santa cruz

Duerme en el coche porque no le arreglan su casa insalubre en el barrio de La Salud

Gilberto Torres, quien denunció en enero de este año en el DIARIO su desesperada situación, sigue esperando por una solución
Gilberto Torres, en su vivienda SERGIO MÉNDEZ
Gilberto Torres, en su vivienda SERGIO MÉNDEZ

En enero de este aciago 2020, Gilberto Torres recurría a DIARIO DE AVISOS para hacer pública su desesperada situación, la de vivir en una casa inundada por las aguas procedentes de unas tuberías rotas en los edificios que están justo detrás de su vivienda. Entonces, el Ayuntamiento de Santa Cruz ya había constatado que su casa era un “espacio habitacional insalubre”. Han pasado seis meses desde que Gilberto pidiera ayuda para no tener que irse a vivir al coche, seis meses en los que incluso el Ayuntamiento de Santa Cruz llegó a anunciar que Asuntos Sociales y Servicios Públicos se ponían manos a la obra para solucionar un problema que no genera este deportista que fue fundador de la Asociación Deportiva para Personas con Discapacidad de Tenerife (Ademi), donde jugó al baloncesto adaptado durante 30 años.
La realidad es que, seis meses después, Gilberto ha acabado durmiendo en el coche. “No han hecho nada. Me dijeron que lo iban a solucionar y la realidad es que en los meses de alarma y los meses posteriores he dormido en el coche”, lamenta este vecino del barrio de La Salud. “Lo único que me ofrecieron es que me fuera a dormir a los pabellones para personas sin hogar que montaron durante el confinamiento”, explicla indignado, para añadir que, “la otra opción que me dieron fue la de pagarme 70 euros para dormir en un hotel, que estaban todos cerrados por el estado de alarma. Así que, en la práctica no me ofrecieron nada”.
Lamenta que se hayan olvidado de él. “No tengo notificación de ninguna acción a pesar de lo que dijeron en prensa”. Los técnicos de Emmasa han visitado la casa de Gilberto, colocaron algún cartel, pero no han hecho nada más. La rotura, insisten, está en un suelo privado, por lo que no pueden actuar para repararla.
Con una pensión de discapacidad, no tiene medios ni para afrontar la reparación de una avería que no es suya, ni mucho menos para irse a otro sitio. “Mi casa es en propiedad y la tengo adaptada a mi situación. Incluso puedo dejar el coche justo delante de la puerta, lo que me facilita el acceso. Con la escasez de vivienda que hay, encontrar una adaptada ya es casi imposible”, lamenta. Y es que el problema de Gilberto se sitúa en dos bloques situados detrás de su vivienda, en una rasante más alta que su casa, lo que hace que las filtraciones de esas tuberías rotas acaben en la casa de este vecino de La Salud. “Son gente que ni si quiera tiene dinero para poner luz en las escaleras, es un disparate pensar que van a solucionar un rotura que está en los jardines que pertenecen al bloque”, detalla Gilberto, quien apunta, que los bloques de al lado empiezan también a presentar humedades, por lo que el problema va a más.
El tiempo que pasa dentro de su casa es el indispensable. La salubridad del espacio ha empeorado en estos meses. “Si me puedo quedar en casa de alguien lo hago algunos días, pero tampoco puedo dejarla sola porque me arriesgo a que la ocupen. Así que estoy un rato todos los días y el resto del tiempo lo paso en la calle”.
Ha recurrido, además del Ayuntamiento de Santa Cruz, al Diputado del Común, y los medios de comunicación para denunciar su situación. De momento no le ha servido para nada. “No busco culpables, solo soluciones” insiste Gilberto Torres que, asegura, ha llegado a ofrecer su casa a los servicios sociales si le consiguen una vivienda adaptado en otro sitio, “como si me tengo que ir a Santiago del Teide”.
Los gastos también ahogan a este deportista que tiene que comer fuera todos los días porque en su cocina es imposible estar, ya no solo por las filtraciones sino porque ha tenido que cortar la electricidad para evitar males aún mayores. “He tenido que recurrir a una tarjeta de crédito para hacer frente a los gastos. La tengo fundida. En cuanto me ingresan la pensión, se lo lleva todo la tarjeta”. Sigue guardando los recibos de esos gastos por si, algún día, alguien reconoce que se han equivocado con Gilberto y le devuelven algo. “Es que no entiendo porque Emmasa no interviene. Me dicen que está en un terreno privado pero la filtración también llega a un paso público, un suelo que es del Ayuntamiento”.
Gilberto admite que no conoce los protocolos del Ayuntamiento en estos casos pero piensa en una ejecución subsidiaria o en alguna otra fórmula para que solucionen un problema que él no ha generado, pero cuyas consecuencias sufre él solo, de momento. Espera que el nuevo equipo de Gobierno se ponga manos a la obra, para, al menos contactar con él y enseñarle lo que dicen que han venido a solucionar, los problemas de los vecinos.
Gilberto Torres fue pionero en el deporte inclusivo en Tenerife, fundó el Club Ademi en 1988 y jugó profesionalmente al baloncesto durante 30 años. Actualmente está en tercera división en tenis de mesa y es la única persona en esta modalidad en silla de ruedas.

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