En comparación con otras comunidades autónomas, como Galicia o Asturias, el ritmo de vacunación contra la Covid-19 en Canarias está siendo más lento de lo esperado, bien sea por su condición de insularidad, bien -según han señalado los expertos- por diversos factores clave en este tipo de planes sanitarios, como son la contratación de un mayor número de profesionales para su administración o la difusión de una potente campaña de información y concienciación, entre otros.
Sea como fuere, desde que se inició el periodo de vacunación en el Archipiélago el pasado 27 de diciembre y hasta este domingo se ha vacunado al 74 por ciento del primer grupo de población de la Estrategia Nacional de Vacunación en España, es decir, los residentes en los centros de mayores, el personal que desempeña su labor en los mismos y los centros de discapacitados. Paralelamente, la Consejería de Sanidad del Ejecutivo regional iniciaba este 11 de enero la aplicación del antídoto al personal sanitario encargado de la atención al coronavirus, que conforma el segundo grupo poblacional.

El tratamiento, que requiere dos dosis, ya ha supuesto un halo de esperanza para muchos tinerfeños que prefieren olvidar pronto este último año y recuperar cuanto antes todos los momentos, encuentros y abrazos robados en plena pandemia. Antonio Lorenzo, de 92 años, fue capataz agrícola durante su periodo laboral en activo. Este próximo mes de marzo cumple tres años como usuario en el Casa de los Mayores de Buenavista del Norte, donde fue vacunado contra el virus el pasado 10 de enero. Admite que “siempre he sido un poco reacio a vacunarme” porque tampoco lo había hecho antes contra la gripe. Lo que sí rememora entre risas es cómo “yo mismo vacuné a muchos compañeros en el cuartel: uno con el algodón, otro con el alcohol, y así salíamos del paso”. El nonagenario cuenta a este periódico que el domingo “me dejé llevar un poco por la corriente”, ya que si no me vacunaba “me sentiría responsable dentro de esta casa”.
Antonio añora la libertad de tomarse un café en la plaza de su pueblo y poder “alegar” con los vecinos. Emocionado, explica que desde que comenzó el confinamiento ese subrayado 14 de marzo “no he tenido la oportunidad de salir; soy una persona muy novelera, extrovertida…”, en definitiva, “muy conocida” en la localidad norteña. No obstante, el 2020 no ha sido para este tinerfeño el año más difícil de su vida, marcada por la guerra civil española y la posguerra, pero sí el “más extraño y con la mayor incertidumbre”. Al ser preguntado por los consejos que le daría a aquellos que se niegan a pincharse, Antonio responde tajantemente: “En la vida, si siembras, recoges”. “Frente a este bicho hay que ser solidarios para protegernos entre nosotros y, por consiguiente, proteger a la comunidad”, concluye.
“Los beneficios de la vacuna compensan”

En el mismo recinto trabaja como fisioterapeuta Alberto Pérez, de 32 años, quien además compagina su profesión en el Centro Ocupacional Comarcal Isla Baja, también ubicado en Buenavista del Norte. “Siendo sincero, nunca he sido un antivacunas pero sí albergaba mis dudas con respecto al poco tiempo de desarrollo; por ello, quise indagar en fuentes con base científica y he llegado a la conclusión de que los beneficios compensan a las desventajas”, explica el sanitario, que este pasado domingo también fue vacunado contra la Covid-19.
El director de la Casa de los Mayores ha sido muy insistente en los protocolos de salud pública desde que se declaró la pandemia. Según cuenta el entrevistado, “siempre hemos trabajado con las infografías y la señalética actualizadas a medida que iban avanzando las investigaciones referentes al coronavirus”. En el caso de la campaña de vacunación, la actuación sido similar. “¿Ya leíste los protocolos? Me suele preguntar todas las mañanas el director mientras me tomo la temperatura?”.
El fisioterapeuta reconoce que se encontró con dos residentes con plenas capacidades cognitivas que dudaban acerca del antídoto. “Ven todas las noticias que salen en los medios de comunicación y no son capaces de tener un criterio propio para descartar la información irrelevante”, declara. Finalmente, ambos decidieron vacunarse junto al resto de usuarios con el anhelo de recuperar la vida que conocían antes del estado de alarma. Alberto pide a la población paciencia y respeto a las restricciones establecidas por las autoridades sanitarias. Asimismo, y fiel a su vocación, recomienda practicar deporte, comer de forma saludable y exponerse diariamente al sol para fortalecer el sistema inmunológico.
“Muchas enfermedades se han erradicado gracias a las vacunas”

En sentido Santa Cruz, y a unos 15 kilómetros de distancia con Buenavista del Norte, María Cuadrillero se vacunaba contra el coronavirus este mismo martes. Esta enfermera de 30 años trabaja desde hace unos meses en el Hospital del Norte y, pese a que no trata directamente con enfermos de Covid-19, sí atiende a pacientes que son, en su mayoría, de avanzada edad. “Nos enviaron una circular por WhatsApp informando sobre la campaña y a mí me tocó hoy”, cuenta la sanitaria, quien asegura que el pinchazo apenas le dolió. “Se supone que las reacciones aparecen tras 15 minutos, así que esperamos unos 20 y todo salió bien”, afirma.
En un primer momento, la tinerfeña puso en duda la eficacia del antídoto pero “me di cuenta de que se ha invertido mucho dinero en esto y, por tanto, los procesos son más acelerados”. Declara que combinar su profesión con la pandemia le resulta muy angustioso: “Estoy continuamente evitando contagiarme con pacientes que podrían ser positivos y están en el centro hospitalario sin mascarilla porque, en ese momento, es su casa, su habitación”. Incluso, lamenta cómo ha cambiado todo a la hora de “relacionarnos entre los compañeros, haciendo turnos para comer, por ejemplo”.
Paradójicamente, María se puso de parto el tan señalado 14 de marzo, cuando los hogares de todo el país aún no eran conscientes de los meses de encierro que les quedarían por vivir. Hoy, es madre de un precioso bebé que, según cuenta entre risas, “me condiciona más que las medidas contra el coronavirus”. Eso sí, la enfermera se muestra contundente a la hora de recomendar a la población que se conciencie con la situación y se vacune: “Muchas enfermedades se han erradicado gracias a las vacunas y eso es algo que se desconoce”.