
Todas las mañanas el mismo proceder. En cumplimiento con el protocolo establecido, desde el pasado lunes y hasta este viernes, el actor estadounidense George Clooney, que se encontraba en La Palma rodando su primera película para Netflix (Good Morning, Midnight), salía del Hotel Hacienda de Abajo, en Tazacorte, acompañado de los agentes de seguridad privada que le cubrían las espaldas en todo momento. Desde la puerta del complejo hotelero, era trasladado en coche hasta un helicóptero aparcado en el recinto portuario bagañete. Siempre con mucha precaución. Y con este medio de transporte, iba a las distintas localizaciones que acogerían la grabación del filme.
En pocas ocasiones, el procedimiento habitual se vio interrumpido por la aparición de un fan. Estos se acercaban respetuosamente al vehículo en el que iba el artista, o incluso preguntaban al personal si podían inmortalizarse junto a él. Y el norteamericano, haciendo gala de su amabilidad y carisma, más de una vez accedió a fotografiarse con seguidores que, en determinados casos, habían acudido de otros puntos del Archipiélago a la Isla Bonita expresamente para verle. Los que tuvieron contacto con Clooney de este modo, destacan su cercanía; no sentían estar tratando con una celebridad excéntrica sino, más bien, con un ciudadano normal y corriente que quería trabajar con relativa tranquilidad, alejado de los focos, de las aglomeraciones de personas que lo abordan en otros lugares.
Y tal fue la paz y armonía que el hollywoodense encontró en La Palma, que se tomó la libertad de pasear tranquilamente por el frente litoral del Puerto de Tazacorte. Ese fue uno de los escasos momentos en los que pudo vérsele en público, relajado, sin preocupación de los paparazzi y el acoso al que está acostumbrado. Su mujer, la abogada libanesa especializada en Derecho Internacional y defensa de los derechos humanos, Amal Clooney, y los pequeños mellizos de dos años que ambos comparten, Alexander y Ella, completaron la estampa familiar.
Hace justo una semana, aterrizaba un vuelo chárter procedente de Londres en el que viajaba el también director y productor del drama postapocalíptico. Tocaba tierra la estrella que encarnó al mítico Danny Ocean; el protagonista de cintas coronadas en los premios Oscar, como Argo, entre tantos otros éxitos cinematográficos. Había escogido La Palma, tras examinar localizaciones el agosto pasado en Tenerife, para rodar su primer filme de la mano de una plataforma de contenidos en streaming. El lunes, estrenó el famoso helicóptero yendo a visitar los emplazamientos exactos donde tendría lugar el rodaje, para ir tanteando el terreno.
Al día siguiente, y en consonancia con la trama de la historia, en la que George Clooney interpreta a Augustine, un científico solitario que trata de contactar con una nave espacial en su último intento de regresar a la Tierra, el Observatorio del Roque de los Muchachos quedó reservado para las labores de producción. En concreto, el telescopio MAGIC y el LST-1 de la red Cherenkov, dos aparatos de observación que entendieron escenarios ideales para desarrollar una adaptación de la novela de ciencia ficción escrita en 2016 por Lily Brooks-Dalton.
Ya el miércoles, de nuevo en horario matutino para aprovechar al máximo la luz del día durante el rodaje, despegaba el helicóptero. Esta vez, con rumbo San Andrés y Sauces. Para los vecinos de la localidad norteña, ser anfitriones de la película implicó lidiar con cortes en las vías de entrada al Área Recreativa y Centro de Visitantes de Los Tilos. Un inconveniente mínimo si se compara con la repercusión que ha tenido el nombre del municipio y de la Isla a nivel nacional e internacional, así como de la que gozará de cara a próximas filmaciones.
En la edición del jueves, DIARIO DE AVISOS ya adelantaba que, vistos los inusuales movimientos de vehículos de grandes dimensiones en Fuencaliente, muy probablemente este sería el siguiente plató natural escogido. El faro del municipio, que los palmeros recuerdan, entre otros motivos, por ser el punto de salida de la prueba deportiva de trail running Transvulcania -en sus modalidades de maratón y ultramaratón-, albergó el trabajo de Clooney y su equipo. Finalmente, el viernes era el entorno cercano al mirador astronómico del Llano del Jable, en El Paso, el emplazamiento previsto para la última jornada de grabación.
Si algo ha llamado especialmente la atención a George Clooney de La Palma, es el hecho de poder pasear sin impedimentos, sin tener que esconderse. No le hizo falta. Lo que halló en la ínsula canaria fue serenidad y respeto por él y su familia. Una circunstancia que, al parecer, le dio la confianza suficiente como para darse un salto a otras localidades palmeras a título particular, así como para ver delfines en el Fantasy, un pequeño y rápido barco con el suelo de cristal, con otros miembros del elenco como el actor Ethan Peck.
Según ha podido saber este periódico, la relación de la familia Clooney con la Isla Bonita podría haber marcado ayer, con su regreso a Londres, tan solo un punto y aparte. Ya otras celebridades de la gran pantalla han escogido el Archipiélago para tener una residencia vacacional; Jason Stathan (Transporter), por ejemplo, que posee una vivienda en La Gomera y sus padres en Gran Canaria. ¿Será este el caso?
Lista: privacidad, habitación a 1.000 euros la noche y su cafetera favorita
El afamado artista se alojó estos días en el primer hotel emblemático de Canarias, el Hacienda de Abajo. Un complejo resultado de la rehabilitación de una antigua hacienda azucarera del siglo XVII, y en el que ya han pernoctado otras estrellas de Hollywood. Para cumplir con los requisitos de la productora, los responsables del selecto hospedaje realizaron algunas modificaciones, como la colocación de vallas en las zonas más descubiertas para preservar su privacidad. Asimismo, la habitación en la que se hospedó la familia Clooney, cuyo coste era de 1.000 euros la noche, estaba equipada con su incondicional Nespresso.