.

El viento jugó una mala pasada en varios municipios del Norte de Tenerife, como La Orotava, pese a que no estaba incluida entre los afectados por alerta. Las rachas alcanzaron los 80 kilómetros por hora según la estación meteorológica del colegio Salesianos, y desde la madrugada, se produjeron caídas de marquesinas, ramas y contenedores, confirmó el concejal de Seguridad, Narciso Pérez.

Por esta razón, desde primera hora se activó un dispositivo conformado por la Policía Local, Protección Civil y los servicios municipales para atender las diversas incidencias. Por fortuna, no hubo que lamentar daños personales.

A diferencia de otras ocasiones, además de la zona de medianías y cumbre, en esta oportunidad también afectó al casco, donde los servicios de emergencias, en colaboración con Bomberos de Tenerife, tuvieron que cortar la calle La Carrera ante el riesgo de que cayeran los cristales de una vivienda.

Por prevención fue necesario cerrar instalaciones como el cementerio municipal, el Jardín de la Hijuela, el Parque de la Marzagana y la zona recreativa de El Rincón.

Otro municipio que sufrió las consecuencias del viento fue la Matanza de Acentejo, sobre todo en la jardinería. Las zonas más dañadas fueron la Carretera General, el parque natural El Montillo, donde se partieron varios árboles; los aparcamientos del cementerio; el techo; el vallado del CEIP Acentejo; y el campo de fútbol.

En esta última instalación, el viento desprendió las redes y parte del alumbrado exterior. A todo ello hay que sumarle la caída de dos farolas en la calle Higueras de Borrallo, que no causaron daños.
En La Matanza, igual que en Santa Úrsula, la persistencia del fuerte viento obligó a suspender, por la tarde, todas las actividades culturales y deportivas en instalaciones municipales.

En este último municipio, el incidente más destacado fue el desprendimiento de una cornisa de una vivienda que cayó sobre un coche y requirió el desplazamiento de Bomberos de Tenerife. También se produjeron varias caídas de ramas, contenedores caídos en la vía, una plancha del terrero de lucha que se soltó, igual que una marquesina de guaguas que no estaba bien fijada al suelo. Estos dos últimos inconvenientes se trasladaron inmediatamente al Cabildo de Tenerife para que hallara una solución.

En lo que respecta a Tacoronte, los operarios municipales atendieron múltiples caídas de árboles, que se tuvieron que retirar en varias calles en la urbanización Jardín del Sol, calle La Sangradera y parques públicos. Igualmente, se quitó un sarzal en la calle Calvario que impedía el paso de vehículos y lo mismo ocurrió en el campo de golf.

El personal de guardia se mantuvo hasta la noche, ya que hasta última hora se produjeron contratiempos, precisó el alcalde, José Daniel Díaz.

En la TF-342, a la altura de Los Realejos, se derrumbó un árbol sobre la vía, que fue retirado después de las correspondientes diligencias y señalizaciones pertinentes. De todo ello se ha informado al área de Carreteras, dado que se trata de una vía insular y desde la Policía Local se efectuaron los desvíos de tráfico por vías municipales mientras duró la resolución de la incidencia.

En el Puerto de la Cruz, una palmera, posiblemente enferma, se desplomó en el Complejo Lago Martiánez sin mayores consecuencias, confirman desde el Ayuntamiento. No obstante, resaltan la suciedad que ha dejado el viento, razón por la cual habrá un “zafarrancho” de limpieza en los próximos días en muchas zonas de la ciudad.

En San Juan de la Rambla, apenas hubo viento, pero este, unido a la calima, aumentó la sequedad ambiental en la agricultura.

“Las papas están recién sembradas y los agricultores miran con desconfianza los próximos días. Si no llueve, la cosecha se pierde irremediablemente y eso supone una catástrofe para un sector que está sobreviviendo a duras penas”, declaró la alcaldesa, Fidela Velázquez.

 

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