
Falta de oportunidades, desesperación y multitud. Son los tres factores que, según reconocían a DIARIO DE AVISOS varios de los 600 inmigrantes alojados en el campamento provisional de Las Raíces, en La Laguna, provocan la crispación que se respira, a ratos, en el complejo. Fruto de ello es que en la noche del domingo al lunes fueron detenidos cinco usuarios del recurso por una reyerta en la que resultó herida de carácter leve una persona.
Ya anteriormente, la semana pasada, se había producido otra, que como pudo saber este periódico se originó a partir de una discusión por la comida que les sirve la entidad gestora del enclave, Accem, que ya ha reconocido carencias y problemas en torno al antiguo acuartelamiento militar, hoy cubierto por decenas de carpas para alojar a los llegados en cayucos y pateras. En aquella ocasión, un vigilante fue trasladado en ambulancia por haber recibido un golpe al intentar separar a los intervinientes en la disputa.
Hasta el campamento se desplazaron en la noche del pasado domingo varios efectivos de la Policía Nacional y la Local, que lograron poner fin a la pelea y se llevaron arrestados a cinco inmigrantes. Horas antes, y de forma pacífica, un nutrido grupo de internos se manifestaba con pancartas en contra del racismo, denunciando que se tache de “crimen” subirse a una embarcación precaria en busca de una vida mejor. “Los inmigrantes no son criminales”, decían también.
Según fuentes de la ONG gestora recogidas por la agencia Europa Press, la situación general “es complicada” como consecuencia de las tensiones derivadas de los factores ya mencionados. Eso sí, a juicio de la organización los episodios violentos son “situaciones puntuales”, no tratándose de la tónica habitual en torno a las cerca de 600 personas que allí se hospedan.