santa cruz

La hostelería soporta el peso de las restricciones

En el primer día de las nuevas limitaciones, una mañana de compras dejó paso a una tarde de recogimiento, centros comerciales con menos gente y bares y restaurantes desolados
La normalidad imperó en el primer día de las nuevas restricciones, con menos gente en la calle por la tarde y con la Policía Local vigilando el cumplimiento de las normas. F. P.
La normalidad imperó en el primer día de las nuevas restricciones, con menos gente en la calle por la tarde y con la Policía Local vigilando el cumplimiento de las normas. F. P.

El centro de Santa Cruz se mostró ayer como un sábado cualquiera de un mes de diciembre cualquiera, no víspera de Navidad. Durante la mañana, solo las colas para entrar a algunos establecimientos recordaban que, desde ayer, hay nuevas restricciones para frenar el contagio de la COVID-19, que sigue su crecimiento sostenido en el tiempo. Ya por la tarde, el trasiego de personas se redujo, para dejar una estampa más cercana a lo que las autoridades piden a los tinerfeños, que no es otra que quedarse en casa lo máximo posible. Según confirmaron a DIARIO DE AVISOS diversos comerciantes de la zona centro, la normalidad imperó en una mañana de compras, incluso, con algo de impaciencia por parte de los clientes que no acababan de entender que con el aforo completo (ahora es del 33%) debían esperar para hacer sus compras. Quizá algo menos de facturación, pero, en general, la mayoría de las tiendas no notaron la reducción del aforo, más allá de los inconvenientes de controlar, más si cabe, la entrada y salida de los locales.

La afluencia a los centros comerciales se redujo. Fran Pallero
La afluencia a los centros comerciales se redujo. Fran Pallero

Centros comerciales

Y es que parece que, precisamente, el hacer las compras al aire libre ha primado frente a acudir a los centros comerciales, en los que sí se noto una reducción de la afluencia, y como apuntaron algunos usuarios a DIARIO DE AVISOS, incluso se pudo comprar casi con más tranquilidad que un día cualquiera. Esta percepción fue confirmada por el secretario general de la Asociación de Medianas y Grandes Empresas de Distribución de Canarias (Asodiscan), Alfredo Medina, quien detalló que, “hemos estado muy lejos de cubrir el 33% de aforo que imponen las nuevas medidas. Ha sido un sábado normal de diciembre, no el de antes de Navidad, pero sí uno normal”.

Medina cree que la confusión sobre la reducción del aparcamiento al 50% puede haber desincentivado a los compradores. “Solo se reduce a la mitad si es necesario para cumplir con el 33% de aforo, no obligatoriamente”, explicó. Esa poca claridad al respecto dio lugar a imágenes como la del aparcamiento del Centro Comercial Bulevar, en pleno centro capitalino, casi vacío un sábado por la tarde, algo totalmente inédito.

En lo que sí se ha notado la nueva situación que vive Tenerife dentro de los centros comerciales es en la hostelería y en las ventas online. “Todas las cafeterías dentro de los centros comerciales han tenido que cerrar. Solo aquellas que tienen servicio de comida para llevar se han mantenido abiertas”, explicaba Medina. Otra consecuencia es el crecimiento de las ventas a través de internet. “Desde el miércoles se ha notado un incremento en la venta online. Así que en ese apartado al menos sí que prevemos que la tendencia sea al alza”, apuntó el secretario general de Asodiscan.

Hostelería

Frente a esas tiendas y centros comerciales que no han notado en exceso las nuevas restricciones, el sector de la hostelería sí que lo ha hecho y mucho. Algunos establecimientos como El Imperial , la tasca El Palmero, Casa Ramón o La Verdulería han optado por cerrar directamente. En La Laguna, El Tocuyo también anunciaba su cierre hasta nuevo aviso. De vuelta en Santa Cruz, otros establecimientos como el bar El Derby están a la espera de ver cómo se desarrolla la semana entrante. “Con la barra cerrada y las mesas reducidas a la mitad, no creo que pueda aguantar.

Voy a ver cómo va la semana para decidir si volvemos al ERTE”, detallaba su responsable, Juan Luis Armas. En caso de hacerlo, se mantendría abierto con horario reducido y la mitad del personal. En la misma calle, Wanda Brando propietaria de Ostería Galdós 28, mostraba su disconformidad con una norma que permite a los clientes entrar al baño o a buscar comida para llevar, pero no se pueden sentar dentro. “Lo que tendría que hacer el Gobierno es ayudarnos con menos impuestos o con una moratoria”, reclamaba su propietaria. Otro de los locales que está a la espera de ver qué pasa con la posibilidad de colocar mesas y de que la calle Callao de Lima se cierre al tráfico, es el Sweet Paradise, para el que está más cerca el cierre que mantenerse abierto. “Esperamos al lunes para ver qué pasa con la calle. Si la cierran como parece que ha dicho el Ayuntamiento, podremos sacar mesas fuera, si no, con una o dos en la acera no creemos que podamos seguir abiertos”, explicaban desde el local.

“Calculamos que cerca del 70% de nuestros asociados en el sector de la restauración se verá abocado a cerrar”, confirmaba a DIARIO DE AVISOS el vicepresidente de la Asociación Zona Centro, Gerardo Acosta, quien también está valorando cerrar uno de sus establecimientos, el Mister Smile de la calle Cruz Verde. “El local de la plaza de la Candelaria tiene espacio para mantener la terraza, pero el otro, con la mitad del aforo, no se si podré mantenerlo abierto”, lamentaba. Acosta pone como ejemplo de la situación que atraviesa la hostelería el gran número de negocios que han cerrado en la céntrica plaza de la Candelaria y que ya son cuatro. En su caso intentará no cerrar. “No quiero meter ahora a la gente en un ERTE en pleno diciembre, sin saber cuándo van a cobrar. Seguiremos hasta que podamos aguantar”, admitía Acosta, a la vez que pedía un plan de rescate para el sector.

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