coronavirus en canarias

Adiós a la cuarentena en el hotel de Adeje

Sanidad levanta el protocolo de medidas restrictivas y los últimos clientes pueden abandonar desde hoy el establecimiento
Tres miembros del operativo sanitario dialogan frente a la entrada principal. J.C.M.
Tres miembros del operativo sanitario dialogan frente a la entrada     principal. J.C.M.
Tres miembros del operativo sanitario dialogan frente a la entrada principal. J.C.M.

Se acabó la cuarentena. Las autoridades sanitarias dieron la pasada madrugada por finalizadas las medidas restrictivas en el hotel H10 Costa Adeje Palace, donde se detectó el pasado 24 de febrero el primer foco de coronavirus en Tenerife tras el positivo registrado por un turista italiano, al que siguieron cuatro ciudadanos más de la misma nacionalidad y una huésped británica.

El levantamiento de las restricciones, una vez superado el período de vigilancia de clientes y trabajadores, establecido en 14 días, permite a los turistas abandonar desde hoy libremente el complejo hotelero que ha estado en el punto de atención de los medios nacionales e internacionales durante dos semanas. Anoche se estimaba que el número de clientes que permanecía en las instalaciones rondaba el medio centenar.

dibujos infantiles

Según pudo saber DIARIO DE AVISOS, numerosos niños han dejado en la recepción del establecimiento, antes de partir con sus familias a sus países, dibujos pintados durante el período de cuarentena en señal de agradecimiento por el trato recibido desde que estallara la crisis sanitaria. Son dibujos de sonrisas, de turistas con mascarillas, de paisajes, de soles… con los que reflejan la solidaridad mostrada por los empleados y el equipo directivo del complejo.

Asimismo, este periódico también pudo confirmar que muchos clientes han querido despedirse con un generoso reconocimiento al trabajo realizado por el personal a través de cuantiosas propinas que ahora la plantilla decidirá a qué finalidad las destinan. Algunas lágrimas de emoción se han escapado en las despedidas de la clientela de los profesionales hosteleros y sanitarios.

inicio de la crisis

Atrás queda una pesadilla que se inició en la noche del lunes del Carnaval, una vez que se conocieron los resultados de las pruebas realizadas a un médico italiano que se presentó en la clínica Quirón de Playa de Las Américas y que contagió a cuatro compatriotas más en el hotel de su círculo más próximo y a una mujer británica, que fue la última en infectarse y la primera en recibir el alta médica. La misma noche del primer caso se decretaba el aislamiento del hotel y el confinamiento de sus 723 clientes de 25 nacionalidades y de los empleados que en ese momento prestaban servicio.

Ayer, último día de una cuarentena que empezó a romperse desde que el 28 de febrero comenzó a salir el primer grupo de nueve turistas residentes en la Isla, apenas se apreciaban movimientos en la entrada principal del establecimiento: los camiones de reparto de mercancías de cada lunes, alguna ambulancia saliendo del recinto sin señales luminosas ni acústicas y varios miembros del equipo sanitario caminando entre las carpas situadas por fuera del hall de recepción y los módulos prefabricados instalados por el Ayuntamiento de Adeje para el Servicio de Urgencias Canario.

La gran mayoría de los ventanales de las habitaciones permanecían cerradas y con las cortinas desplegadas. A diferencia de las jornadas anteriores, costaba encontrar algún huésped asomado a un balcón. Y en la piscina ha desaparecido el griterío infantil y los chapuzones sonoros bajo el intenso sol. Una anómala quietud reinaba entre las hamacas y sombrillas, más vacías que nunca. Por fuera, solo cuatro vehículos en un parking desierto es otra de las imágenes que refleja el vaciado progresivo del complejo hotelero.

menor expectación

Las últimas horas de aislamiento se vivían con menor intensidad desde la tribuna de periodistas, una balconada sobre un montículo situada a tiro de cámara de la entrada del establecimiento en la que se llegaron a instalar una docena de televisiones en las fechas del shock inicial y que en la jornada de ayer apenas contaba con dos objetivos apuntando hacia las carpas sanitarias junto a una unidad móvil de la Televisión Canaria.

Los turistas que caminaban por la zona, la mayoría descamisados y agrupados en parejas, también parecían haberse acostumbrado al despliegue policial y médico. Tanto los que subían y bajaban en dirección al paseo del Barranco del Agua como los que salían y entraban al hotel Sheraton La Caleta, contiguo al H10, y los que transitaban por la calle La Enramada apenas se inmutaban ante el paisaje de ambulancias amarillas y los furgones grises y azules de la Policía Canaria y del Cuerpo Nacional de Policía. El interés por las fotos y los selfies también parecía haber decaído.

No faltó a su cita diaria el Himno de la Alegría, convertido en una especie de banda sonora durante las últimas dos semanas para la prensa que ha montado guardia y que repican las campanas de la iglesia de San Sebastián a las 13.00 y 14.00 horas. La pegadiza melodía parecía sonar ayer con más sentido que nunca para anunciar a los cuatro vientos el final de una pesadilla de 14 días.

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