sociedad

“El que quiera saltarse las restricciones en Navidad encontrará la manera”

Los psicólogos tinerfeños Roxana Gutiérrez y Gabriel Rosquete nos ayudan a comprender el impacto de las restricciones en Tenerife en estas fechas tan señaladas
Los psicólogos Gabriel Rosquete y Roxana Gutiérrez abordan el impacto de las restricciones en Tenerife en estas fechas tan señaladas. DA
Los psicólogos Gabriel Rosquete y Roxana Gutiérrez abordan el impacto de las restricciones en Tenerife en estas fechas tan señaladas. DA
Los psicólogos Gabriel Rosquete y Roxana Gutiérrez abordan el impacto de las restricciones en Tenerife en estas fechas tan señaladas. DA

La Navidad ha llegado y en Tenerife, por su situación epidemiológica, viene acompañada de restricciones específicas que se han impuesto para frenar el avance de la pandemia, tales como el cierre perimetral, el toque de queda o el límite de personas que podrán reunirse, por ejemplo, en Nochebuena o Nochevieja. Estas medidas no afectan de la misma manera a todo el mundo. Hay quienes llevan a cabo estrategias de afrontamiento más eficaces a largo plazo y quienes se habitúan a la situación.  No obstante, son muchas las variables que entran en juego para valorar el impacto que el COVID puede tener a nivel psicológico en unos u otros. Los psicólogos tinerfeños Roxana Gutiérrez y Gabriel Rosquete nos ayudan a comprender el impacto de las restricciones a nivel psicosocial, sus posibles repercusiones a nivel personal, los vínculos que puedan existir entre la pandemia y patologías que ya existían en la ‘vieja normalidad’, como el estrés, la ansiedad o la depresión, y a diferenciar un problema psicológico de uno social.

Gabriel Rosquete explica que las limitaciones que nos han impuesto para esta Navidad pueden ser estresantes, o no serlo. “No desplazarse en los días clave es un alivio para algunos, mientras que para otros supone una “molestia” no pasar ese tiempo con sus familias o amigos”, reflexiona. Por tanto, “lo general es bastante ambiguo”, señala, en la misma línea, su colega Roxana Gutiérrezquien añade que la situación actual “también implica cosas buenas; es decir, hay gente a la que le ha venido bien estar en casa, pasar más tiempo con sus hijos o simplemente trabajar en un entorno menos estresante”.

De cualquier modo, Gutiérrez incide en que se trata de “una situación específica y difícil” a la que hay que adaptarse, pero “siempre depende de cada caso concreto”. En este sentido, “el impacto de las restricciones en Navidad a causa de la pandemia no es el mismo cuando ha fallecido un ser querido, se ha perdido el trabajo o se ha producido una ruptura de pareja”.

Restricciones

Todas las medidas que se han aplicado son escenarios nuevos a los que tenemos que acostumbrarnos durante un período de tiempo, en este caso la Navidad. “Aunque depende de cada persona, el impacto es negativo, y a nivel psicológico puede repercutir en estados depresivos o estados ansiosos en entornos sociales o con nosotros mismos”, señala Roxana Gutiérrez. Además, “está la comparación social, de ver qué hace el otro”.

Por esto último, “las restricciones impuestas no generan el efecto que desde la psicología buscamos en la conducta del individuo. Al final, el que quiera saltarse las restricciones encontrará la manera de hacerlo, generando consecuencias que repercuten en el avance de la solución del problema”, comenta al respecto Gabriel Rosquete. Por tanto, continúa el psicólogo, “la situación requiere de mayor reflexión a nivel social, cultural e individual para que esto no vaya a más”.

“Debemos responsabilizarnos de ello y no hacer lo contrario a lo que nos piden. Es decir, que como me prohíben esto  hago lo otro. Yo creo que hay que actuar de manera ética, pensar en los demás, poner el foco a medio-largo plazo y no echar toda la culpa al COVID. Si no nos saltamos las normas, estaremos antes todos juntos”, cuenta Gabriel Rosquete.

Ambos psicólogos insisten en que tenemos que llevar nuestra conducta a la parte más adaptativa en estas fechas tan señaladas y afrontar esta nueva situación, que ya de por sí es atípica por las circunstancias, desde el equilibrio. Gutiérrez lo resume a la perfección: “Estar lo mejor posible dentro de esto que no me gusta tanto”.

Navidad y duelo

Algunas personas vivirán esta ‘nueva’ Navidad tras la pérdida de un ser querido. Esto, añadido a las continuas restricciones que se van quitando y poniendo, puede “afectar muchísimo a nivel psicológico porque requiere un esfuerzo individual extra en un momento de duelo”, sostiene Roxana Gutiérrez.

En estos casos, aunque siempre hay que analizarlos uno por uno, Gutiérrez opta por poner todas las cartas sobre la mesa y entender que tenemos todo el derecho a estar mal. De todos modos, pese a que “es verdad que esa persona ya no está con nosotros, hay otras que sí y estaría genial disfrutar de ellas”. Incluso, prosigue, “dentro de ese núcleo podemos estar de duelo, que no significa estar siempre triste, sino pensar en quien se ha ido, dedicarle unas palabras, escribirle o decir lo que te hizo sentir”.

Nuevamente, “tenemos que intentar adaptarnos a la realidad, en cómo la vamos a afrontar, tanto nuestro entorno como nosotros; me refiero a esa parte de adaptación en cada familia para que la estructura siga funcionando dentro de la Navidad”, detalla Roxana Gutiérrez.

Navidad sin trabajo

Aquellos que han perdido el trabajo o bien se encuentren en ERTE también pueden verse afectados a nivel psicológico, “pero si ahondamos en la solución del problema nos daremos cuenta de que aún llevando una mejor gestión de la situación la solución no está relacionada con las conductas de la persona que sufre, por lo que debemos saber hasta qué punto esto compete únicamente a la psicología”, matiza Gabriel Rosquete. Es decir, si tengo que pagar a final de mes y no tengo trabajo puedo gestionar a nivel psicológico un poco mejor la situación, pero el problema sigue estando ahí, “por eso hablamos de una realidad cuya raíz no es psicológica”.

“Es verdad que si yo sufro ansiedad o soy una persona tendente a analizar todo con mucha cautela, a ir con miedo, esta sensación podría acentuarse en tiempos de COVID”, explica. “Imagínate que me sacan de mi trabajo o me dan de baja; por mucho que yo quiera gestionar eso como problema psicológico, el problema principal de que me hayan echado sigue estando ahí. Y yo sé que es difícil porque la gente siempre busca reducir la incertidumbre”, indica Rosquete.

Sin embargo, para alguien que lleva toda la vida trabajando el hecho de dejar de hacerlo puede causar un impacto mayor. “Si está acostumbrado y ha automatizado una serie de conductas relacionadas con su puesto de trabajo va a ser más difícil”, puntualiza Gutiérrez.

Ese malestar que podremos sentir en estas fechas navideñas, por el motivo que sea, seguirá estando ahí y “tenemos que aceptarlo”, prosigue Roxana Gutiérrez. Tampoco debemos “caer en un positivismo tóxico, que es el concepto que habla de que todo tiene que ser bueno”, continúa. “La realidad está compuesta por las dos cosas y nosotros, los psicólogos, estamos para dar las herramientas en ambas circunstancias a las personas que no la tienen”, sentencia.

Por su parte, Gabriel Rosquete insiste en que debemos tener claro que “un problema psicológico se genera cuando el individuo no dispone de sus propios medios o los utiliza de una forma poco efectiva, manteniéndose en conductas que lo llevan al lado contrario de sus metas”.

TE PUEDE INTERESAR