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Hosteleros de Santa Cruz: “Se van a cargar la Isla”

Varios hosteleros de la capital tinerfeña expresan al DIARIO su preocupación por el riesgo de que se suba al nivel 3 de alerta y se endurezcan las restricciones
Terraza exterior de la cafetería García Sanabria, situada en pleno corazón del parque capitalino, junto al reloj de flores. Sergio Méndez
Terraza exterior de la cafetería García Sanabria, situada en pleno corazón del parque capitalino, junto al reloj de flores. Sergio Méndez
Terraza exterior de la cafetería García Sanabria, situada en pleno corazón del parque capitalino, junto al reloj de flores. Sergio Méndez

Pasado el primer año de la pandemia que paralizó el planeta, hemos adquirido muchos hábitos que hace poco más de 365 días eran impensables. El uso obligatorio de la mascarilla, mantener el distanciamiento social y lavarse las manos con frecuencia ya son pautas de supervivencia que hemos asumido con resignación, si bien a finales de 2019 esas prevenciones únicamente se ponían en práctica en algunos países, sobre todo del continente asiático, y nos parecían inauditas, extrañas, muy lejanas. Aunque si hay quienes han experimentado enormes cambios en sus vidas, hasta verse inmersos en una nube de incertidumbre constante, han sido los empresarios y trabajadores del turismo y la hostelería, estrangulados por las limitaciones de aforo y movilidad.

Con respecto a estos últimos, los hosteleros, que le ven las orejas al lobo con la posibilidad de que Tenerife regrese al nivel 3 de alerta epidemiológica en las próximas semanas -con todas las restricciones que trae consigo-, DIARIO DE AVISOS quiso sondear ayer en algunas calles de Santa Cruz cómo han lidiado los establecimientos estos meses con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), los incesantes cambios de normativa y el comportamiento de la sociedad en general. Y si hay una tesis que parece común en todos ellos es que, de darse un nuevo endurecimiento en la Isla, “se van a acabar cargando” a una parte importante del tejido productivo tinerfeño.

En la pizzería Convivio, próxima al Parque García Sanabria, recibe a este periódico Giuseppe, su propietario, que se manifiesta, dentro de un contexto tan desfavorable como es el de una epidemia global, “contento por cómo han actuado las autoridades”; un mensaje que hace extensivo “al Ayuntamiento, al Cabildo y al Gobierno”, ya que en su caso, pese a haber tenido que enfrentarse a un cierre “absoluto” en los meses de Navidad, cuando la gente solía animarse a salir y aumenta el consumo, él posee “una cartera de clientes fija”, de personas fieles al sabor de sus creaciones, que han hecho que mantenga sus puertas abiertas.

No obstante, Giuseppe fija la mirada en “los que llevan poco tiempo” con un negocio o no les ha sido posible hacerse un hueco en el mercado; los emprendedores. Estas personas, explica, “lo tienen más difícil” frente a él, que, recurriendo a un ERTE entre diciembre y enero y durante el aislamiento domiciliario, mantuvo el barco a flote. Eso sí, de cara a la Semana Santa y la amenaza del nivel 3, insta a quienes toman las decisiones a que no se ceben con los restaurantes sin terraza, como es su caso. Si ejerce alguna crítica es contra la decisión de no permitir abrir ningún comedor interior, puesto que en Convivio se mantiene una distancia de seguridad bastante amplia, más de la reglada: “La ley nos pide que sea de metro y medio, pero nosotros tenemos más de dos entre mesas”.

El Rincón del Pan de la calle Méndez Núñez. S. M.
El Rincón del Pan de la calle Méndez Núñez. S. M.

Para este italiano afincado en Tenerife con un establecimiento que puede presumir de sus más de 13 años de historia, que se reduzca el número de comensales es asumible, siempre dentro de unos márgenes razonables. “El aforo al 50% está bien, incluso el 30%”, añade, al tiempo que pide que “no sea un cierre absoluto”, dado que han de compensar las pérdidas sufridas, como tantos otros empresarios, por la afección de la COVID-19.

A pocos metros de la pizzería, en pleno corazón del parque santacrucero, se halla la cafetería García Sanabria, junto al afamado reloj de flores en el que se rubricó el acuerdo a cuatro que llevó a la presidencia al socialista Ángel Víctor Torres. Su encargada, Leticia, indica al DIARIO que la extensa terraza de la que disponen les ha beneficiado: “Es lo que busca todo el mundo, poderse tomar algo al aire libre, con distancia, ven que es un espacio seguro”, cuenta. Una ventaja respecto a otros miembros del sector que, afirma, también tiene sus inconvenientes, como las jornadas en las que el frío aprieta, cuando es más difícil atraer a la clientela. En este sentido, señala que la afluencia de personas “no es la misma” que en tiempos pre-COVID, y además, al haberse decretado el toque de queda, se ven obligados a cerrar a las 21.00 horas.

