crisis migratoria

Anselmo Pestana: “El ministro Escrivá vendrá este mes y anunciará una red estable de centros con alta capacidad”

El delegado del Gobierno en Canarias analiza en una entrevista concedida a DIARIO DE AVISOS, las claves de la crisis migratoria
El delegado del Gobierno central en Canarias, Anselmo Pestana. Cedida
El delegado del Gobierno central en Canarias, Anselmo Pestana. Cedida
El delegado del Gobierno central en Canarias, Anselmo Pestana. Cedida

Le ha tocado lidiar con la mayor crisis migratoria de los últimos años, tras la acontecida en 2006, que llegó a tener nombre propio y quedó grabada en la memoria de todos los canarios, aparte de en la de los actores políticos que, en aquel entonces, tuvieron que hacerle frente. Además, a dicho fenómeno, agravado en las últimas semanas por coincidir con el periodo del año en el que las aguas reúnen las condiciones más propicias para navegar, se le une la polémica en torno a las declaraciones del ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, que dijo posponer su visita a Canarias hasta que su agenda esté “suficientemente holgada”. Anselmo Pestana Padrón (Guía de Isora, 1965), como delegado del Gobierno central en las Islas, ha de encarar el reto de reconducir las relaciones entre los Ejecutivos nacional y autonómico en el marco de un ambiente tenso, con el único fin de dar solución a dos problemas principales: la ausencia de recursos alojativos para las personas que arriban al Archipiélago en patera y su creciente afluencia.

– El presidente Torres habló de “profundo malestar”, ¿no cree que incluso se quedó corto?
“Bueno, aquí nos llega un fenómeno que desborda cualquier previsión de cualquier administración. En los años anteriores a 2018, llegaban entre 200 y 400 personas al año, y en ocho meses y unos días que llevamos de 2020 ya han llegado a nuestras costas cerca de 4.600. Eso supone un esfuerzo notable de todos, porque al final también hemos recibido la colaboración de bastantes instituciones; del Gobierno de Canarias y de instituciones locales e insulares. Y estamos buscando soluciones junto con el Ministerio de Migraciones, fundamentalmente, pero también con Interior y otros ministerios, para tener mayor capacidad de acogida. Aunque es cierto que esto es un fenómeno que se va a ir reproduciendo con los años, y que en mucho tiempo no se hizo nada en materia migratoria en Canarias, y ahora no tenemos las instalaciones que deberíamos tener. De hecho, algunas de las que se habilitaron en la famosa crisis de 2006 a 2008 se han perdido, deteriorado”.

– El hecho de que no venga el ministro Escrivá a las Islas…
“Vendrá, vendrá. Simplemente lo ha aplazado por problemas de agenda y de gestión en su ministerio. Está, entre otras cosas, con la negociación de la prórroga de los ERTE, que también interesa a Canarias. Pero se ha comprometido a venir este mes y vendrá. Y espero que en esa visita anuncie en lo que estamos trabajando: una red de centros estable, con alta capacidad”.

– ¿Ha hablado con Ángel Víctor Torres sobre la no visita?
“Hablamos muy habitualmente. Él ha entendido que esta crisis necesita la visita y el compromiso del Gobierno de España, pero lamentablemente por otros problemas de agenda no ha podido ser. Y yo quiero mirar hacia adelante, hacia la propuesta que hemos ido gestionando desde la propia Delegación para que esto tenga un cauce mayor, sabiendo que es una situación de emergencia. Un repunte muy importante. Y surge, además, en un momento de tensión por la pandemia, y eso estresa más todavía la capacidad de gestión por parte de todos: de las Administraciones que intervienen, de la Policía Nacional, de Salvamar, de Cruz Roja también en tierra, que es nuestro principal gestor de la migración. Y bueno, cada vez está siendo más difícil”.

– Se ha llegado a hablar de que la vicepresidenta Carmen Calvo pueda tomar las riendas de la crisis migratoria directamente.
“Bueno, creo que es necesaria la coordinación entre los ministerios, y la figura de Carmen Calvo puede ser bastante importante. Espero que en los próximos días haya alguna toma de decisiones, porque se necesita aún más colaboración de la que ha habido; la situación es muy especial. Como decía antes, llega a ser algunos días angustiosa, con tantas llegadas a Canarias. Pero pensemos que estamos en la época de calma y esto va a seguir reproduciéndose en estos meses en los que el mar da una tregua. Y van a llegar muchísimas más”.

