conversaciones en los limoneros

Gustavo Matos: “Pedro Sánchez ha madurado: hoy en día es un hombre de Estado”

Es el presidente más joven que ha tenido la cámara legislativa canaria. Ha sido –hasta que tomó posesión del cargo— abogado en ejercicio de éxito, está casado, tiene tres hijos, ha alojado en su casa a su amigo Pedro Sánchez y es nieto de don Antonio el barbero, lagunero de pro, y de Pepe Matos, que tenía un bar en Vegueta
Gustavo Adolfo Matos, presidente del Parlamento de Canarias. | Fran Pallero

Uno de los pocos géneros que no he cultivado en este maldito oficio es la crónica parlamentaria. Por eso mi entrevista con el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Adolfo Matos, no se va a parecer a un relato vivo y cotidiano de Julio Camba o de Joaquín Aguirre-Bellver, que fue muy amigo por cierto, del escritor lagunero Julio Fajardo, que el otro día escribió un artículo magistral, aquí mismo, sobre el Eurogrupo y sobre lo que ocurrió. Gustavo Matos (La Laguna, 1973) es el presidente más joven que ha tenido la cámara legislativa canaria. Ha sido –hasta que tomó posesión del cargo— abogado en ejercicio de éxito, está casado, tiene tres hijos, ha alojado en su casa a su amigo Pedro Sánchez y es nieto de don Antonio el barbero, lagunero de pro, y de Pepe Matos, que tenía un bar en Vegueta. Porque Gustavo es hijo de madre tinerfeña y padre canarión. Estas pinceladas se completarían con decir que su padre vino a Tenerife a estudiar Aparejadores y que nunca ejerció la carrera porque trabajó, con éxito, en la prestigiosa fábrica de tabacos de Álvaro González. Era, eso sí, lector empedernido y de tanto darle a las Rimas y Leyendas salió para su hijo pequeño el nombre de Gustavo Adolfo, que el señor presidente lleva prendido del DNI de por vida. Por correo aparte le he enviado mi libro Gesta y sacrificio del teniente González Campos, la crónica de la vida y la muerte, más bien de la muerte, de un teniente de Asalto republicano que dio su vida por España, fusilado por el franquismo por defender lo que había jurado.

-Y tú, Gustavo, más del Real Madrid que Florentino Pérez.
“Mucho más merengue. Y más que don Santiago Bernabéu”.

-Y regionalista, ¿o no?
“Mi padre nació en Las Palmas, mi madre en La Laguna. ¿Qué se va a esperar?”.

-Y sanchista. ¿O no?
“Yo apoyé a Pedro, con otros compañeros, cuando muchos le abandonaron. Se quedó solo. Vino a Tenerife, se alojó en mi casa y lo considero un amigo”.

-¿Tienes contacto con él? Porque cuando llegan arriba se suelen olvidar.
“No, sí tengo contacto con él. Nos wasapeamos con frecuencia”.

-A mí hablar del Parlamento no me interesa. Nunca me ha gustado hacer crónica parlamentaria, aunque sí leerla.
“Lo que quieras”.

-En el Gobierno, como director general de Comercio y Consumo, fuiste valiente. Yo diría que muy valiente.
“Bueno, tú verás. Lo dices quizá porque mandé la inspección a los bancos, a ver si estaban abusando de los clientes. Algunos se asustaron. Preguntaban: ¿qué hace este? Pero yo tenía que velar por los ciudadanos. Ganamos varios procedimientos porque algunos bancos vulneraban lo que habían pactado con sus clientes en los contratos”.

-Fuiste concejal de La Laguna. ¿Divertido?
“Esa era una actividad más tranquila. Divertida no”.

-Me han contado una anécdota con tu padre muy simpática, un día de Reyes.
“Yo le había pedido a los Reyes un equipaje completo del Real Madrid o, si no era posible, de la Selección Española. Y mi padre, más canarión que el agua de Firgas, me puso en el zapato uno de la Unión Deportiva, que no me hacía ninguna gracia. Imagínate el disgusto. Al ver mi cara, me dijo: “Se equivocaron, te trajeron el del Cádiz, pero el Cádiz es un buen equipo”. Los niños, que conocían el escudo de la Unión Deportiva, no se creyeron lo del Cádiz y corrían detrás de mí para pegarme; porque, claro, todos eran del Tete y yo vestía con un equipaje que no pegaba en La Laguna”.

-También creaste, en tu etapa de Comercio, esas zonas comerciales abiertas, que yo no sé qué significan.
“Pues conseguimos abrir unas 45 en todas las islas, que se aprovechan de fondos del Feder para ser rehabilitadas, remozadas y que sean más atractivas para el cliente. Fue una buena iniciativa, que se mantiene vigente”.

-Alguna de esas zonas, de verdadero lujo.
“Hombre, por ejemplo la de Arona, en la llamada Milla de Oro. Es espectacular, aunque ahora es una pena verla cerrada y sin actividad. Pero ya vendrán tiempos mejores cuando llegue el turismo al Sur. Se construyó en colaboración con la iniciativa privada y ha sido todo un éxito”.

Gustavo Adolfo Matos, presidente del Parlamento de Canarias. | Fran Pallero

-¿Qué te parece la moción de censura en Santa Cruz, que se debate hoy?
“Se trata de un procedimiento democrático, que en este caso no guarda justificación alguna, porque no tiene nada que ver con la gestión de la alcaldesa, sino que en ella subyacen otros desgraciados motivos de fondo. No le han dejado a Patricia Hernández ni siquiera administrar su primer presupuesto y yo creo que no ha sido una buena iniciativa. Ya lo verán”.

