sociedad

Los psicólogos detectan graves secuelas en los menores por la pandemia

Alertan sobre la imposibilidad de muchas familias de tener cubiertas sus necesidades básicas, conllevando alteraciones en la conducta de niños y adolescentes
La decana del Colegio de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, Carmen Linares

Pesadillas, dolores musculares o de cabeza, sobrepeso, preocupación, cambios en hábitos y rutinas, tristeza, dificultades para adaptarse a las normas, llantos, pérdida de la calidad del sueño. Son algunas de las secuelas que la crisis sanitaria del coronavirus está teniendo sobre los menores isleños, y que fueron puestas de relieve ayer en el Parlamento autonómico por Carmen Linares, decana del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife. En la comparecencia instó a las distintas administraciones del Archipiélago a destinar más recursos para tratar la salud mental. “La alerta sanitaria es importante, pero si me lo permiten, la alerta psicológica también”, dijo.

En este sentido, aludió al concepto de resiliencia, que definió como “la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas o adversas”. Una cualidad que abunda entre niños y adolescentes, y que les permite “superar acontecimientos estresantes o traumáticos que dependen, básicamente, de factores personales, sociales y ambientales”. No obstante, dicha virtud se ve “afectada o alterada cuando no tienen cubiertas sus necesidades básicas”, alertó, como le ha venido ocurriendo a muchas familias en los últimos meses.

Y a fin de visibilizar uno de tantos casos que los colegiados tinerfeños han detectado, Linares relató las anomalías en el comportamiento de Alejandro, un niño de cinco años al que le ha afectado tanto el contexto epidemiológico que “va con los puños apretados para no tocar nada” y “tiene la piel de las manos erosionada por los continuos lavados”.

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