Aunque la apertura, como en todas las fases, sea en lunes, y gracias, entre otras razones, a la ola de calor en la que estamos inmersa, hoy se espera que una avalancha de tinerfeños -porque turistas no hay- se zambullan en el mar después de más se 70 días de sequía por el estado de alarma decretado por el coronavirus.
Una reapertura de playas, calas, charcos y piscinas naturales que debe cumplir con unas normas básicas de comportamiento, pero que cada ayuntamiento ha adaptado a las características de sus zonas, incluso midiendo el espacio en pleamar y bajamar.
Casi todas las playas tendrán un horario de uso de 10 a 18 horas, con límites de aforo que controlarán socorristas -donde los haya- , Protección Civil y Policía Local, que en algunos casos ya están designados con una cantidad -en Candelaria, por ejemplo, tras rebajarlas ayer, en una de las calas de Punta Larga no podrán haber más de 150 personas y en otra, 100-, y en otros por porcentaje de espacio, con delimitación incluso de espacios por edades, familias o individuales, como en Güímar o Arona.
En Güímar, además, el Ayuntamiento pondrá a disposición de los usuarios, para las playas de El Puertito y El Socorro, un código QR para reservar 4 metros cuadrados por persona y por un espacio de tiempo que podrá ser ampliable.
En las playas de El Médano, se mantendrán las zonas para el baño y otras para la práctica del deporte, casi como ha sido costumbre en una de las calas naturales más grandes de la Isla.
En Adeje abrirán, al menos hoy, La Enramada y Playa Fañabé, pero no sus servicios de hamacas, sombrillas y demás. Las otras playas se irán abriendo a medida que vaya transcurriendo los días para presumiblemente estar operativas todas ellas a partir del viernes.
Igual ocurrirá en Arona, donde el Ayuntamiento abre solo Las Galletas, Los Cristianos y Las Vistas, con un límite de aforo, recordando que cada usuario debe llevar obligatoriamente una toalla, que están prohibidas las sombrillas, neveras con comida y bebida, los juegos de pelota y raqueta y hasta fumar. En definitiva, que hoy llegará la gran zambullida, pero siempre, aviso a navegante, atendiendo a las normas singulares de cada municipio.