la palma

Raquel Díaz: “Sodepal no había utilizado nunca la Plataforma de Contratación”

La consejera delegada de la empresa pública palmera sostiene que la entidad, durante el pasado mandato, "pasó de una situación equilibrada a estar en quiebra técnica"
Consejera delegada de Sodepal, Raquel Díaz. Cedida
Consejera delegada de Sodepal, Raquel Díaz. Cedida
Consejera delegada de Sodepal, Raquel Díaz. Cedida

El nombre de Sodepal, empresa pública dependiente del Cabildo de La Palma, casi siempre ha salido a la palestra por noticias de connotación negativa. Desde grandes agujeros económicos hasta contrataciones de dudosa naturaleza. Y, en medio de esa opacidad que la ha caracterizado hasta ahora, una ingente cantidad de vistosos proyectos con los que los distintos gobiernos insulares prometían dar un impulso a la Isla Bonita. Ahora Raquel Díaz, nueva consejera delegada de la entidad, ha tomado las riendas con un rumbo claro: retomar la idea original de que, haciendo valer su nombre, se convierta en una auténtica Sociedad de Promoción y Desarrollo para los palmeros.

– ¿En qué situación se encontró Sodepal cuando llegó?
“Si hubiera sido una empresa privada en vez de una sociedad pública, estaría con las puertas cerradas. Cuando llegué, eso fue lo primero que pensé: que si no es por su condición, se hubiera quedado en el camino, porque la situación era muy deficitaria. El 31 de agosto de 2019 me senté, empecé a desentrañar las cuentas, los balances de resultados y cómo estaba cada proyecto, y lo que me transmitía el personal, sobre todo del área económica y administrativa, es que era una situación compleja”.

– ¿A qué se refiere?
“En agosto de 2019, las cuentas de 2018 estaban sin aprobar. Era una de las primeras cosas que vi, aparte del agujero económico. A pesar de que muchas facturas de grandes proyectos como Transvulcania, el Love Festival, la Semana de la Moda o La Palma Ecuestre, no estaban metidas en el sistema contable en ese momento, había 1,4 millones de euros de facturas sin pagar, a las que se sumaba más de medio millón de euros de deuda bancaria. Eso es lo que me encontré. Y esto ocurre porque es una empresa pública, porque si fuera una privada no estaría abierta, ni siquiera en concurso de acreedores. Estaría liquidada”.

– ¿Y a final de año?
“Se volvió más compleja todavía, porque cerramos a 31 de diciembre de 2019 con 1,7 millones euros en facturas que pagar, más la deuda bancaria”.

– ¿En qué ha consistido su plan de acción desde entonces?
“Lo primero era cumplir con la deuda que había, porque a las empresas teníamos que pagarles. Somos una isla con un tejido empresarial con fuerza, con un gran potencial emprendedor, pero sin grandes corporaciones, multinacionales ni nada por el estilo. La liquidez, que tú prestes un servicio y lo cobres, es fundamental para garantizar la pervivencia, ya no de tu negocio, sino de tu vida, porque detrás de cada empresa hay una familia. Había que ser coherentes, responsables y solidarios con quienes habían confiado en la sociedad pública para prestar sus servicios, esperando que se les pagara, y había que empezar a montar expedientes para poder obtener crédito, porque desde luego los bancos no nos lo iban a dar”.

– ¿Qué porcentaje de esas facturas se ha abonado?
“Se ha liquidado el 80% de la deuda, y hay que seguir trabajando para optimizar el gasto, para avanzar en un nuevo modelo de gestión que creemos que necesita y se merece, no Sodepal, que como empresa pública debe ser ejemplar, puede serlo y tiene mucho potencial; es que lo necesitan los palmeros, porque es su propio nombre: Sociedad de Desarrollo de La Palma. Necesita cumplir con su objeto, y no es la primera vez que se hace. Ya el PP, siendo Mariano H. Zapata delegado de la sociedad pública, lo consiguió en 2016, y se cerraron las cuentas con un saldo negativo que no llegaba a los 100.000 euros. Se saneó con la aportación del Cabildo, y, prácticamente tres años después, el balance contable de la empresa dejaba el agujero que acabo de comentar”.

