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Román Rodríguez: “Hay gente de CC con la que coincidimos, pero Ana Oramas se asemeja a la extrema derecha”

El vicepresidente del Gobierno regional está convencido de que este Gobierno de “gente seria” es “el mejor posible” para afrontar los disgustos de esta época en la que vivimos
Román Rodríguez
El vicepresidente del Gobierno, Román Rodríguez. FOTO: FRAN PALLERO

Ha pasado ya un año y medio de la pandemia y llegamos a las vacaciones de verano con los cuerpos exhaustos, pero el vicepresidente del Gobierno regional, Román Rodríguez, parece fresco como una lechuga. Dieciséis años después de fundar Nueva Canarias tras una traumática ruptura de CC, entonces minusvalorada por algunos dirigentes tinerfeños, Rodríguez asegura que el “canarismo progresista” es uno de los espacios fundamentales de la política canaria. Y que está convencido de que este Gobierno de “gente seria” es “el mejor posible” para afrontar los disgustos de esta época en la que vivimos.

-¿Entiende usted al TSJC?
“No lo entendemos ni compartimos la decisiones que ha tomado. Hay que respetarlas, pero creemos que no facilitan la respuesta a la pandemia ni a la salida de la crisis económica. Sabemos que, en otras latitudes del Estado, en situaciones similares o con menos incidencia, se han admitido las medidas que nosotros hemos propuesto. Es evidente que nos faltan instrumentos para defendernos frente al virus, aunque lo haremos con las armas que tenemos. También es cierto que el Ejecutivo del Estado tenía la responsabilidad de haber establecido un estatus jurídico que diera cobertura a estas medidas”.

-¿Le pasa algo a nuestros servicios jurídicos? Porque el auto del Supremo también ha tumbado el toque de queda…
“Yo no soy un experto en el tema, pero algunas de las cosas del auto del Supremo que he leído me parecen más que discutibles. Lo sustancial de este auto es que da una serie de argumentos sanitarios con una interpretación que nosotros no compartimos”.

-Acabamos de terminar un curso político muy intenso, ¿no cree que ha desafinado un poco el Gobierno con las declaraciones de Noemí Santana sobre la falta de recursos o las de Casimiro Curbelo hablando sobre un “pacto mejor” para el futuro?
“No. Yo creo que tenemos una gran tarea por delante, con una hoja de ruta clara. Este Gobierno ha hecho un enorme esfuerzo presupuestario en los servicios esenciales. Ha habido una captación de recursos para ayudas a empresas y autónomos como nunca antes, con un proceso ágil y transparente. Y ahora tenemos la tarea de seguir impulsando el tejido productivo, de hacer sostenibles los servicios públicos, de ayudar a los vulnerables. Si le soy sincero, yo no escuché ninguna de las dos entrevistas. No tengo tiempo. A mí no me impresionan los chascarrillos. Y se lo dije a ellos. Yo creo que deben afinar. Yo soy claro, contundente y duro en las reuniones internas, nunca me callo, pero dentro. Lo otro no puede ser. Estamos en un momento crítico y hay que arrimar el hombro y resolver los problemas”.

-¿Pero entiende las quejas de Noemí Santana?
“Sí, pero igual que entiendo las de la interventora general o las del consejero de Obras Públicas. Las estructuras del Gobierno se han descapitalizado porque los recortes de otra época tuvieron consecuencias. Y además, están las dificultades legales para poder contratar. En 2020 se quedaron sin ejecutar en Derechos Sociales cinco millones en el capítulo uno del presupuesto por ese motivo. En Sanidad y en Educación, donde los procedimientos de contratación son más flexibles, pudimos gastar todo lo que estaba presupuestado, incluso más. En todo caso, ayudaremos a la Consejería de Derechos Sociales”.

