Se cumplen tres semanas de confinamiento por el coronavirus, es decir, el ecuador del aislamiento de la población, una vez que ayer se conoció que se prorrogarán dos semanas más las restricciones a la movilidad. A lo largo de este tiempo proliferan, con todo el merecimiento, los homenajes y reconocimientos al personal sanitario, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y al Ejército, que cada tarde a partir de las siete recogen una salva de aplausos desde los balcones.
Aunque hay otros colectivos profesionales que desempeñan una labor menos visible, pero de un gran mérito, entre ellos, los trabajadores de los supermercados, los transportistas, conductores de guaguas, taxistas, maestros, profesores y, entre otros, los quiosqueros. Hoy queremos agradecer de manera especial a este último gremio, que presta una labor esencial – y así reconocida por el Gobierno al ser incluida en el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo entre los servicios que se mantienen mientras dure el Estado de Alarma- para que los ciudadanos permanezcan perfectamente informados a través de la prensa escrita de cuanto rodea a la actual crisis sanitaria provocada por el Covid-19 y cualquier hecho informativo que se produzca tanto en el ámbito local como del exterior.
Independientemente de que sean hombres o mujeres, son personas que se entregan a su trabajo cada día a sabiendas de que cuando levantan la persiana de su quiosco o tienda no recibirán en estas fechas la clientela habitual, pero mantienen su voluntad de servir y atender a sus clientes con la misma profesionalidad y afecto de siempre.
Protegidos con mascarillas y guantes, no dudan en ofrecer su mejor sonrisa al consumidor ya sean los de siempre o los nuevos, obligados por las circunstancias, al estar imposibilitados de tener acceso a la prensa que hasta hace pocas semanas leían en el bar compartiendo comentarios con otros parroquianos.
Los quiosqueros no eluden que también se exponen a un posible contagio al enfrentarse cada día a quienes no respetan las debidas distancias de seguridad. Por esta razón, algunos han optado por instalar en sus locales mamparas para resguardarse del coronavirus.
Hay quienes han tenido que reducir su horario por diferentes motivos, pero otros trabajan de forma ininterrumpida desde la mañana hasta casi entrada la tarde, porque tienen en su negocio otros productos que les ayudan a subsistir y complementan sus ingresos.
Tampoco tienen descanso, su jornada es de lunes a domingo de forma ininterrumpida. Los fines de semana, cuando la sociedad descansa, demanda aun más información y tiene más tiempo de sentarse a leer la prensa, y por lo tanto, su trabajo se incrementa.
Desde sus quioscos resisten esta crisis porque saben que son un servicio básico y fundamental para garantizar que la sociedad esté bien informada y de esa forma puede afrontar mejor situaciones extraordinarias como las que les ha tocado vivir a todos los españoles desde el 13 de marzo.
Por todo ello y por mucho más, su trabajo diario también es merecedor de un aplauso y de un merecido homenaje que desde DIARIO DE AVISOS queremos brindarle este domingo.