Tenerife tiene más de un millón de habitantes y, aunque poco a poco la conciencia de mantener la Isla limpia va calando en la mente de todos, aún hay mucho camino por recorrer. Desafortunadamente, en algunos casos, en materia de recuperación, se ha llegado tarde.
En las playas de la Isla, los voluntarios recogen miles de colillas cada año, todos las hemos visto, están ahí.
Más difícil de ver es el daño que el comportamiento irresponsable ha causado en nuestro litoral submarino en los últimos 40 o 50 años. Los vestigios de las malas costumbres han quedado varados en nuestros fondos, algunos desde hace décadas y otros mucho más recientes.
Todo el que conoce las técnicas de submarinismo entiende que una inmersión lleva trabajo de preparación, estar certificado y que la práctica no está exenta de peligro. Esto no ha sido obstáculo para que docenas de voluntarios sigan presentes cuando se convocan las limpiezas del litoral. Una labor que es arriesgada y exhaustiva, y exige sacrificios (por poner un ejemplo, después de estas jornadas, los submarinistas no pueden viajar en avión por un tiempo prudencial).
Estos voluntarios son nuestros héroes del mar, porque son ellos quienes se ofrecen, y casi siempre repiten, en un ambiente de camaradería. Además, son quienes en nombre de todos se tiran al mar y limpian nuestras costas.
En Santa Cruz, lo hacen bajo la dirección de Pedro Millán, geógrafo, y desde 2013, gerente de la Fundación Santa Cruz Sostenible, quien compartió con DIARIO DE AVISOS su experiencia.
– ¿En qué estado se encuentran los fondos marinos de Santa Cruz?
“Los fondos están esquilmados de vida marina. En comparación con otras islas, como El Hierro, Tenerife es un erial”.
-¿A qué se debe esta situación?
“Hay varios razones. Principalmente, la pesca furtiva, los vertidos industriales y la contaminación”.
-Ustedes realizan tareas de limpieza submarina, ¿con qué se encuentran?
“Sobre todo, latas, que la gente tira al mar en los botellones, bolsas de plástico… Pero lo más preocupante son las baterías de barcos, muy pesadas y difíciles de retirar. Estas contaminan muchísimo y matan toda la vida marina a su alrededor. En la inmersión de agosto en Valleseco sacamos tres y ya habíamos cogido dos con anterioridad. En Las Teresitas hemos extraído dos o tres… También, los artefactos de pesca ilegal, en particular, las nasas ilegales, que no discriminan y atrapan diferentes especies”.
-¿La población es consciente de esto?
“Cada vez hay más cultura ecológica y más voluntariado. Hemos visto una menor cantidad de desechos que recoger, pero sigue siendo un problema lejos de resolverse. La gente tiene que entender que hay que buscar maneras sostenibles de desarrollo, porque yo no veo una regeneración marina en los próximos diez años”.
-El grupo que se presenta a estas labores es de voluntarios. ¿A qué profundidad bajan?
“No bajamos por debajo de los 20 metros, sobre todo por el esfuerzo que supone trabajar bajo el agua con botellas de aire. Tu cuerpo se llena de nitrógeno y hay que trabajar despacio. Tienen que ser voluntarios entrenados. Aún así hay zonas en las que no podemos entrar porque necesitaríamos trajes especiales”.
-¿Hay residuos tóxicos?
“Sí, en las zonas de las Dársenas donde solían fondear las flotas rusas y coreanas. También, en Las Teresitas, donde fondean barcos de pesca… Esas zonas tienen un fondo de lodo depositado sobre la arena que es barro grasiento, que produce una especie de nube peligrosa. Debajo de las zonas de barcos de pesca es donde encontramos más desechos preocupantes, latas de aceite, baterías… Obviamente, no son todos los barcos de pesca, pero muchos de los que realizan esta labor de forma furtiva tiran todos los residuos al mar, y eso es muy difícil de vigilar, aunque esté perseguido como un delito ecológico. Ese tipo de delincuentes suele actuar de noche”.
-¿Cuál ha sido hasta ahora uno de sus mayores retos?
“Retirar un tractor que estaba enterrado en la arena en la Playa de Antequera. Después de la construcción del espigón, quedó abandonado, y con el tiempo y las mareas quedó varado en la playa. Hubo que cortarlo en pedazos para poder retirarlo”.
-¿Hay más gente como ustedes?
“Nosotros actuamos en la zona de Santa Cruz. En septiembre tenemos previsto una limpieza en Añaza, pero hay compañeros que hacen los mismo en el resto de la Isla, como la Asociación Terramare”.
Fundación para un futuro diferente
La misión de la Fundación Santa Cruz Sostenible es promocionar y fomentar un marco de actuación que se materialice en la búsqueda de un compromiso integral de todos los ciudadanos, con el objetivo de convertir a Santa Cruz de Tenerife en referente internacional de sostenibilidad y responsabilidad.La fundación lleva a cabo diversos programas y actividades ecológicas, tanto en tierra como en el litoral del municipio. Pedro Millán es gerente de la fundación desde 2013, y desde entonces han sido muchas las inmersiones que ha dirigido con voluntarios, para limpiar el fondo marino de la Isla.