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Una segunda ola fuera de control precipita el confinamiento de las autonomías

Las autoridades sanitarias han ido apurado día a día las medidas hasta quedarse casi sin margen, mientras se iban sucediendo las alarmas sobre un eventual colapso de las ucis
Reunión del Comité de Expertos de COVID-19
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, preside la reunión del Comité de Expertos de COVID-19, donde se han decidido las nuevas medidas que aplicará la Junta de Andalucía en la lucha contra la pandemia. EFE

La acelerada propagación del coronavirus, que ha situado fuera de control a la llamada segunda ola, ha precipitado el confinamiento de casi todas las autonomías, tras sumarse hoy Andalucía, las dos Castillas y Murcia, mientras lo ultima Cataluña, con Madrid dispuesta a cerrar si se le permite hacerlo solo el puente de Todos los Santos.

Las autoridades sanitarias han ido apurado día a día las medidas hasta quedarse casi sin margen, mientras se iban sucediendo las alarmas sobre una eventual colapso de las ucis a mediados de noviembre y creciendo la idea impulsada por muchos epidemiólogos de un confinamiento domiciliario, más o menos suavizado respecto al de primavera, como el que acaba de anunciar Francia.

Los contagios(19.765 casos este miércoles) siguen en España en un pico de máximos -al igual que en otros países europeos como Alemania, Italia o Portugal- y la incidencia media no se detiene y ya es de 452,63 casos por 100.000 habitantes en 14 días (I14), lo que se traslada puntualmente a las cifras de hospitalizados y fallecidos.

En este complicado contexto, a los expertos en salud pública les siguen sorprendiendo los esfuerzos que se dedican a debatir sobre los instrumentos, como el estado de alarma, o la conveniencia de aplicar una determinada restricción, aunque sea la de cerrar las comunidades para evitar éxodos en los puentes como el cercano de Todos los Santos.

El cierre perimetral ya generalizado en España se sustenta en el estado de alarma, cuya prórroga de seis meses aprobará mañana el Congreso, tras asegurar los apoyos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al aceptar comparecer cada dos meses aprovechando una enmienda de ERC, después de que todos los grupos políticos le hayan exigido que se sometiese al control parlamentario

LOS CIERRES SE GENERALIZAN

Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León han acordado, tras reunirse sus presidentes en Ávila, un confinamiento perimetral, sin matices las dos últimas comunidades, que lo harán extensivo hasta el 9 de noviembre, y con una salvedad para la polémica la primera: la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quiere que sea “por días concretos” para cerrar sólo el puente de Todos los Santos.

Fuentes de la Comunidad de Madrid han aclarado posteriormente a Efe que si el Gobierno no permite cerrar solo el fin de semana, la presidenta regional no confinará perimetralmente la región.

También hasta el 9 de noviembre estará confinada Andalucía, según ha anunciado el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que ha añadido que se paralelamente se cerrarán las provincias de Sevilla y Jaén, al igual que ocurre en Granada.

Estas comunidades se suman a Murcia -que ha decretado este miércoles el cierre perimetral de la región y sus 45 municipios durante 14 días tras alcanzar una incidencia media de 639 casos-, Navarra, La Rioja, Aragón, Euskadi y Asturias.

UN 20 POR CIENTO MÁS DE CONTAGIOS

Las restricciones se diversifican y endurecen, pero los contagios no se detienen. Los casos diagnosticados han aumentado un 20 % en dos semanas con una positividad media -número de contagios por pruebas efectuadas- del 13,5 %, cuando el límite para el control de la epidemia está en el 5 %.

De los 9.303 casos diagnosticados en las últimas 24 horas, Madrid, que no baja desde hace días de los 430 casos de incidencia, se sitúa de nuevo a la cabeza con 2.152 (el 29 % del total), seguida de Cataluña (1.522) Aragón (1.174) y País Vasco (999).

Las hospitalizaciones no dejan de aumentar, y más que lo harán en los próximos días, según todas las previsiones. Los datos de Sanidad de este miércoles recogen 17.073 pacientes ingresados (13,79 %), 2.368 de ellos (76 más que ayer, 25,50 %) en las ucis, observadas con atención en seis comunidades autónomas, entre ellas Madrid (38,90 %) y Cataluña (37,5 %), además de Ceuta y Melilla.

Los fallecimientos diarios ya superan el centenar, con 761 contabilizados en los últimos siete días que elevan el total a 35.466, atendiendo a la contabilidad oficial, que contrasta con el exceso de mortalidad registrado desde marzo en comparación con años anteriores, por encima ya de los 60.000 decesos.

Para evitar que aumenten las muertes por la covid-19 es preciso mantener libres del virus el lugar más castigado durante la primavera de la pandemia, las residencias de mayores y cada día hay más casos relacionados con estos centros, pese a que permanecen aislados.

EL ESTADO DE ALARMA

La epidemia de SARS-CoV-2 causante de la covid-19 está íntimamente ligada en España al estado de alarma, mejor dicho, al debate sobre el estado de alarma, que se ha convertido en la enseña vírica de la discusión política, más allá de su valor instrumental para tomar medidas ante el avance inexorable de los contagios, en su primera declaración en marzo y ahora en la nueva de octubre.

En ese escenario, Pedro Sánchez ha perseverado hoy, al menos tácticamente, en su posición inicial de prorrogarlo durante seis meses sin acudir al Parlamento -el PP proponía ocho semanas-, para acordar finalmente con ERC que comparecerá cada dos meses en el Congreso para explicar la evolución de la lucha contra la pandemia.

El planteamiento de ERC de propiciar un control parlamentario lo compartían la mayoría de grupos, pero sus concreciones encajaban mejor con los intereses de Sánchez, acudir al Congreso cada dos meses -evitando el desgaste de hacerlo cada quincena- y que la prórroga la valore a los cuatro meses la Conferencia de Presidentes tras escuchar a la Interterritorial de Salud, como Sánchez había ofrecido a Casado.

Con este acuerdo, el PSOE se asegura los apoyos para aprobar el decreto en el debate de este jueves y sitúa al PP en la tesitura de abstenerse o acabar otorgándole su apoyo, porque, aunque no para su prórroga, se debatirá finalmente cada ocho semanas como en cierta medida proponían los populares.

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