Por J.B/Europa Press
Cuando el presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, afirmó que Canarias podía convertirse en un “laboratorio” para la desescalada, algunos, en las redes sociales, se le echaron encima. La palabra “laboratorio” tiene un sesgo negativo en un espacio político, el europeo, con una larga tradición imperial de súbditos coloniales sometidos a todo tipo de tropelías. Pero era eso, una palabra. Porque no había experimento. Simplemente hemos estado en la avanzadilla tras una evolución “espectacular” en la incidencia del coronavirus en la mayor parte del territorio canario, como reconoció públicamente el famoso doctor Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad. Sobre todo, en La Gomera, El Hierro y La Graciosa, que hoy pasan a la Fase 3, donde el Gobierno canario espera que esté el resto del archipiélago el próximo 8 de junio. Solo Formentera, en Baleares, pasa también a esta fase.
El espacio de referencia por el que uno se podrá mover en la Fase 3, seguirá siendo la isla y solo podrá desplazarse fuera por motivos laborales, familiares o alguna causa de fuerza mayor, pero la vida se relaja y los ciudadanos de estas cuatro islas podrán salir a la calle sin atender a franjas horarias, que han sido eliminadas para todos los colectivos. Además, se permitirán reuniones de hasta 20 personas.
En la hostelería y la restauración, se podrán abrir las terrazas al 75%. Dentro, el aforo podrá ser de hasta el 50% de lo habitual y será posible atender en la barra siempre que se garantice una separación mínima de dos metros entre clientes. Los que no podrán abrir todavía son los locales de discoteca y bares de ocio nocturno. En hoteles y alojamientos turísticos, se permitirá la apertura al público de las zonas comunes siempre que no superen el 50% del aforo.
Los habitantes de estas islas tendrán también acceso a establecimientos y locales comerciales minoristas, así como de actividades profesionales (abogados, notarios, consultas…) con independencia de su superficie útil de exposición y venta, siempre y cuando se limite su aforo al 50% de lo habitual.
La iglesia también amplía su aforo y ya podrá ser de hasta el 75% de lo permitido habitualmente. E igual que han aumentado los paseantes y corredores por nuestras calles, no descartemos que se incrementen los feligreses. En la fase 3, los velatorios podrán celebrarse con un máximo de 50 si son al aire libre y 25 si se celebran en espacios cerrados, mientras los entierros o despedidas para las cremaciones se restringen a 50 personas.
Quien se case, ya podrá celebrar una fiesta con 75 personas si el espacio es cerrado y 150 si se trata de un espacio abierto. Algo que puede fucionar de límite social si los contrayentes no se quieren dejar un pastizal en el enlace.
En el sector cultural, podrán acudir grupos de hasta 20 personas a los museos, siempre manteniendo la distancia de seguridad; en los cines y teatros, la gente tendrá las butacas asignadas y no podrá haber más del 50% del aforo máximo. En cualquier otro espectáculo cultural, el aforo será de hasta 80 personas en espacios cerrados, siempre y cuando no se supere el 50 por ciento del aforo del recinto; y de hasta 800 personas si es al aire libre y las personas están sentadas, sin superar la mitad de la capacidad máxima. Los zoológicos, acuarios y centros recreativos turísticos podrán reabrir al público con una limitación de su aforo total al 50 por ciento.
A partir de hoy lunes, también podrán reanudarse las actividades de tiempo libre destinadas a la población infantil y juvenil, siempre que se garanticen medidas de prevención e higiene. Al aire libre, el número de participantes será, como máximo, del 50% de la capacidad máxima habitual de la actividad, con un máximo de 200 participantes, incluidos los monitores. En espacios cerrados, el aforo será de un tercio, con un máximo de 80 participantes, incluyendo los monitores. En la fase 3, también se podrán hacer actividades de turismo activo y de naturaleza para grupos de hasta 30 personas .
Todo este escenario coge a La Gomera recuperando “vida”, como dice el guía turístico Carlos Pérez Simancas. En los núcleos más turísticos, como Playa Santiago o Valle Gran Rey, muchos negocios siguen cerrados, al igual que la mayoría de alojamientos, pero en las calles de San Sebastián “la gente ya tiene ganas de terraceo y verano”, cuenta. “Hoy la playa estaba llena”. Los vecinos conversan cada vez más relajados, no como en esos primeros días de la Fase 1, donde todavía pesaba el miedo. “Eso sí, manteniendo la distancia”. Será un verano “distinto, con más celebraciones en casa”. Pero la gente está contenta. También están contentos los mayores, que pueden abrazar a sus nietos. “Ya el estar todos juntos es un motivo para celebrar, me decía una señora”.
A Miguel Páez, creador polifacético, lo cogimos ayer “de domingo” en La Graciosa, pero nos contestó muy amablemente que ya hay un par de restaurantes que empiezan a abrir puertas y que el sábado tuvieron “un susto” por un vecino que fue trasladado a Lanzarote por síntomas compatibles con coronavirus, pero que al final dio negativo. En la isla ya hay más deporte, pesca, charleta y playa, aunque echan en falta que el resto de las islas pasen a Fase 3, sobre todo, Lanzarote, a la cual van muchos gracioseros de manera habitual. Ahora, con tomas de temperatura, declaraciones juradas y controles de la Guardia Civil. “Es un poco estresante”, comenta. “Pero hay que hacerlo”.
A Elena Cabrera, que vive en Echedo, El Hierro, la gente le vacila con que no tiene teatro al que ir, aunque esté permitido en la Fase 3. Pero ella está muy bien. “La gente está animada, disfrutando del mar”, cuenta. Este verano, varios amigos le han dicho que van a ir a pasar sus vacaciones en El Hierro.