-Y poner a alguien del entorno familiar como responsable de Visocan, como ha hecho Curbelo, ¿no debilita el mensaje de regeneración con el que llegó este Gobierno? ¿Usted propondría a su yerno para un puesto así?
“Si fuese familiar mío, me lo pensaría. Yo no sé si en ese caso existe parentesco. Lo importante ha de ser el perfil profesional y la tarea a desarrollar, que en vivienda es muy importante para el Gobierno. De todos modos, si alguien quiere perjudicarte y hacer una campaña contra ti, lo puede hacer. Yo recibí una campaña infame antes de las elecciones de 2019 durante seis meses que hizo daño a mi familia y que se quedó en nada porque no había nada. A Ángel Víctor Torres le sacaron 17 portadas tras una denuncia de Fernando Bañolas por la cesión del Gran Canaria Arena para eventos que luego se archivó. En esas cuestiones, si alguien hace algo mal, tendrá que pagar las consecuencias. Pero este es un Gobierno unido de gente seria y comprometida”.

-Los últimos datos indican que la pobreza severa se ha intensificado con la pandemia, ¿no teme una situación que nos retrotraiga muchos años atrás?
“Desgraciadamente, la pobreza es un parámetro que nos acompaña también en épocas de vacas gordas. La renta per cápita de Canarias, antes de la pandemia, ya estaba en el 81,4%de la media estatal. Lo que han hecho la crisis y la pandemia es profundizar en esa situación. Por eso las transferencias de renta a la gente más desfavorecida se tienen que intensificar desde Canarias y desde el Estado. Pero si en 2019 teníamos 5.500 personas con la PCI, ahora hay entre 18.000 y 20.000 personas cubiertas con la PCI o con el Ingreso Mínimo Vital. ¿Es suficiente? No, hay que duplicar esa cifra. Y hay un instrumento que tiene que perfeccionar estos mecanismos, la renta canaria de ciudadanía, tanto para complementar a aquellos que ya reciben una renta de este tipo como para otros sectores desfavorecidos. Pero para combatir la pobreza una cuestión fundamental es la recuperación económica y la generación de empleo, donde el turismo seguirá siendo el sector con más peso en la estructura productiva del Archipiélago”.

-Y cuando lee los programas de descarbonización de la Comisión Europea, ¿no le parece inevitable pensar que el cambio de hábitos de consumo va a afectar a sectores como el turismo a medio plazo?
“Yo creo que los territorios ultraperiféricos vamos a tener un tratamiento diferenciado. Si a nosotros se nos endosaran los costes de la carbonización de la movilidad de los visitantes, no podríamos pagar esa cuota. Pero, sin duda alguna, tenemos que ir a modelos de desarrollo más contenidos y más sostenibles. No tiene mucho sentido que la política turística sea contar el número de gente que viene: 10 millones, 12, 15… Y cuando lleguemos a 25, ¿qué hacemos? Debemos tener una cuota de turismo internacional de alta calidad, con más valor añadido, mejor empleo y más sostenible. Nuestro modelo de desarrollo, como el de todo el planeta, tiene que repensarse. Y hacer actividades lo más descarbonizadas posibles. No es lo mismo ir a un hotel que consume energías fósiles que a otro que funciona con energías renovables. Y no es lo mismo consumir productos que vengan de América Latina que los producidos aquí. También le digo que no creo que existan alternativas al sistema turístico. Y que no conozco ningún país que renuncie al turismo”.

-En todo caso, parece que el turismo, ahora, no termina de arrancar por el tema de la pandemia, ¿de dónde ingresamos mientras tanto?
“Frente a la parálisis de la economía privada, caben dos estrategias: la de la austeridad y los recortes que vivimos del año 2009 al 2014, que hizo un daño extraordinario, y la respuesta anticíclica de ahora. En 2020, 2021 y para 2022, los presupuestos se han estado haciendo en base al endeudamiento público europeo y español, no en función de los ingresos fiscales. En 2020, el gasto sanitario subió en Canarias el 23,3%. Y el educativo, el 13,1%. Nunca se había incrementado con esa intensidad, a pesar de que el PIB cayó el 20% y hubo una disminución de los ingresos de 650 millones de euros. Es cierto que ahora hay que buscar un mecanismo de sostenibilidad, pero en 2022 hay que seguir utilizando el mecanismo de la deuda. Si bajáramos a la realidad de lo que ingresamos, habría una caída brutal del gasto”.