Preguntada por la permanencia de los puestos de trabajo, asegura que “por suerte” fueron todos los integrantes de la plantilla a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo solo en el confinamiento. “Luego, al abrir, salimos unos pocos, y al ver que la gente tenía ganas de salir de casa y tomarse algo, ya entramos todos al 100%”, destaca. Pero ahora, con el ligero ascenso de la curva de contagios y con las autoridades mencionando una vez más el tan temido nivel 3, Leticia lamenta que “íbamos a mejor” hasta ahora, por lo que “la gente debería tener más conciencia todavía” en todo lo referente a prevención.

Superado el ecuador del día, en el Rincón del Pan de la calle Méndez Núñez son varias las personas que hacen cola para comprar su barra de rústico, integral, centeno, espelta; una pieza de bollería o un trozo de tarta. Aparentemente, un buen síntoma, teniendo en cuenta que las mesas del interior también están ocupadas. Y así lo ve y expresa su encargada, Yusimi, que manifiesta estar “alegre” con el nivel de aceptación que ha percibido, aparte de por haber conseguido una de las licencias exprés concedidas por el Ayuntamiento como respuesta a las restricciones sanitarias. “Nos ha dado un respiro”, confiesa, al haber contado con plazas extra en el exterior cuando se prohibió toda actividad en los comedores.

Giuseppe, propietario de la pizzería santacrucera Convivio. Sergio Méndez
Giuseppe, propietario de la pizzería santacrucera Convivio. Sergio Méndez

Asimismo, afea a Sanidad que el punto de mira esté fijado en los bares y restaurantes. Entiende que “no debería estar la hostelería, sino el transporte público”. Ella, que dice recurrir cada día a este medio para desplazarse, sostiene que “ves a mucha gente que no cumple”, lo que, interpreta, se puede traducir en más positivos de la enfermedad y, por tanto, en “que estemos peor”. Un comportamiento incívico que también une a las fiestas ilegales organizadas en estancias privadas o los incumplimientos de lo más esencial.

Sin ir más lejos, en el propio local del que es responsable admite haber experimentado “problemas” para que algunos clientes acaten las normas. “Hay veces que les dices que se pongan la mascarilla y se molestan. Son pocos a los que les dices que mantengan la distancia y lo hacen; a veces es gente mayor, que como no te escuchan bien, intentan acercarse, pero otras veces son personas que no quieren”, detalla. De ahí que haga un llamamiento a la sociedad tinerfeña a respetar las normas dictadas porque, asevera, si se vuelve a un proceso de escalada en las restricciones, “se van a acabar cargando la Isla”.

En cuanto al mecanismo promovido por el Gobierno central para salvar la mayor cantidad de empleos posibles mientras dure esta crisis sanitaria, los ERTE, Yusimi explica que en su caso, al ser una cadena a nivel autonómico, se optó por una estrategia conjunta al principio, poniendo a todos los trabajadores en pausa, y “hasta el mes de mayo no abrimos”. A partir de ese instante, cuando entraron “con un ERTE parcial”, viendo que sus clientes respondían, se incorporó el resto.

Y es que Giuseppe, Leticia y Yusimi son las voces de los miles de hosteleros que, respetando las medidas para prevenir los contagios de COVID-19, ven con temor un virtual incremento en la alerta sanitaria. Ya son muchos meses de pandemia y los patrones parecen repetirse. Lo que ven claro es que todos estamos en el mismo barco.

Las licencias concedidas en tiempo récord, un “alivio” para las empresas

La estrategia puesta en práctica por distintos municipios de la Isla, como Santa Cruz o La Laguna, respecto a la concesión de licencias exprés para la instalación de terrazas, ha supuesto un aliciente para muchos establecimientos, que, especialmente cuando se decretó el cierre por completo de los comedores interiores, se veían caminando en la cuerda floja.

Así lo manifiestan los propios hosteleros al DIARIO, destacando que “nos ha dado un respiro” poder contar con plazas en abierto, como señalaba la encargada del Rincón del Pan de la calle Méndez Núñez de la capital, Yusimi.

O Leticia, responsable de la cafetería García Sanabria, ubicada en el parque del mismo nombre, que apuntó a sus mesas al aire libre como el medio que les ha permitido subsistir durante la crisis sanitaria, teniendo en cuenta, además, que eran atrayentes de público. “Es lo que busca todo el mundo, poderse tomar algo al aire libre, con distancia, ven que es un espacio seguro”, matizaba.

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