– ¿Qué ocurrio con la gestión del consejero Jordi Pérez (CC)?
“Que en apenas dos años y ocho meses, es decir, en menos de tres años, Sodepal pasó de estar equilibrada económicamente a estar en quiebra técnica y al borde del precipicio, por no decir en caída libre. Hubo un desmesurado incremento del gasto. Y eso que heredaron los frutos del trabajo que Mariano H. Zapata cosechó como consejero delegado”.

– ¿Cuál sería el nuevo modelo que quieren implantar? ¿En qué se diferencia del anterior?
“Fundamentalmente, en pagar e intentar que Sodepal cumpla con su objeto. Devolverle a La Palma lo que nosotros entendemos que Sodepal le puede ofrecer, y apostar por una estructura interna de trabajo que nos permita dar pasos firmes. No existía la figura de la Gerencia; el consejero anterior entendió que no era necesaria y la suprimió. Nosotros sí entendemos que lo es, y la hemos habilitado de nuevo. También estamos formando a los técnicos para que sean exquisitos en la gestión de cada céntimo de euro que se gasta de dinero público y, en general, avanzando”.

– ¿A qué se refería el presidente cuando, en declaraciones a este periódico, decía que no estaba claro que se estuviera cumpliendo la ley de contratos?
“Evidentemente, nosotros nos regimos por el Derecho Público, y hay que adaptar Sodepal a la normativa vigente. Tenemos que ser ejemplares. Para contratar más de 15.000 euros hay que hacer licitaciones, y estas se deben tramitar a través de la Plataforma de Contratación del Estado, pero Sodepal no la había utilizado nunca. La próxima semana tenemos la primera mesa de contratación de una licitación que se ha colgado en el portal y a la que, en igualdad de condiciones, han podido concurrir las empresas, porque nosotros entendemos que todas las empresas tienen el mismo derecho por, para y con Sodepal. Todas, sin distinción. Y en este sentido, creemos que la transparecnia es clave. Ya en el 2008, el Comisionado de Transparencia del Parlamento de Canarias dejó claro que esta sociedad no rendía cuentas a nada ni a nadie. Se gestionaban proyectos, sí. Pero lo que dejaban los proyectos por detrás era un rastro de facturas impagadas que dañaba nuestra economía insular”.

– ¿Cómo hallaron las presuntas ‘graves irregularidades’ en contratos del pasado mandato?
“Cuando llegué me encontré 13 páginas web en Sodepal, de las cuales ocho las gestionaba un solo proveedor. Entendíamos que, con el informe jurídico en la mano y, sobre todo, porque tenemos que optimizar costes, lo primero era regularizar la situación. Es un gasto recurrente, y con independencia de que no supere los 15.000 euros, es un gasto que todos los años se va a seguir contrayendo, y la ley lo que te dice es que si superas el plazo o el importe máximo, no se pueden renovar automáticamente. Cada año hay que formalizar, hay que darle legalidad a la contratación de ese servicio, cosa que no se hacía. Y, de nuevo, hemos apostado por la transparencia: primero darle legalidad a lo que tenemos a día hoy, porque en 2019 esos contratos se renovaron tácitamente. Lo llevaremos al Consejo de Administración”.

– Hay quien dice que esa contratación salpica a Mariano H. Zapata, o incluso que se saca por motivaciones personales…
“Sí, se dice que el sistema perpetúa el modelo de gestión de Mariano H. Zapata. Pero es que muchas de esas páginas web, por no decir la práctica totalidad, no se contrataron bajo su mandato. Y lo que está claro es que la ley es la que es y hay que cumplirla. Yo no he venido aquí a desacreditar a nadie ni a soltar los vientos de la caja de Pandora; he venido a trabajar, y creo que se puede apostar por un modelo de cambio que La Palma necesita y pedía a gritos”.

TE PUEDE INTERESAR