El papa Francisco mostró ayer su “cercanía y solidaridad” a los afectados por el volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, que desde el inicio de la erupción, hace ya ocho días, ha obligado a evacuar a más de 6.000 personas residentes en los términos municipales de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte, a la par que ha destruido más de 460 edificaciones.
“Expreso cercanía y solidaridad a quienes se han visto golpeados por el volcán en la isla de La Palma, en Canarias”, dijo el pontífice al término del rezo dominical del Ángelus, celebrado como es habitual en la plaza de San Pedro del Vaticano, ante varios cientos de personas.
Francisco aseguró que pensaba “especialmente en quienes se han visto obligados a dejar sus casas”. “Para estas personas y los miembros de los servicios de socorro que les han ayudado recemos a la Virgen que es allí venerada, Nuestra señora de las Nieves”, concluyó.
Las palabras del primer papa argentino en la historia de la Iglesia católica se produjeron antes de que una colada de lava provocase el derrumbe del campanario de la iglesia de Todoque (municipio de Los Llanos de Aridane), lo que causó ayer la lógica consternación de los vecinos, sean creyentes o no, y de no pocos telespectadores.
Bienes a salvo
Felizmente, el amplio dispositivo de emergencias desplegado en la zona incluso antes de que tuviera lugar la erupción pudo, en días pasados, retirar los valiosos bienes que se encontraban depositados en el templo, como por ejemplo una talla del siglo XVIII, así como misales de considerable antigüedad.
Dentro del mismo orden, cabe recordar que el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, celebró el pasado miércoles junto a los sacerdotes de la isla de La Palma una misa en el Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, la patrona insular, para rogarle “que cese la erupción del volcán”.
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