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Recuperar los espacios naturales ‘acosados’

Cabildo y ayuntamientos se han decidido a ejecutar el desalojo de los asentamientos ilegales en la costa de Adeje, Arico y Granadilla; la consejera insular, Isabel García considera que "el territorio y el paisaje ha sufrido bastante y naturalizar el entorno de La Caleta no va a ser fácil”
Más de 40 colchones se sacaron el viernes de cuevas en Los Abrigos y La Mareta, en Granadilla / SERGIO MÉNDEZ

Después de múltiples denuncias a lo largo de los años, de asentamientos ilegales en la costa de Tenerife y muy en concreto en tres municipios del Sur (Arico, Granadilla y Adeje), el Cabildo de Tenerife y los ayuntamientos, solos o en conjunto, han realizado este verano la tarea que se les reclamaba desde los movimientos ecologistas y desde aquello incluso que no lo son.

No se trata solo de un problema medioambiental sino incluso de salubridad y hasta social, porque en algunos de los casos, como se ha visto en Los Abrigos y La Mareta, hablamos también de personas que habitan cuevas y barrancos por no tener una vivienda que habitar.
No es el caso mayoritario, ni mucho menos, porque se dan otras circunstancias que definen a esos asentamientos como una especie de segunda residencia, sobre todo en el entorno de La Caleta de Adeje (Playa Los Morteros, Diego Hernández y barranco El Burro). Tanto que muchos de sus moradores pasaban, hasta que fueron desalojados hace dos semanas, temporadas largas de meses y hasta años, tanto que hasta se permitían publicitar su “residencia” en redes sociales al modo de alquiler. No se trata, lógicamente, de campistas de fin de semana, sino de auténticos ‘okupas’ de nuestro litoral, con edificaciones desmontables en su mayoría pero también con excavaciones en cuevas, al modo que algunos canarios conquistaron el litoral en los años sesenta, todo sea dicho.

Más de 120 personas fueron desalojadas, después de una moratoria de diez días para que lo hicieran voluntariamente, del paraje natural protegido de La Caleta, mientras otras 40 lo fueron la semana pasada de la zona de Los Abrigos y La Mareta, en el municipio de Granadilla, en este caso en una actuación solo del Ayuntamiento, con Costas y la Guardia Civil.

La lucha no solo es contra los asentamientos ilegales, también contra campistas y caravanistas, como en Abades (Arico) / DA

Al inicio del verano, el Ayuntamiento de Arico también mandó a limpiar la zona de montaña Abades, tras los residuos que dejan los campistas y caravanistas, aunque se trate en buena parte de suelo privado. La imagen de centenares de autocaravanas y casetas en los alrededores de Abades y buena parte de la costa del segundo municipio más extenso de Tenerife se lleva repitiendo años, sin que nadie, ni en ayuntamientos ni en el Cabildo, quiera ponerle el cascabel al gato, es decir, ordenar el autocaravanismo y el campismo, dos actividades que siguen en auge, aunque cada día estén más perseguidas. Pagan justos por pecadores. No es de extrañar, por tanto, que ante tanto acoso -como el que algunos de ellos produce sobre el medio natural- la asociación de autocaranavistas de Canarias (Plafacan) haya pedido auxilio a Rafael Yanes, diputado del Común.

Las excavaciones en cuevas eran frecuentes en el entorno de La Caleta / FRAN PALLERO

Isabel García

La consejera del Medio Natural del Cabildo, Isabel García, explica que el desalojo y limpieza en el entorno de La Caleta de Adeje fue “un trabajo de coordinación en varios pasos, primero notificamos, como obliga la ley, a las personas que se encontraban ocupando el espacio público, una vez notificados les dimos un plazo de 10 días para buscar otra vivienda, y pasado este plazo procedimos a desalojar un espacio protegido de un alto valor ecológico que desde hace ya bastante tiempo estaba siendo perturbado por estas acciones que no se adaptan a la legalidad”, comentó.

En todos esos trabajos participó un equipo compuesto por el Cabildo, Ayuntamiento de Adeje, Demarcación Provincial de Costas, Guardia Civil, la Policía Canaria, Policía Nacional, Extranjería, Policía Local y Gesplan. Más de 120 personas tomaron parte del operativo, tanto en las notificaciones como en el desalojo y limpieza, que duró una semana más de lo previsto. “No podemos obviar el gasto público que se ha tenido que hacer para enmendar todo este desaguisado producido por unos irresponsables”, comentó Isabel García, sin el gasto que supondrá, además, mantener “al menos durante los próximos tres o seis meses la vigilancia de la zona para que no vuelvan a producirse asentamientos”.

La consejera Isabel García durante el desalojo del entorno de La Caleta de Adeje, el pasado 14 de julio / DA

La consejera agradeció, además, “el tesón continuado de las organizaciones ambientalistas, ya que el trabajo que realizan en concienciación y denuncia de estos aspectos ayuda a que la población sea consciente de los grandes males a los que nos enfrentamos si permitimos que sucedan circunstancias como esta”, añadiendo que “hay que tener en cuenta que este sitio de interés científico es el hogar de 53 especies vegetales diferentes, el 12% de ellas endémicas, pero es que, además, en cuanto a la fauna son más de 30 las especies que habitan allí además de ser un lugar de tránsito migratorio. No podíamos permitir que las fiestas, la ocupación indiscriminada de cuevas y refugios en la arena y el tránsito sin control siguiera afectando y molestando a estos seres vivos”.

“El territorio y el paisaje -continuó-, también había sufrido bastante, las construcciones, los enseres, muros de piedra y plástico, y la gran cantidad de residuos han ido depositándose en la zona desde un tiempo considerable, así el trabajo que queda por hacer es naturalizar la zona y devolverla a un estado lo más parecido al natural, digo lo más parecido porque tras la ocupación, lógicamente, la biodiversidad y el paisaje han sufrido mucho”.

Las mascotas también dan idea de las largas estancias de los moradores de Diego Hernández / FRAN PALLERO

Fundación Telesforo Bravo y #pasasinhuella

Si tuviéramos que colocar alguna medalla en la carrera por denunciar atentados contra el medioambiente en Canarias, y en concreto en la isla de Tenerife, sin obviar a aquellos anónimos que lo hacen en sus redes a título personal, tendríamos que quedarnos, al menos en los últimos años, con la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello y la campaña #pasasinhuella, que hoy tienen la satisfacción de haber contribuido, con su denuncia casi diaria, a través de las redes sociales y medios de comunicación, a que la Isla esté un poco más limpia, a que haya en definitiva más conciencia por no estropear y ensuciar nuestra naturaleza.

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