candelaria

La Patrona celebra su día en el ‘veranillo de las candelas’

Numerosos fieles acompañaron ayer a la Virgen de Candelaria en la principal jornada de su festividad, el 2 de febrero, en la que el obispo de la Diósesis Nivareiense, Bernardo Álvarez, advierte: “El egoísmo lleva a nuestra sociedad a la autodestrucción”
Reportaje fotográfico: Fran Pallero

Desde primera hora de la mañana se respiraba ambiente de día grande en Candelaria, con una marea de ciudadanos recorriendo la calle de la Arena de un extremo a otro y el entorno de la Basílica. Turistas y visitantes procedentes de otras partes de la Isla se detenían en los escaparates de la céntrica vía peatonal antes de entrar muchos de ellos a las tiendas, abiertas de par en par. Quienes no detenían su marcha eran los peregrinos más rezagados que, después de horas de caminata, alcanzaban la meta de la Villa Mariana con rostros cansados, mochila a la espalda, bastón y sombrero.

En la plaza Patrona de Canarias costaba encontrar una mesa libre en las terrazas en las que los camareros se multiplicaban sirviendo a media mañana ‘pulguitas’ y cortados para desayunar o aperitivos madrugadores. El tiempo, con sol radiante, cielo azul y sin viento, se sumó a la fiesta y extendió sobre el Valle de Güímar el ‘veranillo de las candelas’.

Tras la emotiva noche del sábado, que reunió a más de 5.000 personas acompañando a la Virgen de Candelaria por el casco urbano durante la Procesión de las Candelas, el día grande de la festividad de la Patrona de Canarias comenzó, como manda la tradición, con el traslado del Pendón de la Villa hacia la Basílica, acto presidido por la alcaldesa de Candelaria, María Concepción Brito, y al que asistió el resto de la Corporación municipal; el subdelegado del Gobierno, Jesús Javier Plata; representantes del Ejecutivo de Canarias, encabezados por el consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, José Antonio Valbuena; miembros del Cabildo de Tenerife, liderados por su vicepresidente, Enrique Arriaga; mandos de los tres ejércitos, con el general jefe, Carlos Palacios Zaforteza al frente, cuerpos y fuerzas de seguridad, diputados, alcaldes, concejales y representantes del cuerpo consular.

La comitiva contó con la participación de la Agrupación Artístico-Musical La Candelaria de Arafo, dirigida por Carlos Daniel Albertos, y la Banda Las Candelas, con Mauro Fariña a la cabeza, así como una representación de las policías locales de Santa Cruz y Candelaria con traje de gala.

Tras un recibimiento con repique de campanas, comenzó la misa en el interior de un templo en el que no cabía un alfiler en sus tres naves, lo que obligó a la mayoría de los presentes a seguir de pie la larga eucaristía de más de una hora. En su homilía, el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, rompió el estricto guion que ofrece a los fieles cada 15 de agosto, festividad de la Virgen María, y lanzó varios mensajes adaptados a la actualidad que difunden estos días los medios de comunicación y que recibieron de buen grado autoridades y público en general. Así, tuvo palabras para Venezuela y rogó para que sus dirigentes sean “iluminados” y cesen los casos de “persecución política” y la “falta de alimentos entre la población”. “¡Qué tristeza da ver la situación actual de este país que abrió sus puertas a tantos canarios”, dijo.

También tuvo un recuerdo para el incesante goteo de pateras y cayucos en las costas canarias. “Nuestros hermanos de África llegan en barquichuelas esperando ser salvados tras una travesía tan dura”, señaló, para, acto seguido, lanzar una advertencia a la comunidad cristiana: “Vivimos unos tiempos en los que no se puede vivir la religión de una manera superficial y frívola. Nuestra sociedad va hacia la autodestrucción porque se desentiende de los demás, prima el egoísmo y cada uno mira solo por sus intereses”.

En la mesa de la palabra, Bernardo Álvarez pidió un ruego por los infectados por el coronavirus, “por ellos, por los médicos y los investigadores de esta enfermedad que se ha expandido por el mundo”. Por último, hizo un llamamiento a las autoridades locales para que sean “iluminadas en su trabajo por el bien común”.

Al finalizar la eucaristía, un nuevo repique de campanas y los himnos de Canarias y España inauguraron la solemne procesión alrededor de la plaza, en la que esperaban numerosos devotos. Entre aplausos y continuos vivas a la Virgen, la imagen, que lucía manto blanco bordado en color oro, recorrió en 20 minutos el perímetro de la plaza, escoltada por las autoridades y las bandas de música, mientras una docena de parapentistas apuraba desde las alturas una formidable mañana veraniega. Los himnos, otra vez, y una salva de fuegos que llenó el cielo de palomas desorientadas dieron por finalizado el acto principal de la festividad de la Virgen de Candelaria.

A su conclusión, la alcaldesa del municipio, María Concepción Brito, destacó, en declaraciones a DIARIO DE AVISOS, el carácter emotivo de esta celebración respecto a las fiestas de agosto. “Llegan muchas personas desde diferentes puntos y numerosas parroquias para vivir la fe al lado de la Virgen y es ese encuentro el que nosotros siempre queremos cuidar. La Virgen es un símbolo de fe para los tinerfeños y los canarios, y nos guía con su luz y esperanza, lo que se traduce en un mensaje de unidad y de convivencia de nuestro pueblo”, manifestó. Por último, la regidora expresó su confianza en que el Cabildo recupere el próximo año el 2 de febrero como día festivo insular.

TE PUEDE INTERESAR