Frío y humedad, pero también esperanza. En los exteriores del campamento para inmigrantes instalado provisionalmente en Las Raíces (La Laguna), anoche pernoctaron por segunda vez a la intemperie cerca de 50 usuarios del recurso, que decidían abandonarlo el lunes por no encontrar respuestas claras a sus demandas. Las mismas, según reconocieron varios de ellos a DIARIO DE AVISOS, pasan por que se les permita continuar su camino hacia la Península o el continente europeo, al considerar a Canarias un lugar de tránsito en su lucha por sobrevivir; por el sustento de sus familias.
Pero los manifestantes no se encontraban solos. Junto a quienes subieron, hace ahora meses, a una embarcación precaria con el sueño de un futuro más próspero, se hallaba un grupo de voluntarios formado el pasado miércoles en el entorno de Las Raíces y que no se ha limitado a facilitarles mantas, abrigo o alimentos, sino que ha velado por que nadie les impidiera ejercer su derecho a protestar por la situación de enroque en la que están. Y es que en el otrora acuartelamiento militar no ven expectativas más allá de dejar correr el calendario, puesto que las autoridades les han vetado viajar a los lugares adonde desean ir por su condición de indocumentados.
Fruto de esas circunstancias y la consiguiente preocupación, la tensión se ha visto incrementada en las últimas fechas, produciéndose incluso reyertas. La última de ellas, de hecho, se saldó con cinco detenidos y, de acuerdo con el relato de distintos testigos, se debió a un rumor que circulaba entre los inmigrantes de que a varios subsaharianos los habían derivado a la Península, creando recelo entre los magrebíes. No obstante, no ha trascendido de fuentes oficiales -caracterizadas por su hermetismo en lo referente a este recurso y la política migratoria enmarcada en el Plan Canarias– que se haya efectuado ningún traslado desde el campamento fuera de las Islas.
PLAN CANARIAS
La estrategia puesta en marcha por los ministerios del Interior y Migraciones, que dirigen José Luis Escrivá y Fernando Grande-Marlaska, consistente en montar macrocampamentos para alojar a las personas arribadas en embarcaciones precarias al Archipiélago, ha despertado la indignación de las instituciones canarias, la sociedad civil organizada y colectivos informales. Una de las últimas voces en pronunciarse fue la del eurodiputado Juan Fernado López Aguilar, que, pese a su condición de socialista, fue crítico con el Gobierno.