puerto de la cruz

La ciudad dormida

Calles vacías, carteles de ‘Se alquila’, colas en las entidades bancarias y personas camino al supermercado, es la estampa central la que fuera la primera ciudad turística de Canarias

Tercera semana de confinamiento en el Puerto de la Cruz. Las calles del centro están completamente vacías, negocios y cafeterías cerradas, un mar que espera a lo lejos a algún atrevido que se quiera dar un chapuzón y carteles de ‘Se alquila’. No hay nadie a la vista, ni siquiera en la plaza del Charco, símbolo de la ciudad, donde hasta los kioscos permanecen cerrados pese a que la actividad – venta de diarios y revistas- está contemplada en el Real Decreto Ley 11/2020 por el que se dictan las medidas complementarias al Estado de Alarma que comenzó en España el 13 de marzo.

Un camión blindado de la Unidad de Infantería del Acuartelamiento de Hoya Fría en el muelle, donde hace apenas unas semanas se concentraban diariamente cientos de personas, agravaba ayer aún más la estampa, ayudada por efectivos de la Policía Nacional vigilando para que ningún ciudadano se saltara el confinamiento.

Era lo más parecido a una guerra, aunque sin trincheras. Reinaba un silencio incómodo, apenas interrumpido por los escasos coches que pasaban, algún vecino que saludaba a otro desde su balcón y los camiones de reparto de mercancía, entre los que sobresalían los de agua mineral. Solo había gente haciendo cola por fuera de las entidades bancarias y camino a los supermercados.

Resulta difícil ver a la ciudad dormida, sin el mobiliario de los locales de restauración ocupando la vía pública, el ruido habitual de los comercios o sin turistas agolpados en el Paseo San Telmo. Quizás todo ello sea la viva prueba de que el encanto del municipio, que lo diferencia de otros destinos turísticos, reside en la mezcla del residente con el visitante, como reza el eslógan promocional ‘Puerto de la Cruz, parte de tí’. Pero el primero ya casi no sale y el segundo se tuvo que ir, ambos obligados por las circunstancias de esta crisis sanitaria.

La realidad es desoladora y dura de asumir para la que fuera primera ciudad turística de Canarias, pese a que es sinónimo de obediencia, de que se están haciendo las cosas bien y que la ciudadanía entendió que la única manera de protegerse y salvar su vida y la de los suyos es no salir de casa.

Las consecuencias del coronavirus se notan en cada rincón del Puerto de la Cruz, pero más en el centro que en barrios como en San Antonio o La Vera, donde agentes de la Policía Local realizaban ayer los controles sin ningunda incidencia que destacar.

Hasta el momento, solo se han elevado unas 40 propuestas de denuncia por quebrantamiento del Real Decreto que se dirigirán a la Subdelegación del Gobierno y ninguna de ellas es grave, confirma el alcalde, Marco González, quien subraya la responsabilidad de la población y el “comportamiento ejemplar” del sector empresarial a la hora de cumplir las medidas adoptadas.

“En un primer momento lo más importante era salvar vidas, y luego mejorar la situación de las personas que se van a quedar sin hogar y sin trabajo, y en ello estamos trabajando, para dar respuesta a todo lo que vaya surgiendo de aquí en adelante, buscando un único titular: la tranquilidad de los vecinos y la seguridad como prioridad”, sostiene.

Sin embargo, el mandatario no oculta que la consecuencia directa de esta coyuntura será una crisis económica importante que además, no tardará en llegar. Por eso el grupo de gobierno “tiene las luces largas puestas para ver ese horizonte al que quiere ir y que sin duda, será con cambios y alzando la voz para que las autoridades supramunicipales entiendan que las ciudades turísticas necesitan otro tipo de medidas”. En concreto, se refiere a otro modelo de financiación y a poder utilizar el superávit del Ayuntamiento para volver a recuperar la economía.

González se muestra convencido de que el turismo volverá “y pronto”, y para lograrlo, todos los sectores, Ayuntamiento, empresarios y ciudadanía, tienen que remar en la misma dirección.

De otra parte, reconoce que los usuarios de servicios sociales ha aumentado en estas últimas semanas y se están dando de alta personas “que nunca pensaron que tendrían que acudir a esta área y que ni siquiera saben cómo funciona el sistema”.

De ahí que se haya dado prioridad a todas las partidas destinadas a las ayudas al alquiler, alimentos, y farmacias, con la complejidad que eso conlleva porque hay que cumplir los procedimientos administrativos “que se han intentado agilizar”, y también de las ONG que contribuyen a dar salida a esta situación.

Puerto de la Cruz ha tomado decisiones que no tienen precedente. Ha sido la primera localidad que puso a disposición un hotel para atender a las personas sin hogar y otro para sanitarios con el fin de evitar los desplazamientos. También en habilitar un número telefónico gratuito (900 700 704) para atención psicológica. El servicio, que está operativo de 12.00 a 20.00 horas todos los días ampliará su horario a partir de las 09.00 debido a la demanda.

La solidaridad también ha sido dado muestras de sobresaliente con La Resistencia, un grupo de apoyo que surgió por iniciativa de un portuense que ya reúne a más de 800 vecinos para crear kits de material sanitario y viceras de protección destinados a los colectivos que la necesiten.

Una ciudad que “no para” según el alcalde, pese a que por fuera dé la impresión de que esté dormida pero que por dentro se mueve y se esfuerza para despertarse de un mal sueño.

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