la palma

El incendio de Tijarafe, controlado, y se registran dos conatos más

La Isla Bonita encadena varios sucesos relacionados con el fuego y para los que, en su mayoría, no se han encontrado causas probables; los últimos se produjeron ayer en dos puntos muy alejados entre sí
El incendio forestal de Tijarafe afectó a unas 30 hectáreas de monte bajo, pinar y aguna finca agrícola; ayer pasó a nivel 1 y se dio por controlado. DA

Los sustos no cesan para los habitantes de la Isla Bonita. Ayer, las autoridades daban por estabilizado (perimetrado) y más tarde controlado el incendio que se declaró el martes en el municipio de Tijarafe, y por el cual se desplazaron a La Palma 56 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), considerando que se trataba de una zona en la que, tal y como reconoció el presidente del Cabildo, Mariano H. Zapata, el operativo se podía complicar si las llamas pasaban a la zona de cumbre; un supuesto que, afortunadamente, pudo evitarse. En total, se quemaron unas 30 hectáreas de monte bajo, pinar y alguna finca agrícola, por lo que se lograron minimizar al máximo las pérdidas, dada la rápida actuación de los equipos contraincendios.

Sin embargo, este suceso, que llegó a categorizarse de nivel 2 y pasó, por tanto, a ser competencia regional, no es sino una muestra más de los fuegos que, sin conocer a ciencia cierta su origen, se están produciendo en las últimas fechas en los montes palmeros. De hecho, en la jornada de ayer tuvieron lugar dos conatos, casi de forma paralela, alrededor de las 12.00 horas, en la curva del Sombrero, en El Paso, y en el barrio de Santo Domingo (Garafía). El primero de ellos, pudo sofocarse con suma velocidad gracias a que, casualmente, pasaba cerca un vehículo cuba (Daniel Daxaira), que “no dudó en parar para arrojar agua directamente al fuego hasta la llegada del resto de efectivos”, entre agentes del Parque Nacional, Medio Ambiente, Protección Civil, Guardia Civil, Policía Local, Policía Canaria y Bomberos La Palma, destacan desde el Consistorio pasense.

En el caso de Garafía, que todavía recuerda que el pasado 21 de agosto sufrió un voraz incendio de 1.200 hectáreas (con potencial de quema de 15.000) que arrasó a su paso viviendas y cultivos, se produjo un conato en Santo Domingo que pudo atajarse pronto, puesto que los vecinos se encuentran alerta cada vez que tienen lugar episodios de altas temperaturas, como los que estamos viviendo estos días en Canarias. Una especie de sistema que ya los más veteranos de la localidad traen de serie, visto el historial de fuegos que históricamente han asolado la comarca noroeste de la Isla y de los que ya muy poca gente se acuerda.

El área insular de Medio Ambiente, que dirige la tijarafera María Rodríguez Acosta, ha reiterado, en el transcurso de esta campaña contraincendios y, prácticamente, a lo largo de todo el año, la necesidad de ser precabidos ante condiciones meteorológicas adversas, eximiéndose la ciudadanía de hacer quemas de ningún tipo, pero que, a fin de mejorar, también, en la prevención, se ha de realizar un mantenimiento del entorno cercano a las viviendas. De hecho, esa es una de las claves para que, de cara a un incendio, un inmueble pueda salvarse de las llamas, como ya ha ocurrido.

Este miércoles, prosiguieron trabajando efectivos en Tijarafe para enfriar la zona en la que se originó el suceso y afianzar el perímetro trazado, entre el barrio de El Jesús y la Cruz del Llano, pasando a nivel 1 -responsabilidad del Cabildo- y permitiendo tomar una bocanada de aire hasta el siguiente reto. Lo que queda claro es que algunas cosas han cambiado, no en vano, tanto a Garafía como a Tijarafe acudieron cuadrillas de distintos puntos del Archipiélago en tiempo récord, e incluso de la Península, aparte de los voluntarios que, de forma desinteresada, contribuyen a cuidar de nuestra tierra, como el colectivo de los Sin Suela, a los que el regidor tijarafero, Marcos Lorenzo, ha transmitido su agradecimiento por la labor que realizan en pro de la comarca y de la localidad.

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