– ¿Le han transmitido los empresarios su descontento por alojar a inmigrantes en sus instalaciones, como se está haciendo en algunos hoteles?
“No, al revés. Yo lo que he visto es un empresariado colaborador y comprometido. Es verdad que lo consideran como una situación puente; que debemos buscar esa red de centros en la que hemos venido trabajando desde la Delegación, que son la solución definitiva. Pero porque puntualmente se utilicen recursos alojativos no pasa nada. Históricamente se ha hecho antes. De hecho, parte de la acogida, sobre todo la integral, se hace en pequeños establecimientos, que han permitido a algunos inmigrantes integrarse en esta sociedad sin mayor problema”.

– ¿Qué hay de facilitar el paso de estas personas a la Península u otros países, como se ha planteado alguna vez?
“Ahí hay un debate sobre el posible efecto llamada, y a lo mejor lo que podemos hacer es agravar la situación de Canarias en cuanto a la crisis migratoria. Es verdad que sí se han hecho derivaciones a recursos de la Península, pero de personas vulnerables por alguna circunstancia”.

– Hay quien le ha pedido, incluso, la dimisión…
“Es normal que se puedan producir críticas, pero la Delegación ha hecho y está haciendo mucho más que lo que se hizo en los ocho años de gobierno del Partido Popular. Como había bajado la presión migratoria, se olvidaron de que esto podía volver a ocurrir y que teníamos que tener una red de centros en distintas islas que permitiera una acogida no solo de CIE, sino de centros de atención humanitaria. Ahora lo estamos haciendo, y no es fácil, todo tiene sus complicaciones burocrácticas. A veces no hemos encontrado, tampoco, la colaboración de algunas instituciones, que se han negado a ceder espacios; que boicotean que se ponga un centro dentro de nuestra tierra. En fin, seguiremos trabajando. Los retos hay que afrontarlos con seriedad”.

– ¿No le da la sensación de que esa negativa de algunas Administraciones responde al rechazo que se está sembrando en algunos sectores sociales?
“Bueno, es muy minoritario. A mí lo que me preocupa es que los responsables políticos den carta de naturaleza a comportamientos que no son propios de un territorio y de una población que sabe que su historia está ligada también a la migración. Muchísima gente en Canarias es solidaria con este fenómeno porque saben que es rara la familia que no haya tenido a una persona que haya ido a Venezuela o a Cuba. Entonces, eso es desconocer también la historia de este pueblo, un pueblo migrante, que se esforzó en mejorar las condiciones de vida de sus habitantes a través de la migración. Es verdad que hemos visto, excepcionalmente, casos claros de xenofobia, pero la mayoría de la gente ha tenido una actitud solidaria, y los mensajes que he recibido en estos días los recordaré siempre, de muchísima gente que nos apoya, que apoya que tenemos que alejar de la escena política actitudes xenófobas. Pero nosotros no vamos a desalentarnos por eso”.

– Pero más que una crisis migratoria, ya se ha convertido en una crisis humanitaria, ¿no?
“Sí, porque realmente no hay un efecto llamada; hay un efecto salida, porque esa gente quiere salir a buscar un mundo mejor a Europa, que a su vez necesita mano de obra. Lo que tenemos es que canalizar mejor las necesidades de Europa, de nuestro país, para dar oportunidades a la gente de África, incluso a veces con formación universitaria”.

– Hay un caso llamativo, y es el ocurrido en La Palma. Para que llegue una patera a la parte oeste de la Isla, recorriendo todo el Archipiélago… parece difícil.
“Bueno, eso ya ha ocurrido en otros momentos. Es verdad que muy ocasionalmente; El Hierro y La Palma son las dos islas más occidentales. Si pierden la referencia de estas dos islas se pierden en el mar, en el océano, y las probabilidades de que puedan ser encontrados son casi nulas. Hemos detectado cayucos con la gente muerta dentro. El drama también está en eso, que puntualmente lo vemos: el otro día llegó un cayuco con cerca de 15 personas fallecidas en su interior. Hasta ahora, no tenemos pruebas de que haya barcos que remolquen a las pateras hasta Canarias, y me remito a que los llegados a La Palma venían con tres motores; eran pocos para lo que se suele ver en un cayuco y podían ir más rápido”.

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