-Acaban de iniciar el trámite para la elaboración de los presupuestos de 2022, ¿qué incógnitas se han despejado después del Consejo de Política Fiscal y Financiera del miércoles pasado?
“Para 2022 se han aclarado las cantidades a cuenta de la financiación, con un incremento del 6%, lo cual es una buena noticia. Y se mantiene la suspensión de las reglas fiscales, que es muy importante. Para las cantidades adicionales que se dieron a cuenta al margen del ciclo económico en 2020, el Ministerio de Hacienda va a generar un mecanismo de compensación para que no haya que devolverlas. Si eso se concreta, sería una magnífica noticia. Pero, por otro lado, no habrá fondo COVID, como en 2020, donde Canarias recibió 580 millones, o como en 2021, donde al final vamos a recibir más de 600, el doble de lo que teníamos presupuestado. En todo caso, el presupuesto canario de 2022 va a ir destinado a sostener los servicios públicos, atendiendo a las situaciones de vulnerabilidad, y a reactivar la economía y el empleo. Y lo haremos guiados por el Plan Reactiva, por los objetivos de los fondos de reconstrucción de la UE y por la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible, con una nueva metodología con indicadores para medir el cumplimiento de una serie de objetivos”.

-Le pregunto por el REF: ¿ha entendido la ministra Montero la situación?
“Ella sostiene, con un informe de la Abogacía del Estado que yo no conozco, que no se ha incumplido. La cuestión es que, en 2014, se sustituyeron los porcentajes por cantidades absolutas. Y de ahí la diferencia de interpretaciones jurídicas. Pero nuestra posición es inequívoca. Hay que respetar el 80%. Y hemos conseguido un acuerdo político. Lo que persiste es el problema de las formas, porque la ley que modificó el REF se aprobó a pesar del informe desfavorable del Parlamento canario. Y en el decreto-ley, ni siquiera se pidió ese informe. Por eso creemos que hay que ir al Constitucional. Lo que está protegido por la Constitución no es el contenido del REF, porque una ley se puede cambiar. Lo que está protegida es la consulta al Parlamento si se va a hacer una modificación. En todo caso, lo más importante ha sido la unidad, que Madrid sepa que, si tocan el REF, vamos a estar todos a una. Y en la construcción de esa unidad, yo creo que el papel de Nueva Canarias ha sido muy relevante”.

-Acaban ustedes de convocar su congreso en torno a la idea del canarismo progresista, ¿cómo definiría a ese espacio?
“Nosotros somos un espacio político que, desde la Transición, siempre se situó en el ámbito del nacionalismo progresista. Siempre hemos creído que son imprescindibles fuerzas políticas propias de Canarias para interpretar bien nuestros intereses y defenderlos de forma adecuada dentro de la configuración nacional de las Islas. La propuesta que hicimos en 2005, cuando dejamos CC, se ha configurado como un espacio indiscutible en el mapa político del Archipiélago. Este congreso tiene que servir para fortalecer ese espacio del canarismo progresista, con gente que esté dispuesta a seguir comprometida políticamente, con flexibilidad, rompiendo moldes. Porque hay que reconocer la diversidad, sumando sensibilidades, con un programa de defensa de los servicios públicos, de la democracia, de la igualdad entre hombres y mujeres, contra cualquier discriminación, medioambientalista, autonomista”.

-¿Cabe ahí gente de CC?
“Claro, hay gente de CC con la que coincidimos absolutamente. Entre otras cosas, porque estábamos juntos hace dos, tres décadas. No cerramos las puertas a ningún entendimiento si hay una base programática. Con lo que no estamos es con los discursos de Ana Oramas que se asemejan a los de la extrema derecha. O con que el líder de los nacionalistas conservadores haga las ruedas de prensa junto al PP, compartiendo no sé sabe qué”.

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