Diario de Avisos / El Español
El tinerfeño Héctor Gómez atiende al entrevistador en su despacho del Congreso de los Diputados. El flamante portavoz del Grupo Socialista practica un discurso académico y sin concesiones al principal partido de la oposición, al que exige “¡que cumpla la ley!” y ponga fin a un bloqueo que escandaliza a los vocales del Consejo General del Poder Judicial y exaspera a las asociaciones profesionales. El sustituto de Adriana Lastra sabe moverse en las pistas del circo de la política. Es un canterano con una agenda internacional que para sí la hubiera querido alguna ministra.
-¿Qué se puede mantener de la etapa anterior?
“Yo creo que se ha dado un modelo de gestión de éxito, dada la aritmética parlamentaria. La mayoría de las iniciativas importantes han salido aprobadas. Por tanto, en esa línea seguiremos trabajando. Evidentemente, hay aspectos… Estamos en una situación excepcional y llamamos a todas las formaciones políticas a que piensen en España. Ahí está nuestra mano tendida”.
-Adriana Lastra era una estrella mediática por sus calificativos, cuando no descalificaciones, al PP y a su líder: “Casado es un cenizo que trabaja contra España”. ¿Héctor Gómez qué?
“Yo he visto al líder de la oposición empleando todos los insultos habidos y por haber contra el Gobierno y contra Pedro Sánchez. El presidente no ha entrado en esa línea de insultos. Los ciudadanos no se merecen esa agresividad. Nosotros queremos construir y para eso hay que dialogar”.
-Si ellos proponen y la respuesta de los socialistas es “no me creo que quieras eso”, ¿adónde vamos?
“Vamos a empezar por renovar los órganos. ¿Dicen que no al CGPJ? Pues empecemos hablando del Tribunal Constitucional o del Defensor del Pueblo o de muchos otros temas. Hace unos meses vetaban a un juez y ahora quieren jugar con otras cartas. Lo que no se puede es pretender cambiar las reglas a mitad del proceso”.
-¿El presidente del Gobierno muestra señales de que le importa España?
“Absolutamente, sí. Lo ha demostrado. Ha sido el presidente que más ha comparecido ante el Congreso. Lo vimos en las prórrogas del primer estado de alarma y al comunicar medidas excepcionales en estos meses. No ha puesto condiciones para comparecer cuantas veces se le ha solicitado. Y siempre ha existido comunicación. Pero hay una oposición radical incluso en esta situación excepcional”.
-¿Hay un problema de homofobia en España?
“Los responsables públicos tenemos mucho trabajo por hacer. No deberíamos frivolizar. Desde el PSOE y el Gobierno estamos en la idea de propiciar la convivencia pacífica, de poner todos los instrumentos y recursos para acabar con esta lacra. En eso actuamos con mesura”.
-Cuando Pablo Iglesias decidió apartarse, ustedes respiraron, porque Yolanda Díaz parecía más dialogante. Pero les está ganando muchas batallas, ¿no? El recibo de la luz, la subida del SMI… ¿Cómo se lleva ser un Gobierno con oposición interna?
“No advertimos que haya una oposición interna. Es un Gobierno de coalición que está trabajando con lealtad”.
-¿Lealtad?
“Que sea necesaria la negociación es lógico. Su liderazgo lo deciden ellos y la acción del Ejecutivo, el presidente”.
-Lo de Cataluña. Sin autodeterminación y amnistía, ¿de qué conversan en la mesa, de cómo están los niños?
“La infancia es importante [sonríe]. Hay muchos asuntos. Por ejemplo, de cómo ha descendido la crispación en Cataluña. Con el anterior Gobierno vivimos una declaración unilateral de independencia”.
-¿Qué propuesta tiene el Gobierno de la nación?
“Veremos cómo se desarrolla. Confiamos en que sea positivo. Eso por un lado. Y luego, en relación a la agenda de acciones, debemos normalizar los encuentros. Hay muchas expectativas depositadas”.
-¿La actitud beligerante de Junts no desacredita el objetivo?
“La mesa es entre el Gobierno de España y el de la Generalitat. Ambos estaban representados. Lo importante es sentarnos”.
-Si no se ponen de acuerdo en lo racional, el aeropuerto de El Prat, ¿cómo van a ir juntos en lo emocional, la bandera?
“Sabemos lo distantes que estamos, pero es precisamente por ello por lo que asumimos que el único camino pasa por hablar y escuchar”.
-¿Y Puigdemont?
“Nada debería enturbiar lo que hemos empezado”.
-¿Qué hay de las relaciones exteriores?
“No conviene que vayamos por la vía de la confrontación”.