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Santa Cruz pone en marcha una prueba piloto para salvar los laureles de Indias

El arborista Josep Selga, contratado por el área de Servicios Públicos, propone aportes de agua extra para los ejemplares dañados
Laureles de indias en Santa Cruz de Tenerife. Sergio Méndez

El Ayuntamiento de Santa Cruz, a través del área de Servicios Públicos, ha contratado los servicios del prestigioso arborista Josep Selga para analizar la situación de los laureles de Indias, que se encuentran en serio riesgo de desaparecer al encontrarse algunos de ellos en clara fase de decaimiento. Según explicó Selga a DIARIO DE AVISOS, tras un primer análisis, ha propuesto al Ayuntamiento de Santa Cruz una prueba piloto para aportar mayor caudal de agua, con una menor frecuencia de riego, a los laureles de Indias, con el objetivo de generar nuevas raíces que permitan recobrar vitalidad a los ejemplares más afectados en la ciudad.

Selga, que se desplazó hasta la capital el pasado viernes para analizar in situ algunos de los ejemplares que en peor estado se encuentran, coincide con los estudios preliminares hechos por el Consistorio, al señalar que la insuficiencia de agua, combinada con otros factores ambientales, es la principal causa que está haciendo que enfermen los árboles.

“Lo que me he encontrado es que todos los datos que tenemos y que se han ido recopilando apuntan a que hay una causa primera que está vinculada con el ciclo del agua, mostrando los primero síntomas de decaimiento cuando hay una disminución de aporte hídrico, pero también cuando hay un incremento de condiciones ambientales que favorecen la transpiración”, señaló el experto. Según el arborista, en casi todas las zonas donde aparecen árboles afectados, estaban asociados sus síntomas a obras de reformas de canalización. “Antiguamente había tuberías que tenían fugas, y eso generaba un aporte hídrico extra a las raíces de estos grandes árboles. Cuando se hacen las reparaciones, hay menos recurso hidríco, y tienen más problema para conseguir agua”.

A este problema se añade la circunstancia de que hay toda una serie de factores ambientales que han ido incrementándose y que les ha afectado de forma directa. “La media de temperatura en Santa Cruz ha crecido significativamente en los últimos años, pero también se han visto modificados otros factores, como la pluviometría, que han tenido respuestas irregulares”, explica Selga. Según el arborista, “los árboles son muy sensibles a los cambios bruscos, más que a los cambios graduales. Si hay una época de pluviometría alta y después viene otra época baja, el árbol lo aqueja, porque hay un cambio de condiciones. Y eso se ha dado varias veces en la ciudad en los últimos 50 años. Si sumamos esos factores climáticos que explican más necesidades genéricas y sumamos que ha habido menos aportes hidrícos, pues ya tenemos la causa inicial de todo el problema”.

En cuanto a los hongos que están afectando a algunos laureles, explica Selga que “los hongos que los atacan, más que causa, es una consecuencia. El hongo es un oportunista, un vecino del árbol, por decirlo de alguna manera, que vive con él, pero solo se desarrolla cuando el huesped tiene unas características determinadas de debilidad”. “Cuando se da esa debilidad -continúa-, entonces el hongo se desarrolla, momento en el que sí que es cierto que, en algunos casos, acelera el proceso de decaimiento del árbol”. Para Selga tratar solo el hongo “es como si ante una infección solo tratáramos la fiebre. No se trata de cambiar los síntomas para quedarnos falsamente tranquilos”.

Plan de actuación

Una vez identificado el posible origen del problema, toca actuar. “Loque voy a hacer es unir toda la información con la que ya contamos para ver que realmente hay una correlación entre las zonas en las que tenemos árboles afectados y aquellas en las que se han producido obras. Ese es un factor que hay que tener en cuenta”. Preguntado por si es un proceso reversible, el experto señala que “en algunos ejemplares sí, pero en otros no. Pienso que a algunos ejemplares ya hemos llegado tarde y, probablemente, aunque hagamos medidas correctoras, no responderán”.

Esas acciones pasan por hacer una prueba con tres ejemplares en distintos puntos de la Rambla y de la avenida de Reyes Católicos. “Lo que haremos es un aporte hídrico extraordinario, pero no en la zona del alcorque, sino en lo que es el pavimento del paseo; lo que nos interesa es potenciar las raíces finas, absorventes, que están metidas debajo del pavimento, con pocas posibilidades de desarrollo futuro”.

Selga tiene claro que “si somos capaces de generar nueva formación de raíz debajo del pavimento, probablemente el árbol tendrá más sistema radicado absorvente, por lo tanto, tendrá más capacidad de recoger el agua que necesita”. A diferencia de lo que se pueda creer, en este caso, el de los laureles de Indias, es más importante regarlos con un gran caudal y con menos frecuencia que al revés. “De lo que se trata es de darles un aporte de agua importante durante un periodo de tiempo”. Así, durante seis meses, en los tres ejemplares elegidos se perforará el pavimiento haciendo lo que Selga denomina chimenas. “A través de ellas haremos el aporte de agua. Si la respuesta es positiva, que esperemos que sí, entonces ya se tomarán medidas para todo el arbolado, medidas que afectarán a los pavimentos y que habrá que diseñar con una previsión de cara al futuro”, concluyó.

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