En los exteriores del campamento para inmigrantes de Las Canteras, en La Laguna, ayer a las nueve de la mañana esperaban, de brazos cruzados y papel en mano, tres vecinos -dos hombres y una mujer- del Rodeo Alto, lugar donde se ubica el otro recurso para extranjeros instalado por el Gobierno de España en la ciudad. Convinieron verse allí con el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, cuyo equipo les había manifestado tener interés en conocer, aprovechando su visita esta semana a las Islas, las necesidades de los residentes en las proximidades. Mientras, dentro del centro, centenares de personas hacían cola para desayunar; es su día a día en el complejo, junto a la incertidumbre de no saber qué les deparará el futuro.
Pasados unos minutos, distintos vehículos de la Policía Nacional aparecieron en el lugar. Según fuentes consultadas por DIARIO DE AVISOS, eran más unidades de lo habitual, dado que normalmente se suelen desplazar allí solo si ocurre algún tipo de incidente en el campamento. Aun así, lo cierto es que en un inicio solo había tres activistas que portaban carteles en señal de repulsa hacia el diputado nacional, y, concretamente, sobre el carácter “xenófobo y racista” de la formación de ultraderecha. No se vislumbraba ningún tipo de amenaza para su seguridad.
Alrededor de las 09.30, el dirigente llegaba a bordo de una furgoneta blanca y rodeado de un amplio dispositivo de seguridad. Se bajó y comenzó a entablar conversación con los tres vecinos. Los dos varones regentaban sendos establecimientos de hostelería, por lo que estos también aprovecharon el contexto para declarar su malestar por las restricciones que ha traído consigo el nivel 3 de alerta decretado en Tenerife.
Ortega Smith, ante las explicaciones de la otra residente sobre cómo viven la crisis migratoria en la Isla, expuso que el documento en el que los laguneros recogían todas sus peticiones a las administraciones “lo miraremos con mucho cariño”, si bien al escuchar hablar de libertad aseveró que desde Vox “sí, les damos toda la libertad, pero para que se vayan a su país”. Un posicionamiento que no concordaba con las solicitudes de los tinerfeños, puesto que en el escrito que portaban se planteaba, aparte de las repatriaciones o devoluciones a sus naciones de origen, “derivación a otras comunidades autónomas”. No obstante, pese a la diferencia de criterio, los vecinos agradecieron la predisposición del representante, que más tarde entró a Las Canteras para conocer de primera mano cuáles eran las condiciones de acogida.
Casi en ese instante, segundos después de que el político de Vox accediera al recinto, uno de los inmigrantes hizo un llamamiento a todos sus compañeros: “¡Vamos a decirles lo que queremos!”. Entonces se agruparon más de un centenar de los usuarios del centro y gritaron “¡Libertad, libertad!” con las manos en entrecruzadas, como símbolo de que se sienten retenidos al no poder dar continuidad a su proyecto migratorio. Posteriormente, Ortega Smith se subió de nuevo a la furgoneta, al tiempo que tres activistas más le tildaban de “fascista” y de “cómplice” de cómo se mantiene a estas personas en los campamentos.
EL ‘NO MITIN’
Luego, el secretario general de Vox se trasladó a la Recova, el Mercado de Nuestra Señora de África, en Santa Cruz, donde visitó diferentes puestos de venta y se tomó fotos con algunos de sus acólitos. En la entrada del recinto les esperaban un atril y hasta 150 simpatizantes -según la Delegación del Gobierno-, muchos de ellos con banderas de España. Se trataba de una rueda de prensa, de acuerdo con la organización del acto, si bien su presencia en dicho espacio se difundió a través de las redes sociales del partido, adquiriendo connotación de mitin. La agencia EFE informó de que incluso la Policía Local capitalina tiene previsto emitir una sanción a Vox por supuestamente no contar con autorización para la ocupación del suelo público, en referencia a los altavoces y la tarima que fue instalada al efecto.
Durante su intervención, Smith pidió en reiteradas ocasiones a los asistentes que permitieran formular las preguntas a los medios, dado que el público increpaba a los periodistas, aunque luego se dedicó a cuestionar la naturaleza de los asuntos planteados. “Hagamos lo que hagamos los de Vox, siempre está mal”, llegó a afirmar. Además, respecto a su visita, aseguró que “es triste, lamentable, indignante, ver a esos jóvenes africanos”, a los que se refirió como “inmigrantes ilegales” que “han hipotecado a sus familias” para arribar a las costas canarias.
Por otra parte, también atribuyó a sus gobiernos, de Marruecos, Senegal o Mauritania, hacer un “chantaje” al Ejecutivo español. “Estos gobiernos africanos le dicen: o me das dinero o te lleno tus fronteras por presión demográfica. Utilizan a esas personas como moneda de cambio”, dijo. “Primero está la seguridad, la libertad y el trabajo de los españoles, y después la de otros nacionales”, concluyó el diputado del partido de ultraderecha.