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La Gomera, La Graciosa y El Hierro, a un paso de la normalidad

Sanidad solicitó ayer el cambio de fase de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Palma, por lo que de aprobarse, el próximo lunes toda Canarias estaría en la fase 3
A la espera de la apertura al turismo, casi nada ha cambiado en La Graciosa en su paso a la fase 3. Javier Fuentes (EFE)
A la espera de la apertura al turismo, casi nada ha cambiado en La Graciosa en su paso a la fase 3. Javier Fuentes (EFE)
A la espera de la apertura al turismo, casi nada ha cambiado en La Graciosa en su paso a la fase 3. Javier Fuentes (EFE)

C. M. / EFE

La Gomera, La Graciosa y El Hierro están sirviendo, junto con Formentera, como ejemplo nacional y regional en cuanto al avance de fases en la desescalada. Estas islas entraron ayer en la fase 3 con pocas novedades reales para sus habitantes por la limitación de movimientos que sigue en vigor, pero se percibe en ellas un cambio de fondo notable, y es que en todas ellas ya se hacen planes de verano.

A esto se suma que la Consejería de Sanidad presentó ayer la solicitud para que el resto de Islas, Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Palma, entren en la fase 3. En el caso de aprobarse dicha propuesta, toda Canarias estaría en la última fase de desescalada el próximo lunes 8 de junio, es decir, a un solo paso de la normalidad.

Como pasó hace 15 días cuando avanzaron de la fase 1 a la 2, los habitantes de La Gomera, La Graciosa y El Hierro, unos 34.000, pueden sacar poco provecho real de las medidas de alivio que se establecen para los centros comerciales o los cines, porque se refieren a servicios que en algunas de ellas ni existen.

En la fase 2, el símbolo de la nueva etapa fue para las islas recuperar el mar, poder bañarse y pescar. En la fase 3, la novedad más llamativa ha sido sentarse de nuevo en la barra de un bar, algo prohibido desde el sábado 14 de marzo.

Sin embargo, sí se percibe en los comerciantes, hosteleros y gobernantes de estas islas, todas dependientes del turismo, un cambio significativo: los negocios comienzan a pensar ya en una campaña de verano, primero con los residentes de las islas vecinas, en cuanto completen la fase 3, y después con clientes del resto de España. Y no a medio plazo, sino a finales de este mes de junio y principios de julio.

LA GOMERA

En La Gomera, una isla de 22.100 habitantes, el presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo, planteaba ayer retomar las conexiones aéreas con el resto de Canarias (suspendidas en su totalidad desde hace semanas) y recuperar el tráfico marítimo de pasajeros el 8 de junio.

Para casi toda Canarias, esa será la clave: recuperar conexiones. “Creo que el cambio será total cuando permitan viajar entre las Islas”, señaló a Efe David Rodríguez, un pequeño comerciante que regenta una tienda de actividades acuáticas en el municipio de Valle Gran Rey y que ahora solo abre por las mañanas y, a veces, casi a demanda, cuando algún cliente local necesita algo.

Rodríguez aboga por hacer “las cosas bien, con cabeza” y sin apresurarse, porque ya piensa en el verano, su temporada. “Tanto como hemos avanzado no podemos perder ese trabajo”, añadió.

El alcalde del municipio, Cristopher Marrero, coincide en que la señal de la nueva normalidad será la recuperación de la movilidad entre las islas cuando todas hayan alcanzado la fase 3 de la desescalada, pero también avisa de un problema: tener las playas en condiciones de cumplir el decreto de Sanidad.

Para un Ayuntamiento como el suyo, ahora con dificultades financieras, como todos, atender en condiciones todos sus kilómetros de playa y zonas de baño será “un esfuerzo económico considerable”.

EL HIERRO

En los tres municipios de El Hierro, que suman 11.154 habitantes, los cambios de la fase 3 de la desescalada se resumen “en cuestiones de espacio”, explicó a Efe Inocencio Padrón, propietario del bar restaurante Don Din 2 en Frontera, quien desde ayer puede ofrecer la barra del establecimiento a los clientes. Eso sí, siempre que se guarde la distancia de seguridad entre persona y persona, puntualizó.

Este hostelero también piensa que hasta que no regrese el turismo canario y peninsular, la fase 3 “no va a representar nada” para una isla como El Hierro, con poca población y en la que, “económicamente, se vive día a día”.

Padrón, que se mantuvo abierto al inicio del estado de alarma para el reparto a domicilio, asegura haber sufrido pérdidas del 90% y, aunque ha recuperado “algo” al cambiar de fases, no cree que llegue al 30%.

“Las consumiciones siempre son las mismas y por las mismas personas, ahora lo que se utiliza mucho es el producto para llevar. Noto a la gente con miedo, reacia a entrar en los locales”, advirtió Padrón. En El Hierro, solo han tenido tres casos de coronavirus. En su restaurante, esperan recibir a finales de julio, de nuevo, grupos de viajeros, aunque la agencia con la que trabajaba ya le ha advertido que serán la mitad de los habituales.

LA GRACIOSA

La octava isla de Canarias, en la que habitan 734 personas, amaneció ayer con “un tiempo espectacular”, pero con sus calles casi desiertas, explicó Alicia Páez, la concejala responsable de la Isla en el Ayuntamiento de Teguise (Lanzarote), del que depende administrativamente.
Páez subrayó que, “en la práctica”, todo sigue igual que en las últimas dos semanas, porque, “mientras no llegue el turismo, nada podrá cambiar”.

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