
El CD Tenerife suma ya tres jornadas consecutivas sin perder y las dos últimas ganando. Ayer golearon al Mirandés con dos goles de Milla, otro de Aitor Sanz y uno más de Dani Gómez. Con este triunfo los blanquiazules dejan atrás ya definitivamente el descenso, que se queda a ocho puntos, y quedando siete partidos aún por jugarse, los de Baraja pueden aspirar a dar la sorpresa de la temporada.
El once inicial de Rubén Baraja dejó una única novedad. Alberto dejo su puesto en el centro de la zaga para que volviese a jugar junto a Sipcic.
Al igual que sucedió el pasado fin de semana en El Sardinero, los blanquiazules se pusieron por delante en el marcador muy pronto. De hecho en la primera llegada a la portería mirandesa, Aitor Sanz puso por delante en el marcador a su equipo. El centrocampista remató abajo con la izquierda desde fuera del área, tras recibir una asistencia de Shaquell Moore. Apenas se había jugado siete minutos y los blanquiazules ya iban por delante en el marcador.
Pero la tarde se puso aún mejor para los locales cuando Joaquín Muñoz arrolló por detrás a un Álex Muñoz que se había sumado al ataque en una acción ofensiva del Tenerife. El colegiado no tuvo ninguna duda y Luis Milla se hizo cargo del balón para lanzar la pena máxima. El madrileño lanzó con potencia a la izquierda y el balón entró en la meta de Limones tras tocar el poste (min 14). 2-0 y el partido estaba prácticamente decidido, ya que el Mirandés no parece tener fuelle para seguir el ritmo que marca un Tenerife que tiene una marcha más que su rival.
Fue tras cumplirse la primera media hora de partido cuando el club visitante empezó a dar algún síntoma de estar vivo. Obviamente, el Tenerife con el 2-0 en el marcador estaba muy cómodo, por lo que le tocaba al Mirandés tener la inicitiva. Los de Iraola se metieron en el partido gracias a tres saques de esquina que tuvieron. Los locales tuvieron que replegarse para aguantar el resultado intacto y llegar al descanso con esa enorme ventaja.
Alexander González y Álvaro Peña intentaron meter en el partido a su equipo con dos remates fallidos. Pero cuando parecía reaccionar el equipo de Miranda del Ebro, Odei Onaindia sufrió una lesión en la rodilla que paró el ritmo que había cogido su equipo.
La segunda parte comenzó mal para el Tenerife. El Mirandés se metió en el partido nada más pisar el césped del Heliodoro. La asistencia de Martín Merquelanz, con un centro al área tras un saque de esquina, la aprovechó Marcos de Sousa con un remate de cabeza a quemarropa junto al palo izquierdo.
Se confirmó que los blanquiazules entraron muy fríos a la segunda parte cuando Marcos de Sousa mandó al palo de la meta defendida por Ortolá un centro desde la derecha. Sufría el Tenerife porque el partido había dado un vuelco y los ataques iban en dirección a la meta blanquiazul. Tocaba sufrir.
Y así debió de pensarlo Baraja, quien hizo su primer cambio en el minuto 61. Entró Dani Lasure y se retiró un Joselu que mostraba signos de cansancio.
Cuando el canguelo se había apoderado de los tinerfeñistas, se juntaron Moore y Dani Gómez para marcar el tranquilizador gol de la tarde. El norteamericano puso un centro absolutamente medido desde la derecha que no desaprovechó el jugador cedido por el Real Madrid. Cabeceó con potencia el delantero sin que Limones no pudiera hacer nada. Sin embargo, el VAR revisó la acción para analizar si el punta blanquiazul estaba en fuera de juego. Finalmente el gol subió al marcador y el equipo local respiraba tranquilo de nuevo.
El gol volvió a hacer daño al Mirandés e Iraola intentó que los suyos volvieran a reaccionar con un triple cambio. Entró al campo Iñigo Vicente sustituyendo a Joaquín Muñoz, Matheus Aias a Gorka Kijera y Ernest Ohemeng a Marcos de Sousa.
También cambió la fisonomía del equipo . Fiel a su filosofía un tanto reservona, el entrenador metió a Ramón Mierez por Álex Bermejo mientras que Iker Undabarrena relevó a Dani Gómez. Los cambios estaban pensados para cerrar el partido, para que no pasase nada más en el choque.
Lo cierto es que después del gol, el partido fue perdiendo mucha intensidad. Los locales agotaron los cambios con la entrada al campo de Suso Santana, quien sentó a Shaquell Moore.
Gracias a los hombres de refresco introducidos por Baraja, apenas pasó nada más en el partido hasta los minutos finales, cuando el Tenerife cerró la cuenta goleadora con una acción que partió de las botas de Aitor Sanz. El madrileño abrió a la derecha un balón largo y Suso corrió detrás de él. Centró el de Taco, remató bien Ramón Miérez, pero paró Limones, pero el rechace se fue al centro del área. Allí esperaba, con la caña preparada Luis Milla para marcar su segundo gol de la tarde.
Con un merecido 4-1, el Tenerife acabó un partido que le permite conseguir más de medio billete para lograr la permanencia.