No es nuevo. Siempre se hacía en Eastnor Castle, en la gran finca que Land Rover tiene cerca de Birminghan, o en aquellos países que luchaban contra la deforestación. Una buena parte de los participantes canarios en el Camel Trophy, que este año cumple 40 años de sus inicios, se reunieron este fin de semana en Gran Canaria para volver a vivir el espíritu aventurero y deportivo que llevan en la sangre, pero también para colaborar con una noble causa, la plantación de pinos y brezos en algunas de las zonas desbastadas por el fuego en Gran Canaria en los últimos meses.
En concreto este sábado se plantaron en una ladera de Los Moriscos, cerca de la Laguna de Valleseco, más de un centenar de ejemplares que pronto contrastarán con las huellas negras que quedaron en los troncos del siempre renacido pino canario.
El grupo de cameltrophistas, comandados por Fernando Lorenzo, quien fuera coordinador del equipo tras su participación hace 30 años en el Camel Trophy de Baikal, junto al tinerfeño Carlos Luengo, realizó además una ruta por el centro de Gran Canaria, en un día que permitió disfrutar de la belleza del corazón de la Isla, con el Roque Nublo siempre vigilante.
Además, no solo realizaron la plantación sino que además pudieron sacar del fondo de un barranco restos de automóviles oxidados y hasta ayudaron a rescatar a un quad que se despechó por una ladera, siempre demostrando ese espíritu de equipo de una prueba que recorrió durante viente años (1980-2000) los países y lugares más recónditos del planeta.
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