Hoy se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, una patología que gracias a los avances en la investigación, las técnicas y los tratamientos se ha elevado el índice de supervivencia.
Aurora Herrero es un ejemplo de esta lucha de superación de un tumor de pulmón. “Me tenía que tocar y tenía que vivir esta experiencia, en la que he sacado muchas cosas buenas. La enfermedad tiene luz al final, porque, independientemente de lo malo que conocemos, descubrimos, valoramos y disfrutamos de otras cosas de la vida y nos enfrenta un reto emocional”.
Aunque es una mujer independiente y luchadora reconoció que “no estaba preparada” para ver el dolor de su familia, por ese motivo les ocultó varios meses que padecía cáncer: “Quería estar sola, porque creía que sería más fácil para mí, porque no podía soportar ver a mi madre o a mis hermanas preocupadas. El dolor de mi familia para mí era más duro que soportar mi propia enfermedad”, reiteró.
Asimismo, aseguró que la fortaleza mental “influye mucho en la enfermedad”, al igual que la parte física, y destacó como pilares para afrontar la patología “el apoyo de una amiga que vivió un cáncer en su familia, la meditación y la ayuda de la Asociación Española contra el Cáncer”.
Fumadora desde hace más de 40 años, en 2017 le detectaron un cáncer de pulmón al acudir a un especialista tras ver sangre en las flemas. “Habitualmente tosía y tenía gripe, pero nunca pensé que tuviera un tumor”, explicó. Sin embargo, viendo sus antecedentes, pidió una radiografía de tórax, que descubrió que tenía cáncer. “Para mí fue una sorpresa, no lo creía. Mi primera reacción fue ¡voy a matar a mi madre! del disgusto”. Su familia vive en la Península y se escudó en una amiga que “fue mi mayor premio, porque su hermana había pasado por un cáncer de colón dos años antes, y estaba preparada para prestarme un apoyo muy importante”, destacó.
En el momento de enfrentarse a la enfermedad destacó cómo uno de sus mayores hándicaps fue el informar a su familia: “Me hacía tanto daño como la propia enfermedad”. “Emocionalmente no estaba preparada para hacerles daño de esa manera, pues iba a provocarles mucho dolor”, indicó. De esta manera, durante tres meses ocultó que tuviera cáncer: “Lo tenía guardado para mí”.
Aurora Herrera reconoce que ha tenido suerte. “No pudieron operarme, porque estaba muy cerca de la aorta y corría mucho riesgo. La solución fue dejar de fumar, vital en mi recuperación, y empezar los tratamientos de quimio y de radio. Al mes ya había mejorado bastante. Ahora puedo decir que desde que terminé con la radioterapia no he vuelto a tomar ninguna medicina. En mi caso tengo que realizarme un seguimiento cada cuatro meses”.
Reconoció que tanto la quimio como la radioterapia “tienen sus efectos secundarios y fueron duros. La quimio me atacó las articulaciones y los huesos, y durante la radioterapia me tuvieron que poner morfina”, manifestó. Con tantos años trabajando de cara al público, Herrera no se sintió especialmente mal por los efectos del cáncer en su cuerpo. “Mi tumor ha sido interno y no he tenido una secuela física más allá de la caída del pelo, y no lo consideré importante, no fue un problema, pese a trabajar en el mundo de la moda durante 40 años y vivir el mundo fashion. Nunca pensé en llevar peluca, sino que me ponía sombrero, pañuelo o turbante. Además, ahora llevo el pelo muy corto, porque estoy en una fase de mi vida de cambios muy grande”.
También ha supuesto un cambio en sus hábitos y la forma de afrontar la vida para Aurora. “Además de dejar de fumar, cambié totalmente el concepto emocional. Tengo como disciplina hacer deporte todos los días, camino, nado en la playa, aprovecho esta etapa de mi vida para hacer cosas que me gustan, como leer mucho, hacer cursos, cosas que me entretienen, y valoro el presente, el ahora”, dijo.
Por último, pidió recurrir a la Asociación Española Contra el Cáncer porque “hacen un servicio increíble, de manera gratuita, de manera desinteresada y con un cariño y un amor que son un pilar fundamental para un enfermo y su familia”.
“Mi calidad de vida es bastante buena, muchas personas superan un cáncer”
Aurora Herrero, de 60 años, reconoció que cuando le comunicaron que tenía cáncer de pulmón “reconsideré y pensé que había comprado todos los boletos”, tras ser una fumadora desde los 15 años, aunque con exceso durante las noches y el fin de semana. “Las mujeres de mi generación empezamos a fumar pronto, vivimos momentos de muchos cambios”, reconoció. Además, afirmó que le salvó de no tener una patología más grave el hecho de ser responsable en el trabajo: “Durante ocho horas no fumaba, pero los fines de semana lo compensaba”.
En los años previos acudía a meditar y, “aunque nunca estás preparada para las cosas malas, mi mente estaba en un momento que lo vivió de una manera madura”. “He sido consciente de que estaba en el bombo y, al igual que me vino el cáncer, pudo ser mil cosas más. Hay cosas que te las buscas, porque arriesgas y no hay que buscar el por qué”, reconoció.
Aurora explicó que durante la enfermedad “piensas muchas cosas”, en algunos casos negativas que hay que superar. Asimismo, le cuesta pronunciar todavía la palabra cáncer por todo lo que significa de negativo: “Cuando hablo con mi familia o la gente de mi entorno digo muchas veces tumor”.
Por tanto, instó a “erradicar” los pensamientos negativos: “Por experiencia propia puedo decir que los avances han permitido que muchas personas superen la enfermedad, y, en mi caso, actualmente mi calidad de vida es bastante buena”.