-¿Malas artes?
“No han guardado las formas, pero yo le auguro mayoría absoluta a Patricia en 2023. Con la paz social que hemos logrado en Canarias, lo de Santa Cruz es una auténtica pena”.

-Ustedes, unos pocos, apostaron fuerte por Pedro Sánchez como secretario general del PSOE.
“Bueno, tres personas de Tenerife nos volcamos con él, junto a algunos otros compañeros: Héctor Gómez, Pedro Ramos y yo. Creo que teníamos muy claro que era el mejor candidato. Y en Las Palmas, entre otros, Jerónimo Saavedra, Chano Franquis y Ángel Víctor Torres, nuestro presidente del Gobierno. Le ayudamos todo lo que pudimos”.

-A mí me parece un poquito fatuo; echón, como decimos aquí.
“Te aseguro que es un hombre de Estado. Cuando termine su mandato juzgaremos su tarea muy favorablemente. Ha madurado muchísimo y le ha tocado lidiar una época muy difícil”.

-Los masones, como tú, rara vez reconocen que lo son.
“Soy masón. Pertenezco a una logia de Las Palmas y estoy muy orgulloso de esa condición. ¿Y por qué no lo voy a revelar? Cada uno es muy libre de dar a conocer o no la pertenencia a una Logia. Yo sigo el camino de Jerónimo Saavedra, que lo confiesa abiertamente y que ostenta el máximo grado dentro de la organización”.

-¿Qué consejo te dio Carolina Darias cuando te entregó la llave del Parlamento, por decirlo de alguna forma?
“Que no se me ocurriera despedir al secretario general de la Cámara, Salvador Iglesias Machado, que es un crack el tío. Con él al lado me siento más seguro porque se conoce al dedillo la legislación parlamentaria y sabe dar solución a las situaciones más difíciles”.

(Voy a hablar algo de Salvador Iglesias Machado, que es amigo mío, aunque se ha vuelto un poco distante. Fue hippie y ligón; estudió Derecho algo tarde, con notas brillantes; se doctoró en Derecho y me parece que se hizo letrado de la Armada, o algo así. Luego estuvo en el Consejo Consultivo y más tarde ganó su plaza en el Parlamento de Canarias. También ha ejercido como juez de Instrucción, llevando casos complejos en un juzgado de Santa Cruz que estaba atiborrado de expedientes sin resolver. Es un cerebrín importante, mantiene unas relaciones excelentes con los poderes del Estado, especialmente con el Judicial y, como estoy jubilado, ya no me hace puto caso. Como secretario general del Parlamento lo está haciendo de lujo y ya lleva unos cuantos años en el cargo. Se ve que soy amigo de la familia, ¿no?).

-Bueno, tú también eres abogado con mucha experiencia.
“Sí, pero desconocía el día a día de la Cámara, que es muy particular. Carolina lo hizo muy bien y se supo rodear de buenos colaboradores. La verdad es que el Parlamento ha tenido muy buenos presidentes”.

-Lo de llamarse uno Gustavo Adolfo imprime carácter. Destila poesía, como diré en la introducción.
“Se lo debo a Bécquer, de quien mi padre era lector empedernido y a sus Rimas y Leyendas, quizá la obra cumbre del romanticismo español. Incorpora Bécquer elementos llenos de fantasía. Debo reconocer que yo soy también un buen lector, me quedé con la biblioteca de mi padre, que también, como tanta gente, estaba abonado al Círculo de Lectores. Yo me leía todo lo que llegaba a mis manos”.

-¿Cuál fue el primer libro que leíste?
“Lo reconozco, era un niño y fue Las aventuras de Tarzán, de donde nació todo: la leyenda, las películas, los actores y actrices. Todo partió de ahí, de la obra de Edgard Rice Burroughs. Esos relatos me cautivaron”.

-¿Ganaremos la Liga, Gustavo?
“¿Y si no, qué hacemos? La tenemos a huevo, pero todo puede pasar. El de Granada será un partido clave (esta tarde)”.

-¿Te sientes cómodo presidiendo el Parlamento de Canarias?
“Muy cómodo; aquí hay respeto, discrepancia y buen ambiente, como no podía ser menos”.

-Antes, el Parlamento editaba libros relacionados con lo nuestro. Me refiero a nuestra historia. ¿No echas de menos un servicio de ediciones?
“Sí, lo tengo en mente y lo voy a conseguir. Creo que es fundamental, desde nuestra cámara legislativa, impulsar la cultura. Y la lectura es cultura, así que en eso estamos”.

-Como no vamos a hacer crónica parlamentaria, esta entrevista me resulta muy agradable.
“No aburramos a los lectores. Incluso hablar mucho de política satura. Yo soy el pequeño de tres hermanos y el único que salió político. Pero lo mismo disfrutaba en el despacho, que se mantiene abierto gracias a otros compañeros, porque no es compatible con el cargo, claro”.

-Tienes fama de cercano y pinta de galán moderno.
“De cercano, de cercano. Lo otro te lo inventas. Uno, cuando está en política, se debe a la gente”.

(Hemos comido bien, como siempre, en Los Limoneros. Gustavo prueba mi steak tartar y saborea un solomillo a la sal. Antes nos habíamos despachado un jamón peninsular, que estaba riquísimo. Después me parece recordar que él se tomó un gin tonic y yo un JB. He vuelto al vicio).

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