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“Hay que tomar medidas para evitar el descontrol”

Los líderes de los órganos juveniles canario, español y europeo cuentan al DIARIO que las celebraciones sin medidas sanitarias son minoritarias, pero crean un estigma social
Brenda Rivero, presidenta del Consejo de la Juventud de Canarias; Manuel Ramos, presidente del Consejo de la Juventud de España y Luis Alvarado, expresidente del Foro Europeo de la Juventud | CEDIDAS

Los últimos datos sobre contagios en Canarias han hecho que se ponga a los jóvenes en el punto de mira de las autoridades sanitarias. Si bien al inicio de la pandemia el perfil más frecuente entre los enfermos de Covid-19 era el de mayores de 60 años, este sector poblacional ha pasado a representar únicamente el 10% de los nuevos casos de coronavirus en las Islas; las personas menores de 30, sin embargo, han adquirido mayor protagonismo en las estadísticas, representando casi la mitad de los positivos identificados de la enfermedad. De igual manera, fiestas -principalmente de iniciativa privada- como las celebradas recientemente en municipios como Güímar, la capital palmera o Arona, en las que no se respetaban las medidas de distanciamiento social y el uso de mascarilla, tampoco ayudan a que la percepción sobre los jóvenes y su forma de actuar mejore.

Organismos como el Consejo de la Juventud de Canarias (CJC), máxima plataforma de representación de la juventud asociada en el Archipiélago, son escépticos respecto a que las cifras, comparadas con el total de habitantes menores de 30 años de la región, supongan un montante representativo. “La criminalización sistemática de la juventud, voluntaria o accidental, también sirve para apartar la atención de otras situaciones que pueden llegar a tener la misma o, en algunos casos, más importancia que los contagios”, sostiene la presidenta del CJC, Brenda Rivero, en declaraciones a DIARIO DE AVISOS, que no deja de reconocer que “hay personas que no son tan responsables como debieran”, hecho por el que reivindica la necesidad de “tomar medidas para prevenir y evitar de forma efectiva los casos que se están evidenciando”. Aún así, destaca que los jóvenes deben lidiar “con dos crisis”.

Por un lado, se situaría la epidemiológica, de la que, tal y como ha advertido en varias ocasiones la Organización Mundial de la Salud (OMS), nadie está exento, y, de otra parte, la socioeconómica, que a su juicio, se une a la anterior recesión. “Si en el comienzo de 2020 no podíamos emanciparnos ni salir de situaciones de temporalidad, parcialidad y sobrecualificación que veníamos arrastrando desde 2008, por no hablar de las consecuencias todavía mayores sobre la juventud no formada, ahora vuelven a decirnos que las cosas van a seguir así, que van a empeorar y que no vamos a poder hacer nada para evitarlo, lo que ya está trayendo consigo evidentes secuelas físicas y psíquicas”, señala la lideresa, que defiende, además, a aquellos colectivos y personas jóvenes “que trabajan activamente para paliar los efectos de la Covid-19 y ayudan a prever los que llegarán en el futuro”.

El presidente del Consejo de la Juventud de España (CJE), Manuel Ramos, manifiesta a este periódico su preocupación ante “un señalamiento que consideramos que está basado más en unos estereotipos que en datos reales”. En concreto, se refiere a unas declaraciones del ministro de Sanidad, Salvador Illa, en las que apuntaba a que “el 45% de todos los rebrotes del país se sitúan en los encuentros familiares”, datos que “distan mucho de ser una fiesta en una playa o una fiesta privada en una discoteca”. Pero, al mismo tiempo, desde la plataforma censuran que tengan lugar estos comportamientos, y abogan por “hacer las regulaciones necesarias para asegurar la distancia física en los espacios públicos; que haya espacios seguros para todo el mundo”, ya que las normas que están en vigor “consideramos que no están siendo efectivas”.

Ramos también cita un estudio elaborado de manera conjunta por una institución académica italiana y la Universidad Autónoma de Barcelona. En dicho análisis, explica que “se habla de cuáles son las consecuencias que a muchos niveles está teniendo esta situación entre los jóvenes; muestra, sobre todo, que las personas jóvenes lo que están enfrentando ahora es muchísima inseguridad, miedo, ansiedad y estrés”, derivado de la pandemia y la incertidumbre del mercado laboral. Sobre este último punto, añade que “el paro juvenil ahora mismo está rozando el 45%, los ERTE se van a acabar dentro de poco, y más de un 36% de los jóvenes que trabajan tienen un contrato temporal. Entonces, o bien estás en paro ya, o bien lo vas a estar dentro de unos meses”. “En los peores momentos de la década que acabamos de terminar tuvimos un 55% de paro juvenil, y ahora, que no hemos empezado esta crisis, tenemos casi esa cantidad. O nos damos cuenta de esto o en 2029 nos quedamos sin juventud, directamente”, concluye.

La Unión Europea, donde se centraba el foco mediático hace unas semanas por estar debatiendo la cuantía del denominado Plan Marshall, de recuperación social y económica, cuenta también con voces jóvenes que luchan por articular políticas específicas para revertir estas circunstancias tan desfavorables. Entre ellas, hasta hace poco estaba la del canario Luis Alvarado, expresidente del Foro Europeo de la Juventud (EYF por sus siglas en inglés), máximo organismo juvenil a nivel internacional, que explica a esta redacción cuáles son las acciones en las que trabaja el órgano. Afirma que uno de sus pilares fundamentales es “una campaña de concienciación de los jóvenes, dando información sobre los riesgos, intentando que llegue a tocar la parte emocional, el corazón, y de ser conscientes de que también está en juego la salud de nuestros abuelos”.

Otro de los aspectos que el EYF aborda, frente al estigma de que son los únicos causantes de los nuevos contagios, es la visibilización de “toda la gente joven que ha creado apps, sistemas web o sistemas de apoyo a la gente mayor”, puesto que “hay un montón de jóvenes que están aportando soluciones; el Foro reconoce que hay gente que lo está haciendo mal, pero no deja de ser una minoría”, señala Alvarado. Y como tercer pata, estarían las negociaciones de alto nivel entre el organismo, los eurodiputados y la Comisión de la UE para el paquete de recuperación económica, a fin de “asegurarse de que Bruselas incluya a la gente joven en su agenda, porque en 2008 los jóvenes fueron los peores parados, y aunque en esta pandemia parezcan unos privilegiados, a nivel económicos sabemos que volverán a ser los peores parados”.

Por último, Luis Alvarado, a título particular, opina que, efectivamente, “muchas personas jóvenes, por falta de información o de conciencia, han hecho cosas que no deberían, pero me quedo con que son una minoría; la mayoría innova usando la tecnología”. “En todas las crisis tendemos a enfrentar a una generación con otra, pero el cambio que viene es tan grande que hace falta una alianza intergeneracional potente”, arguye.

Las secuelas de las crisis: explicación de las adicciones entre jóvenes

El presidente del Consejo de la Juventud de España cita un estudio en el que se evidencian síntomas de “depresión y ansiedad” entre los jóvenes, los cuales, de acuerdo con la investigación, derivan en “adicciones como beber, fumar o ludopatía”. Una prueba, a juicio de Manuel Ramos, es que “ponemos la fotografía en las fiestas sin control y no analizamos cuál es la cuestión de fondo en todo esto”. “Quizá la juventud no sea mayoritariamente un colectivo de riesgo sanitario, pero evidentemente es un colectivo de riesgo con esta situación, especialmente a nivel laboral y económico”, subraya el dirigente.

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